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Biovalor impulsa el cultivo de especies aromáticas para producir extractos Biovalor impulsa el cultivo de especies aromáticas para producir extractos
Investigadores del CITA visitan la parcela de Ariño donde se ensaya el cultivo de varias especies aromáticas

Biovalor impulsa el cultivo de especies aromáticas para producir extractos

Los investigadores cuentan con parcelas en Ariño, Cella y Mas de las Matas
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El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), como socio del proyecto Biovalor, cuenta con parcelas experimentales en las localidades turolenses de Ariño, Cella y Mas de las Matas para impulsar el cultivo de especies aromáticas autóctonas en tierras marginales para la producción de aceites esenciales, extractos y subproductos de alto valor añadido.

La investigadora del departamento de Ciencia Vegetal que coordina al equipo del proyecto Biovalor, Juliana Navarro, ofreció esta semana los detalles del mismo en la Jornada de Emprendimiento Verde en el centro asociado de la Uned en Teruel, antes de visitar la parcela de dos hectáreas de Ariño.

Navarro explicó que el cultivo de aromáticas tiene mucho potencial en la provincia de Teruel porque el territorio reúne propiedades interesantes, como su climatología y los suelos calcáreos.

El proyecto Biovalor en que participa el CITA pretende impulsar la bioeconomía a través del desarrollo de nuevas cadenas de valor en torno a una gestión forestal sostenible y al cultivo de especies aromáticas, definiendo nuevos modelos de negocio que permitan restaurar sistemas agroforestales y recuperar terrenos improductivos para generar empleo y un tejido industrial asociado.

Densidad

Biovalor actúa en el núcleo de la Serranía Celtibérica, en un área con una densidad de población inferior a los 10 habitantes por kilómetro en las provincias de Teruel, Zaragoza, Cuenca, Guadalajara y Soria. En este sentido, Navarro destacó la relación del proyecto con el reto demográfico.

El equipo del CITA realiza ensayos en Ariño, donde cuenta con una parcela de dos hectáreas en las que prueba la viabilidad del cultivo “en un secano muy rabioso” de romero, melisa, ajenjo, ajedrea, tomillo y orégano. Esta misma semana, Juliana Navarro visitó la finca para conocer la evolución de las plantas.

El CITA también colabora con un agricultor de Cella, que se encarga de una plantación de hisopo, y con el Ayuntamiento de Mas de las Matas, donde se cultivan múltiples especies. Y en la localidad zaragozana de Daroca, han plantado artemisas y lavandines entre carrascas truferas para saber si mejora el suelo.

“Estamos con los ensayos pero tenemos que probar qué tipos de extractos podemos sacar, qué propiedades tienen y qué actividad se puede generar en torno a su cultivo, procesamiento y comercialización”, señaló Navarro.

La investigadora precisó que el proyecto también se marca como objetivo la transferencia del conocimiento “dado que se trata de dar a la población de la Serranía Celtibérica toda la información que genere el proyecto con el propósito de que salga una idea de negocio novedoso e innovador”.

Modelo de negocio

Se trataría de un modelo de negocio de circuito corto, que sirva como dinamizador de zonas rurales deprimidas en cuanto a población o actividad. “Aunque se cultiven pequeñas superficies, es necesaria mano de obra para su cultivo, recolección, secado y venta”, dijo. En la charla ofrecida en el centro asociado de la Uned en Teruel, Navarro tuvo como oyentes a numerosos estudiantes de Psicología, por lo que centró sus explicaciones en el componente social del proyecto.

“Partimos de cultivos que están muy relacionados con el pueblo y existe un conocimiento popular que no se puede perder, sino que hay que hacerlo crecer para llegar al producto final terapéutico porque determinadas especies tienen propiedades antimicrobianas y fúngicas”, argumentó, antes de añadir la importancia de formar a los consumidores para que conozcan su procedencia y características. Los resultados del proyecto se conocerán a finales de 2025.

El proyecto, que coordina el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), y en el que participan la Fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), la Asociación de Propietarios Forestales de Soria (Asfoso) y UPA, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea. Está dotado con una subvención de 1.858.863 euros.