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Con presencia, cuernos bien armados y peso para ser temidos: así serán los ensogados en las próximas fiestas de la Vaquilla Con presencia, cuernos bien armados y peso para ser temidos: así serán los ensogados en las próximas fiestas de la Vaquilla
Un grupo de toros de la ganadería de Teo Adell entre los que hay varios de los que se ensogarán durante la próxima Vaquilla

Con presencia, cuernos bien armados y peso para ser temidos: así serán los ensogados en las próximas fiestas de la Vaquilla

La ciudad trabaja con los toros de Teo Adell desde 2004 porque dan mucho juego y la cercanía de la ganadería permite hacer frente a imprevistos
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Cruz Aguilar

Los toros ensogados de la Vaquilla son para muchos los grandes protagonistas de la fiesta de Teruel. Su elección no puede dejarse al azar porque tienen que tener tronío, un calificativo que designa la presencia, normalmente marcada por el peso que, sin embargo, tampoco debe de ser excesivo puesto que se trata de animales que deben correr. “Es muy difícil saber si el toro va a dar juego cuando lo ves en el campo”, reconocen desde la Comisión de la Soga y la Baga del Ayuntamiento de Teruel, que es la encargada de hacer la selección. Por eso, se decantan principalmente por aquellos astados de cierto tamaño, con la cabeza grande y los cuernos bien armados. Saben que serán los más fotografiados de la fiesta y, si no dan la talla, tanto en sentido literal como en lo que respecta al ruedo, sin duda los más criticados.

En su visita de la pasada semana a la ganadería de Teodoro Adell de Castellote se preseleccionaron siete toros, ya que aunque lo habitual es escoger seis han añadido uno que ya está toreado -el resto son todos cerriles– pero que gustó mucho  y se dejará por si falla alguno de los otros seis. Entre ellos está un jabonero –calificativo que hace referencia al tipo de pelaje– del encaste de Veragua que es hermano de otro jabonero que dio mucho juego el pasado año. También hay varios de Santa Coloma, un encaste que tiene mucho aguante y es habitual en la Vaquilla y, por último, se echó el ojo a un par de Domecq. 

Todos los encastes elegidos son conocidos en las calles de Teruel y lo habitual es elegir más de uno “porque así hay más variedad”, reconocen los expertos. “Domecq lleva muchos años viniendo y funciona muy bien, los del año pasado fueron fenomenal”, recuerda Diego Blasco, que es el presidente de la Asociación Cultural de la Soga y la Baga y acudió a la elección taurina. 

Valentín Calvo, presidente de la Comisión del Ayuntamiento de la Soga y la Baga, incide en que el toro tiene que tener presencia, un tamaño grande porque “si no la gente se te echa encima y no puedes trabajar bien con la cuerda”.

Desde el año 2004 el Ayuntamiento de Teruel apuesta por la ganadería de Teo Adell, de Castellote, porque sus reses no le tienen miedo al asfalto de la capital; son nobles, pero a la vez tienen nervio para dar juego ante las decenas de vaquilleros que llevan un año esperando para correr entre sus cuernos. Lo peor que le puede pasar a un ganadero es que su toro tenga que ser trasladado en el cajón, algo que ha ocurrido en muy pocas ocasiones con los toros de Castellote, dice orgulloso Teo Adell, que es el fundador de la ganadería y, aunque ahora ya no está en activo, sigue colaborando con su hijo, José Antonio, todo lo que puede. 

Adquirir los toros en la ganadería castellotana ofrece mucha seguridad, según indican tanto desde el Ayuntamiento como los miembros de la soga y la baga. Son astados que no suelen fallar y, además, si hay algún problema con alguno, la cercanía hasta la finca permite hacer cambios de última hora. 

También para los ganaderos de Castellote es una suerte ser los elegidos para la Vaquilla. No tanto por la cuestión económica –“hay pueblos que, en número, nos compran más toros y además el trato con Teruel es especial”, matiza Teo Adell– sino por cuestión de imagen. Los ensogados de la Vaquilla son los animales más fotografiados, los más comentados y los que más aficionados al mundo taurino atraen de todo el territorio turolense. No hay posibilidad de fallo y eso que, como dice Adell con la sabiduría que da la experiencia de llevar dos décadas entre reses, “no hay producto que te deje más en ridículo que un toro bravo que salga manso”.

La elección de los toros se hace en marzo porque, apunta Teo Adell, “Teruel es el primero en elegir”. Las reses que hay ahora poco tienen que ver, en cuanto al aspecto, con las que se correrán en julio puesto que en dos meses “dan mucho cambio a la vista, es el cambio del calor”, especifica José Antonio Adell, que es el que gestiona actualmente la empresa ganadera. Los animales en este tiempo cambian el pelaje y también engordan algunos kilos, por lo que los que se seleccionen ahora tendrán, si no hay ningún problema, mejor presencia en julio. “La harina se pega en los riñones y luego en la báscula se nota”, comenta gráficamente Teodoro Adell. Ahora los toros seguirán viviendo en la ganadería con el resto de animales, todos ellos sometidos a una cuidada alimentación, que es la base para un óptimo rendimiento. 

El teniente de alcalde y concejal delegado de la plaza de toros, Jesús Fuertes, aclara que la presencia de los ediles es de mero acompañamiento puesto que los que eligen son los sogueros. El concejal matiza que no es igual un toro para la soga que uno que se va a torear en la plaza. Los ensogados “deben imponer respeto, tener cuernos y estar bien armados”, enumera.

Desde la ganadería les muestran aquellos que se pueden ajustar a sus necesidades y son Valentín Calvo, Juanjo Martín y Diego Blasco los que llevan la voz cantante y recorren los corrales acompañados por José Antonio Adell y con la libreta para apuntar los números de los toros que quieren ensogar en julio. 

“Ese jabonero va seguro”, dice un soguero señalando al único astado de pelaje marrón,  mientras su compañero, al lado, le advierte, “pero tiene muchos kilos, como engorde más…”. “Ese calcetero es bonito, pero se queda un poco corto de kilos”, añade otro aficionado. Los miembros de la soga y la baga disfrutan cada año recorriendo la ganadería y admirando los toros en el campo. 

Los ensogados no suelen pesar más de 500 kilos, aunque hay encastes que, como apunta Luis Cortada, que también acudió a la visita de Castellote del pasado martes, “cogen más kilos” y añade que algún año se han corrido cuatreños –que son los toros que tienen cuatro años y los que habitualmente se ensogan en Teruel– con 600 kilos.

Los encargados de la selección eligieron 7 toros de entre los 350 que hay en la ganadería. Sin embargo, solo cuatro se ensogarán porque el resto estarán en los corrales por si acaso hay algún problema con los elegidos. Los cuatro serán cerriles –que son aquellos que nunca han sido toreados– y antes de julio varios miembros de la Comisión de la Soga y la Baga se desplazarán de nuevo hasta Castellote para confirmar que las reses se encuentran en perfecto estado. “Vendremos otra vez porque puede pasar cualquier cosa, es mejor asegurarse, el año pasado se cambiaron dos”, especifica Juanjo Martín, miembro de la Soga y la Baga. 

Todos los ensogados que se corren en la Vaquilla son después sacrificados salvo que alguno dé mucho juego y sea indultado, como ocurrió el año pasado con uno de pelaje burraco. Los dos sobreros, si no han salido al ruedo, volverán a la ganadería. 

Muchos pueblos de la provincia de Teruel utilizan toros que no han participado antes en festejos, se trata de animales más nobles puesto que, al no haber sido toreados con anterioridad, “no tienen vicios”, dicen los expertos, que aseguran que es posible detectar si el astado tiene o no experiencia en festejos. 

El presupuesto que destina el consistorio turolense a los ensogados y las vaquillas infantiles ronda los 10.000 euros. Junto a los miembros de la soga viajaron también a Castellote el concejal de Fiestas, Javier Domingo; el responsable de la plaza de toros, Jesús Fuertes; el concejal de Industria y Turismo, José Manuel Valmaña, y el técnico de Fiestas, Miguel López. 

Comisiones que eligen

El Ayuntamiento de Teruel no es el único que viaja hasta Castellote para elegir astados. A lo largo de la pasada semana un total de siete comisiones de fiestas acudieron a la ganadería para reservar los toros que correrán este verano. “A veces nos los reservan con más de un año de antelación”, asegura José Antonio Adell, quien matiza que tienen más demanda de toros de los que se crían en su ganadería y por eso compran algunos. 

La última adquisición es un grupo de animales portugueses: “A la gente le gusta ir cambiando de ganaderías”, justifica Teo Adell, quien explica que son unas reses de menor tamaño y peso que el resto de lasde su ganadería pero que, sin embargo, tienen fama de dar mucho juego en el ruedo, aunque matiza que todavía no lo han comprobado: “Es la primera vez que los tenemos”, anuncia.

  • Un grupo de toros de la ganadería de Teo Adell entre los que hay varios de los que se ensogarán durante la próxima Vaquilla

    Un grupo de toros de la ganadería de Teo Adell entre los que hay varios de los que se ensogarán durante la próxima Vaquilla

  • El toro jabonero (de pelaje marrón claro) será uno de los que se ensogará

    El toro jabonero (de pelaje marrón claro) será uno de los que se ensogará

  • Juanjo Martín (i), Diego Blasco y Teo Adell, en la ganadería de Castellote

    Juanjo Martín (i), Diego Blasco y Teo Adell, en la ganadería de Castellote

  • Miembros del Ayuntamiento y la Soga y la Baga, con los toros al fondo

    Miembros del Ayuntamiento y la Soga y la Baga, con los toros al fondo

  • Un grupo de toros de la ganadería de Teo Adell entre los que hay varios de los que se ensogarán durante la próxima Vaquilla
  • El toro jabonero (de pelaje marrón claro) será uno de los que se ensogará
  • Juanjo Martín (i), Diego Blasco y Teo Adell, en la ganadería de Castellote
  • Miembros del Ayuntamiento y la Soga y la Baga, con los toros al fondo