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“Cualquier calle o plaza de Ojos Negros tiene algo de mi padre” “Cualquier calle o plaza de Ojos Negros tiene algo de mi padre”
Escultura de sí mismo en el Monumento a los pastores. Familia de Felipe Martínez

“Cualquier calle o plaza de Ojos Negros tiene algo de mi padre”

El hijo de Felipe Martínez explica que Kpis era un apodo familiar
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El apodo de Kpis le venía a Felipe Martínez de la saga familiar, “a mi abuelo y mi bisabuelo ya los llamaban así” recuerda Vicente Martínez, hijo del escultor. Pero si el nombre lo había heredado, no así la afición por la escultura, “fue él quien empezó, con cualquier cacho de madera empezaba a hacer cosas” porque Vicente siempre recuerda ver a su padre haciendo pequeñas obras hasta que pudo jubilarse y empezó a esculpir grandes obras de piedra. “Él iba por su cuenta haciendo cosas, pero si alguien le pedía algo lo hacía” explica, y buena parte de esas obras se ven en el pueblo, “prácticamente casi todas las calles y plazas tienen algo de él, sea el nombre de la calle, sea un escudo...lo que se llevaba en la época”. De todas las obras destaca Vicente el Monumento a los Pastores o la escultura del Santo Cristo de la ermita de la mina. “Había robos por la zona y el cura que había entonces le pidió una escultura de madera para poder bajar la que había allí más antigua al pueblo y guardarla”, cuenta. Kpis murió hace nueve años pero pudo recibir el cariño de su pueblo que le dedicó una plaza que lleva su nombre, y la familia donó sus esculturas al Ayuntamiento que las muestra en una exposición permanente que puede verse en el torreón del homenaje o la antigua cárcel.

La alcaldesa Esther Ibáñez recuerda con cariño a Kpis, a quien seguía de niña: “Me acuerdo muy bien de él porque mientras hacía las esculturas me sentaba con él”. No era la única, según recogía el reportaje de 1993: Cuidadoso y meticuloso hasta el último extremo, en el corral de su casa va esculpiendo y dando forma día adía a lo que será pasado el tiempo otra de sus obras, bajo la mirada atenta de familiares y vecinos, que atraídos por el continuo picoteo de los cinceles no cesan de desfilar por el lugar para charlar un rato con el artista.

Ibáñez destaca el trabajo y el compromiso del artista con su pueblo ya que “colaboró con muchas cuestiones municipales” y por ello, le homenajearon en las fiestas dedicándole un pregón, y está presente en cada rincón de Ojos Negros.