Síguenos
Hemeroteca: el día en el que la Virgen de la Estrella cobró forma de hierro ante 2.000 fieles Hemeroteca: el día en el que la Virgen de la Estrella cobró forma de hierro ante 2.000 fieles
Imagen de la escultura de José Gonzalvo en Mosqueruela

Hemeroteca: el día en el que la Virgen de la Estrella cobró forma de hierro ante 2.000 fieles

Hace 25 años se inauguró la monumental escultura de José Gonzalvo en Mosqueruela
banner click 241 banner 241

Decían aquel 21 de agosto de 1993 que la imagen hablaba por sí misma. Colocada en un pedestal de piedra, el monumento forjado en hierro de la Virgen de la Estrella miraba a los más de 2.000 vecinos que asistieron a la inauguración de la escultura., forjada por el rubielano José Gonzalvo, que asistía emocionado a la inauguración de la imagen. Señalaba "con dignidad" el comienzo de la pista que llevaba al santuario, tal y como destacaba a través de una carta que se leyó en la inauguración el obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín, Antonio Algora. Financiada con las aportaciones y donativos de quienes profesaban profunda devoción a la virgen, la monumental escultura se había colocado en un lugar privilegiado, justo entre las tierras de Teruel y Castellón, a 1.700 metros de altura. 

De todo aquello dio buena cuenta en este periódico Juan Antonio Usero, quien firmaba aquellos años con una pluma siempre brillante las crónicas de la sierra de Gúdar, retratando un paisaje y paisanaje del que casi solo quedan los textos. Relataba Usero que en aquella inauguración no faltó, además del alcalde Rufino Marín, ya fallecido, el presidente de la Diputación de Teruel entonces, Ricardo Doñate, hasta siete sacerdotes para dar todas las bendiciones y más de 2.000 personas que en aquella fiesta de inauguración entonaron las canciones con las que veneran a la virgen. Y Asistió también Rogelio Tena, alcalde de Villafranca del Campo (Castellón) que también venera a esta virgen en romería.

El fervor religioso a la Virgen de la Estrella, en el barrio del mismo nombre de Mosqueruela, se muestra cada mes de mayo en romería. También en noviembre en San Martín, y en la labor de recuperación de antiguos caminos que han hecho los vecinos de este pueblo, que se afanan por mantener una tradición y fervor que se remonta siete siglos atrás. La inauguración de aquel monumento fue un homenaje a la virgen ya las tradiciones sobre todo de quienes marcharon de su pueblo. 

Decía Usero en la crónica que publicaba DIARIO DE TERUEL que Ángel Aznar Edo, el portavoz de la comisión de trabajo que había aglutinado los anhelos de los "chinchirinos" ausentes -"más de 1.600 direcciones recogidas en Castellón, Alcora, Vinaroz, Benicarló, Burriana, Valencia y Barcelona" - destacaba la implicación de los vecinos y descendientes.

Son dignos de atención los recuerdos activados por la poderosa concentración humana en uno de los hitos socioeconómicos y religiosos más antiguos de la comarca añadía el texto. Recuerdos activados que plasmó en el reportaje a doble página publicado en el periódico el 25 de agosto de aquel año.

La hospedería, plaza y aledaños se colmó como en los mejores tiempos romeros de los tiempos anteriores a la emigración. Los encuentros, saludos y felicitaciones cundieron en este pequeño anfiteatro de convivencia humana, en el breve paréntesis de intensa identificación religiosa decía en su texto.

Gonzalvo, emocionado

No pensaba hablar pero al final lo hizo, aunque fue breve. El autor del monumento se dirigía a los vecinos diciendo que estaba satisfecho con la obra, por el resultado y por la "sensación de la gente", que le gritaba desde el público "habla la imagen". Estos detalles los sabemos gracias a la grabación del acto que realizó José Gonzalvo Vivas, descendiente de la vecina localidad de Linares de Mora, que captó con su cámara aquellos años fiestas y tradiciones de estos pueblos, grabaciones que ahora ha puesto a disposición de todos a través de la plataforma Youtube. 

En el vídeo de casi trece minutos de la inauguración del monumento podemos ver el mensaje del obispo a través de la carta que leyó el párroco, el fervor de los cantos y las palabras del alcalde en aquella jornada de agosto, histórica para Mosqueruela.

Y en este periódico, el día antes de la inauguración Juan Antonio Usero daba los detalles artísticos de la obra en una amplia entrevista al autor. José Gonzalvo, el escultor de hierro y la paciencia, ha trabajado desde la verdad que ha compartido entre los vetustos romeros que hacen cada año la ruta de la Estrella. En Mosqueruela, todo el mundo es "estrellano", una especie de patronímico que nace con el bautismo. Así que los mosqueruelanos, a los que se les llama familiarmente "chinchirinos", van por el mundo con el brillo de su estrella en los ojos.

Y destacaba Usero los valores de los vecinos que se veían en la escultura: Sobrio y realista, esquemático y conceptual, ha puesto otra vez en el hierro su visión directa del mundo sencillo que ha vivido con los romeros que cada mayo bajan al santuario. "Es el único artista que podía hacer el monumento -dice el licenciado Esteban García Gil, uno de los promotores del proyecto- pues ha hecho varias veces la romería a pie por los vericuetos de la Estrella, ha bebido el vino junto al enebro de los borrachos y ha comido el huevo duro y el rollo de la caridad en la Fuente Aparicio".

Destacaba el cronista en aquel texto la relevante trayectoria de Gonzalvo que podía verse ya entonces por la provincia: Un día puso alas en sus pies para vencer a un corredor de fondo, otro día empuñó el acero y mató un toro y recordaba también el Tambor en la Estanca de Alcañiz, Monumento al padre Tajo en el nacimiento de este río, San Roque en Calamocha, la Vaquilla del ángel en Teruel, la puerta de iberCaja en esta misma ciudad y otras obras más allá de las fronteras turolenses.

Sobre la obra

Había quien decía aquellos días que Gonzalvo habría retratado a su hija Ángela en la cara de la virgen, y ella misma contaba al periodista: “Todas sus obras de señoras y vírgenes tienen algo que ver con sus mujeres, mi madre y yo”. 

En la entrevista publicada el día anterior a la inauguración, Gonzalvo explicaba también los porqués de su obra: El pedestal contiene una abstracción evidente. La semejanza de esta efigie con la que se venera en el santuario, por otra parte, ha prevalecido. Hay que conceder un poquito a la mentalidad del pueblo y hacer una Virgen a la que se pueda rezar’.

A preguntas del periodista, decía Gonzalvo que entendía la profunda devoción a la virgen que había en estas tierras por la tradición mariológica que había en el Maestrazgo. Y destacaba la idoneidad del lugar en el que iba a ser situada, a pesar de que él había pensado en que fuera colocada en el pueblo: Es el principio del camino de la Estrella donde siempre ha habido un indicador y para ese lugar la elaboró el autor. 

Y Gonzalvo añadía: Para el viajero poco avezado será una sorpresa encontrarse en un sitio tan inhóspito una obra de arte, un vestigio de civilización. Se pararán a contemplarla, a fotografiarla, filmarla, pues será un hallazgo. Será como encontrarse un rebollón donde no los hay.

Fervor religioso y ambiente festivo

Aquella jornada, además del acto inaugural, hubo comida para todos, vaquillas y zarzones, una bebida que todo el que haya pasado por Mosqueruela conocerá: Cada grupo, familia o lectivo social, como ahora se dice, vivió su propia epopeya y entre el calor del día y las vivencias del refrigerio se echó la tarde encima, se soltaron las vaquillas y la diversión se generalizó. Luego aparecieron los envites al zarzón (crema de limón, vino y bicarbonato), con cocktail dulzón y áspero que, indefiniblemente, va situando a los bebedores, en corros de pie, a la altura de medir hondas reflexiones, insólitas confesiones y traviesas risas cercanas a los gozos de los borrachos que también se cantan. La letanía del barzón deja una estela en el alma con salpicaduras de estrellas.