Síguenos
Rosario Raro, escritora: “En cada novela que escribo elijo a dónde viajar y en compañía de quién” Rosario Raro, escritora: “En cada novela que escribo elijo a dónde viajar y en compañía de quién”
La escritora Rosario Raro, en la Feria del Libro y el Cómic de Teruel

Rosario Raro, escritora: “En cada novela que escribo elijo a dónde viajar y en compañía de quién”

banner click 244 banner 244

La escritora Rosario Raro (Segorbe, 1971) estuvo presente por segundo año consecutivo en la Feria del Libro y el Cómic de Teruel con La huella de una carta, que podría ser llevada a la pantalla próximamente al igual que su primera novela, Volver a Canfranc. La autora, que además es doctora en Filosofía Hispánica y profesora de Escritura Creativa en la Universitat Jaume I, asegura que las buenas historias funcionan en cualquier formato.

-Después de estar presente en numerosas ferias en los últimos tres años, ¿qué diferencia a la de Teruel?

-La organización está muy bien porque la feria resulta muy acogedora. Que haya dos escenarios y que las casetas estén en media luna propicia la convivencia entre autores, libreros y lectores. Además, es un punto de encuentro y sucede como en las bodas, que de cada una salen 7, porque después de pasar por Teruel he estado en bastantes pueblos de la provincia.

-Nació en Segorbe y vive en Castellón. Le queda cerca…

-Sí, nos unen muchos lazos y la influencia aragonesa es patente en Segorbe, que es castellano hablante. Además, la autovía Mudéjar nos ha acercado mucho. Solo nos falta el tren. ¡Si pudiéramos ir de Valencia a París pasando por Canfranc! Además, Teruel tiene mucho que contar y es una fuente de inspiración.

-¿Los lectores le descubren cosas de sus novelas de las que no se había dado cuenta?

-A mí eso me resulta muy enriquecedor porque muchas veces escribimos de forma inconsciente y no encontramos explicación a por qué asociamos lugares y personajes. En muchas charlas y clubes de lectura me han desvelado aspectos de mis novelas y entonces he sabido de dónde venían. Eso impacta y que te lean con tanta atención es muy de agradecer. No soy muy esotérica, pero a veces me han dicho que algo que creía inventado sucedió exactamente así y me han dejado perpleja. Te lleva a preguntarte dónde acaba la ficción y empieza la realidad. 

-Ambas novelas están teniendo una vida muy larga y exitosa…

-Hay tanto trabajo detrás que después tenemos que intentar que los libros no estén solo dos semanas en las mesas de novedades y desaparezcan. Por eso ahora hablan de long seller además de best seller. Se trata de que el libro se quede en las librerías y se pueda encontrar en cualquier momento. Escribimos con esa intención. El pasado 26 de abril se publicó la edición de bolsillo de La huella de una carta, lo que le da una vida nueva. Por distintos motivos, hay quienes prefieren esa edición. Cuando una historia te ha impactado y conmovido, cuanto más se comparta mejor.

-¿De cuál de las dos se siente más satisfecha?

-De los dos por igual, aunque hay algunas diferencias. Volver a Canfranc inevitablemente es más descriptiva por la estación y su entorno. La huella de una carta se lee más rápido porque hay más diálogos y la acción es más trepidante, como exige una novela negra que ha sido calificada como un thriller farmacéutico. Volver a Canfranc es una novela histórica y un romance que exigía un ritmo más pausado, como el de una locomotora que poco a poco se va acelerando.

-¿Le han propuesto llevar sus novelas a la pantalla? 

-Un mes después de que se publicara Volver a Canfranc, un director de cine me dijo que quería llevarla a la pantalla. De La huella de una carta, el departamento de Derechos Audiovisuales de la editorial Planeta también tiene las negociaciones muy avanzadas. Habrá que ver finalmente el tamaño de la pantalla porque las productoras compran los derechos y después deciden el formato. Pero también podrían ser un cómic o un videojuego. Dicen que cuando una historia funciona se puede mostrar en cualquier soporte. Aunque no fue algo intencionado y no las escribí con esa pretensión, mi escritura obliga a que el lector visualice lo que cuento. Quizá por ese motivo me han dicho que mi escritura es muy cinematográfica, aunque respeto mucho a los guionistas.

-¿Trabaja ya en la próxima?

-Siempre. Tengo que escribir al menos una página al día. La parte creativa es muy divertida, es apasionante, pero la de corrección me lleva más tiempo. Yo dedico un 20 por ciento a escribir y un 80 por ciento a corregir. He comprobado que cuanto más me cuesta escribir, más rápido me leen. Aunque la editorial no me exige una periodicidad, publiqué la primera novela en 2015 y la siguiente en 2017 y en los años pares las ediciones de bolsillo, por lo que me gustaría publicarla en 2019. Si en Volver a Canfranc me fui a 1943 y 1944 y en La huella de una carta a 1962, en la próxima me voy a retrotraer al siglo XIX, en el que también ocurrieron muchas cosas que han marcado nuestro presente. Cada vez elijo a dónde viajar y en compañía de quién.

-Entiendo que se puede enseñar a escribir pero, ¿hace hace falta tener algún don para ser buen escritor?

-Me gustaría tener la fórmula de cómo enseñar a escribir. Este es un oficio muy solitario, aunque en el contacto con los lectores se vuelve multitudinario. El taller de escritura puede ser un punto intermedio en el que una actividad individual se comparte colectivamente. Tengo 47 años, llevo más de 30 escribiendo de forma regular y no hay más oficio que el de aprendiz. En 1994 comencé a impartir cursos de escritura creativa, que es donde he conocido a las personas más importantes de mi vida porque la literatura dejó paso a la amistad.