Síguenos

Detergente

banner click 244 banner 244
Javier Lizaga

Lo último que recuerdo del PP es un guiño. Cuando José Luis, el alcalde de Arcos de las Salinas, dijo: “No sé de quién ha sido la idea pero felicito a quien haya hecho que el Fite se firme aquí, por primera vez en un pueblo”. Soraya le guiñó el ojo a Bermúdez de Castro y se le leyó en los labios: “Tú, ¿no?”. Un gesto cariñoso en medio de la tormenta como cuando Rick pronuncia mi frase favorita: “El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”. Fue un espejismo en un acto que comenzó con los de protocolo vaticinando que se iban, cuando aún no habían llegado, que no se sabía si hablaban del gobierno presente o del futuro. Soraya tenía en cambio aire distraído, en la universidad uno aprende que sólo preocupan los exámenes que puedes aprobar. No recuerdo otro vaticinio así de claro desde el acto de Pedro Sánchez, candidato a las primarias, en el Hotel Los Botánicos. Tuvieron que traer un autobús desde el Bajo Aragón e invitar a sindicalistas de aquí y de allá para llenar apenas 50 sillas. Ningún cargo oficial del partido socialista en la provincia le recibió, no le dejaron ni pisar la sede. Lo que parecía un fracaso era un triunfo a todas luces. Por primera vez, un candidato se desmarcaba del aparato y además ya saben lo que nos gusta llevar la contraria en España. 
En el mejor libro de Barthes, una de sus tesis arranca del Congreso de Detergencia, esto es, un cónclave de vendedores de detergente. Allí se burla de que la ropa gane profundidad (“blanco profundo”) y los consumidores culpabilidad (la limpieza es un logro del consumidor y la suciedad, un fracaso). Era un ejemplo, para Barthes, de que detrás del cine, la diplomacia, las conversaciones o la cocina que se soñaba tener están siempre las convicciones de los que mandan. En España se hubiera podido determinar con el Un, dos, tres que el proletariado desapareció cuando en lugar de la jornada de 35 horas se anhelaba el chalé en Torrevieja. Así las cosas, por primera vez estoy de acuerdo con Lambán que dijo que se ponen los tiempos interesantes para gentes como ustedes (periodistas quería decir). Barthes hubiera destacado que un partido con una trama de financiación ilegal y amaño de obra pública se venda como el garante de la estabilidad y que además le sustituya como el deseado alguien a quien ni siquiera aceptaban en su partido hace un año. Lean bien las etiquetas cuando compren detergente.