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El Quinto contenedor del programa de reciclaje del Matarraña abre en octubre El Quinto contenedor del programa de reciclaje del Matarraña abre en octubre
El cubo de la materia orgánica es de color marrón. Comarca del Matarraña

El Quinto contenedor del programa de reciclaje del Matarraña abre en octubre

Cretas celebrará dos talleres formativos para empresarios y público general
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La Comarca del Matarraña iniciará el 1 de octubre el proyecto piloto Quinto contenedor en Cretas. Se trata de una iniciativa paralela al Puerta a puerta que, como esta, tiene como objetivo alcanzar una tasa mínima de reciclaje del 50%.

Este quinto contenedor, de color marrón y destinado a residuos orgánicos, sólo podrá ser utilizado bajo llave por las personas que se inscriban en el programa piloto, que se suma a los esfuerzos de la Comarca por alcanzar los requisitos comunitarios de llegar al 50% de reciclaje en el año 2020. 

Los días 20 y 25 de septiembre se celebrarán en Cretas dos talleres informativos en el Centro Cultural sobre el reciclaje, previos a la implantación del quinto contenedor (residuos orgánicos) en esa localidad. Uno de los talleres irá dirigido a la hostelería y comercios y el otro será para el público en general. Al finalizar, se entregarán los kits para el quinto contenedor a todos los que se hayan inscrito en este proyecto. Constan de un cubo cerrado de color marrón de 10 litros a ubicar en la vivienda, bolsas compostables y una llave para abrir el recipiente marrón.

Separar la materia orgánica

El objetivo de la iniciativa es separar los residuos que habitualmente se depositan en el contenedor verde en dos grupos: materia orgánica (restos de frutas y verduras, comida o frutos secos) y fracción resto (todo aquello que no se puede reciclar ni aprovechar para compost).

La materia orgánica se depositará en el contenedor marrón, cerrado con llave, ubicado en la vía pública, mientras que la fracción resto se alojará en el contenedor verde de toda la vida.

En la Guía de Reciclaje de la Comarca del Matarraña se recuerda a los vecinos que en el cubo de materia orgánica no hay que depositar cenizas ni cigarrillos; basura de barrer o de aspiradora; arena de animales domésticos; pelos; excrementos de animales; compresas, tampones, pañales, salvaslips, salvacamas, toallitas húmedas y preservativos; chicle o restos de matacía.

En cambio, sí deben depositarse restos de origen vegetal cocinados o sin cocinar, huesos de fruta, palillos, cerillas, tierra, restos de comida estropeada, cáscaras de mariscos, bolsitas de infusiones, posos y filtros de café, corchos naturales de botellas, huevos, huesos, servilletas, pañuelos, papel de cocina o flores y plantas. 

Planta de compostaje 

Un objetivo de los programas Puerta a puerta y Quinto contenedor es separar correctamente la basura para que se pueda aprovechar la parte orgánica para hacer compost en la planta de Peñarroya de Tastavins, que trabaja ya a pleno rendimiento para sacar la primera partida en 2019.

“Al final del proceso de compostaje, cuando ya esté maduro para poder darle una salida” comercial, “no puede haber ningún resto impropio en el compost”, advierte la Comarca, “por lo que habrá que hacer una tría manual y en detalle de estos restos, con el trabajo que ello implica. Por ello, “se solicita la colaboración de todos los vecinos que están participando, gracias a los cuales se ha conseguido llegar a una alta tasa de reciclaje”.

El Puerta a puerta se está probando desde junio, por periodo de un año, en Fuentespalda, Peñarroya, Monroyo y Torre de Arcas. En cada vivienda se ha entregado un lote de cubos para realizar la separación a domicilio y los contenedores grandes se han retirado de las calles salvo los de aceite, vidrio y ropa. Tres días a la semana se recoge la materia orgánica, dos los envases y uno el cartón y el resto.

El Matarraña es comarca pionera en el Puerta a puerta en la provincia. Ha basado su proyecto piloto en la experiencia de municipios de Cataluña, País Vasco y Navarra.

Actualmente, los 18 pueblos de la Comarca tienen una tasa de reciclaje del 20%, lejos del 50% que exige la Unión Europea para 2020. El proyecto piloto pretende que el territorio consiga el 74% de reciclado de toda la basura que se genera. Si se logra, no sólo se cumplirá con las directrices comunitarias, sino que también se reducirán los costes que tiene la gestión de la basura, pues cada tonelada vertida cuesta 28 euros.