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Mi predilecto Mi predilecto

Mi predilecto

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Elena Gómez

Tenía 9 años cuando lo descubrí. Todas las mañanas de sábado escuchaba un programa de radio infantil en el que locutaba mi hermano. Pero aquel día, buscando el dial, me topé con la cadena rival y con su voz. Era un niño llamado Javier Sierra y contaba historias maravillosas de aventuras y misterios.

Hasta entonces me había sentido una niña diferente, siempre con inquietudes sobre nuestra existencia que la mayoría de los adultos de mi entorno no atisbaban en resolver. 

Javier me descubrió una realidad diferente y también que había más personas como yo. A partir de entonces no dejé de soñar, de mirar a las estrellas, de imaginar otros mundos y de investigar todo aquello que no tiene explicación.

Después llegaron a mi vida grandes como Fernando Jiménez del Oso, Karl Sagan, J. J. Benítez o Germán de Argumosa. Pero no dejé de seguir la estela de Javier Sierra. Ya de jovencita compré muchos números de sus revistas Año Cero y Más Allá, y compré sus primeros libros.

A todos los que querían escucharme les explicaba que aquel periodista era turolense y que era un gran comunicador. Nunca tuve dudas de que llegaría lejos y que conseguiría que esa minoría con afición a lo desconocido se convirtiera en una multitud.

Sin embargo, no fue hasta 2012 que me atreví a hacerle una pregunta en una presentación. Para entonces ya se escuchaba en importantes programas de radio y televisión, escribía best-sellers y llenaba grandes aforos en Teruel. 

La emoción que sentí en aquel momento es indescriptible. Y él se dio cuenta. Supo de inmediato que tenía ante él a la, quizá, mayor de sus admiradoras. 

Desde entonces, siempre que nos vemos tiene un abrazo cariñoso y una palabra amable para mí.

Por eso este miércoles estuve, con muchos que le aprecian tanto, junto a él durante su nombramiento como Hijo Predilecto de nuestra ciudad.  Esa tarde fui feliz, se cerraba el círculo. Ya no era solo mi predilecto.