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Las intensas lluvias dejan desprendimientos y accidentes sin víctimas en las carreteras de la provincia

La crecida del Alfambra y el Turia podrían causar problemas en la N-420 y la N-330 en las próximas horas
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Las balsas que el agua ha provocado en la Nacional 234 a la altura de Cella –entre los kilómetros 134 y 138– han dificultado la circulación y provocado varios accidentes sin víctimas, según informaron fuentes de la Guardia Civil. Además, las abundantes precipitaciones registradas durante toda la noche en prácticamente la totalidad de la provincia han causado desprendimientos en varias vías, como la A-1702, entre Ejulve y Villarluengo, o la que comunica Cedrillas con Alcalá de la Selva, la TE-V-8024.

Las crecidas del río Turia y de su afluente el río Alfambra pueden causar, en las próximas horas, problemas de circulación en algunas vías por la proximidad entre cauce y la carretera. Así, los equipos del Ministerio de Fomento están alerta por la crecida del Turia a su paso por Libros y por la del Alfambra en Villalba Baja.

Las intensas precipitaciones hacen crecer los ríos en las comarcas del Bajo Aragón histórico, aunque sin afecciones destacadas hasta el mediodía. En general, el agua está siendo bien recibida por los agricultores, que ven crecer los embalses con satisfacción.

En cuanto a las incidencias, las principales han sido la caída de piedras sobre el asfalto de las carreteras TE-V-3005, de La Portellada a Ráfales y su enlace con la N-232, y la TE-V-8215, de Alcorisa a Molinos.

En ambos casos ha trabajado durante la mañana el Servicio de Vías y Obras de la Diputación Provincial de Teruel, que ha activado buena parte de sus medios humanos y técnicos para devolver a la normalidad las carreteras de la red viaria provincial afectadas por las intensas lluvias caídas desde anoche.

En concreto, están trabajando siete equipos formados por 21 personas y tres coordinadores, además de apoyo desde las dependencias centrales con maquinaria ligera como camiones, pick-up, palas, escobas e incluso cuñas quitanieves para los casos más complejos.

En el Matarraña hubo que retirar un chopo que cayó de madrugada en un camino de acceso al embalse de Pena, en Valderrobres. 
Los bomberos de la Diputación de Teruel han llevado agua hasta la localidad de Albentosa porque el depósito que abastece al municipio se ha llenado de agua y barro. 

En Aguaviva, el río Bergantes alcanzó su máximo caudal a primera hora de la mañana con 245 metros cúbicos por segundo, lo que le sitúa en nivel de crecida extraordinaria aunque lejos de los 500 metros cúbicos que provocaron un desembalse de entidad en el pantano de Calanda que desbordó el Guadalope aguas abajo. El alcalde, Aitor Clemente, no se mostró preocupado por el momento porque no hay construcciones cercanas al río.

El agua que baja del Bergantes hace que el pantano de Calanda se recupere y roce el 51% de capacidad (ayer estaba al 44,7). El Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Ebro han prohibido circular por la pasarela.

Cueva Foradada pasa del 29 al 37% de capacidad para alegría de la mancomunidad de regantes. La Estanca está al 41%, Gallipuén al 45% y la presa puente de Santolea supera el 100% de capacidad.

En cuanto a pluviometría, destacan los 117 de la Iglesuela del Cid, los 110 de Monroyo y Peñarroya, o los 160 de Morella (Castellón) que abastecen al Bergantes.

Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Metereología (Aemet) y el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) Ebro, en el embalse Santolea se han registrado 107 litros por metro cuadrado, 99 en Castellote, 95 en La Iglesuela del Cid y Monroyo, 92 en el embalse de Pena, 87 en Las Coronas, 86 en Montalbán, 85 en Cueva Foradada y 81 en Valderrobres.
Aunque en la provincia de Castelló, también cabe destacar, por su proximidad con el Maestrazgo turolense, los 146 litros por metro cuadrado registrados en Castelfort o los 115 de Morella.
En Gúdar-Javalambre algunos ríos han anegado huertos a causa de las intensas precipitaciones. Así, según los datos recopilados por el proyecto de los Polos del Frío, que gestiona Manuel Sabater, hasta las 7:30 horas se habían acumulado en Valdelinares 73,2 litros, 72 en Fortanete, 67,2 en Alcalá de la Selva y 61,6 en Linares de Mora-Cespedosa.

Las intensas precipitaciones hacen crecer los ríos en las comarcas del Bajo Aragón histórico, aunque sin afecciones destacadas hasta el mediodía. En general, el agua está siendo bien recibida por los agricultores, que ven crecer los embalses con satisfacción.

En cuanto a las incidencias, las principales han sido la caída de piedras sobre el asfalto de las carreteras TE-V-3005, de La Portellada a Ráfales y su enlace con la N-232, y la TE-V-8215, de Alcorisa a Molinos.

En ambos casos ha trabajado durante la mañana el Servicio de Vías y Obras de la Diputación Provincial de Teruel, que ha activado buena parte de sus medios humanos y técnicos para devolver a la normalidad las carreteras de la red viaria provincial afectadas por las intensas lluvias caídas desde anoche.

En concreto, están trabajando siete equipos formados por 21 personas y tres coordinadores, además de apoyo desde las dependencias centrales con maquinaria ligera como camiones, pick-up, palas, escobas e incluso cuñas quitanieves para los casos más complejos.

En el Matarraña hubo que retirar un chopo que cayó de madrugada en un camino de acceso al embalse de Pena, en Valderrobres.

En Aguaviva, el río Bergantes alcanzó su máximo caudal a primera hora de la mañana con 245 metros cúbicos por segundo, lo que le sitúa en nivel de crecida extraordinaria aunque lejos de los 500 metros cúbicos que provocaron un desembalse de entidad en el pantano de Calanda que desbordó el Guadalope aguas abajo. El alcalde, Aitor Clemente, no se mostró preocupado por el momento porque no hay construcciones cercanas al río.

El agua que baja del Bergantes hace que el pantano de Calanda se recupere y roce el 51% de capacidad (ayer estaba al 44,7). El Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Ebro han prohibido circular por la pasarela.

Cueva Foradada pasa del 29 al 37% de capacidad para alegría de la mancomunidad de regantes. La Estanca está al 41%, Gallipuén al 45% y la presa puente de Santolea supera el 100% de capacidad.

En cuanto a pluviometría, destacan los 117 de la Iglesuela del Cid, los 110 de Monroyo y Peñarroya, o los 160 de Morella (Castellón) que abastecen al Bergantes.