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Javier Alquézar Penón, catedrático de historia y presidente del Centro de Estudios Locales de Andorra: “El 15-M tuvo muchos elementos en común con el movimiento del 68” Javier Alquézar Penón, catedrático de historia y presidente del Centro de Estudios Locales de Andorra: “El 15-M tuvo muchos elementos en común con el movimiento del 68”
Alquézar nació en Zaragoza pero se define como andorrano de pies a cabeza

Javier Alquézar Penón, catedrático de historia y presidente del Centro de Estudios Locales de Andorra: “El 15-M tuvo muchos elementos en común con el movimiento del 68”

El andorrano ofrecerá tres conferencias sobre las protestas populares en Praga, Francia y América
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El Centro de Estudios Locales de Andorra dedicará las últimas semanas de 2018 a recordar el cincuenta aniversario de las reivindicaciones sociales de 1968, que no se circunscribieron al mayo francés y cuyas consecuencias siguen vigentes, en mayor o menor medida, hoy día. El ciclo incluye conferencias, proyecciones de cine, una exposición y la presentación de un CD con temas grabados por bandas andorranas de los años 70 u 80.

- ¿Cómo es eso de contar el fenómeno internacional del 68 desde un centro de estudios locales?

- Siempre hemos entendido que un centro de estudios no se debe quedar en los clásicos trabajos de tradición y etnografía, sino que el conocimieno de la historia ha de ser global. Seamos locales sin olvidarnos de lo universal, porque es imposible conocer lo que pasa aquí sin saber lo que pasa en el mundo. 

- Sobre la Gran Guerra se habló muchísimo en toda España durante 2014, pero da la sensación de que no ha ocurrido lo mismo con la Revolución Rusa o el propio 68...

- El conservadurismo liberal y el pensamiento único ha barrido y ha echado mucha tierra sobre estos acontecimientos. El propio Sarkozy dijo que todos los males de Francia provienen del 68, y desde el anticomunismo se dijo lo mismo de la Revolución de 1917. Es cierto que a nivel académico sí que ha habido mucho interés y se han publicado muchos documentos, pero en general no han llegado a la gente de la calle. 

- ¿El 68 permeó en la España franquista o se quedó en los Pirineos?

- Por supuesto que permeó. De hecho no vamos a explicar el 68 como una cosa francesa, porque el mayo francés fue muy llamativo pero en 1968 hubo revueltas estudiantiles en Estados Unidos, en Brasil, en México, en Tokio, en Berlín... y en España no hubo gran cosa, porque estabamos en medio de la dictadura, pero a mi modo de ver las consecuencias fueron importantes. La multitud de partidos políticos de extrema izquierda y que tuvieron importancia como alternativa al PCE son hijos del 68. Y el movimiento universitario del 72 es una clara consecuencia de aquello. 

- ¿Y en el resto del mundo?

- En Estados Unidos el movimiento hippie abanderó la liberación sexual y el pacifismo contra la guerra de Vietnam que nacieron entonces, y cuyas protestas se generalizaron en todo el mundo. En cada país tuvo sus características particulares, pero en general fue una respuesta contra lo establecido, contra lo conservador. También se vivió en el Bloque del Este, con la Primavera de Praga que fue una reacción ante el estalinismo inmovilista que todavía imperaba. El 68 fue una auténtica explosión con vasos comunicantes entre los países.

- ¿El 15-M de 2011 español es comparable al 68?

- Yo creo que sí. Se trata de épocas muy diferentes pero el movimiento indignado vino a ser la misma reacción contra lo establecido. De hecho en la exposición de carteles se recogen chistes gráficos del 68 francés aparecidos en una revista que se llamó L’Enragé, que podría traducirse como el cabreado o el indignado. Ellos así mismos se denominaban l’enragés porque eran de una procedencia ideológica tan variada que lo que tenían en común era esa indignación. 

- En Francia el gaullismo pasó de héroe a villano...

- Claro. Hasta entonces el gaullismo representaba la liberación de Francia que unió a todos durante la segunda guerra mundial. Pero la generación del 68 había nacido al final de la guerra o después de ella, así que para ellos el gaullismo era un mundo aburrido, autoritario y censurador que había que cambiar. Esto pasa de vez en cuando en todas las sociedades. En España tuvimos el movimiento del 0.7% en 1994 que se quedó en nada, y después en el 15-M sí que se vio esa reacción de los jóvenes contra un mundo viejo y del que ya no se sentían parte.

- ¿El 68 se intentó capitalizar políticamente desde el sistema, del mismo modo que el 15-M?

- En eso también se parecieron bastante los dos movimientos. En España la reacción del 15-M se dirigió contra los partidos establecidos incluso de izquierdas, y de hecho IU no salió muy bien parada en los primeros momentos. Y en el mayo francés en muchos carteles aparecía casi como adversario el PCF, la izquierda francesa que además tenía mucho poder, que se opuso al movimiento porque no pudo controlarlo. 

- ¿Tuvo más consecuencias revolucionarias el 68 que el 15-M?

- De entrada yo no me atrevería a llamar revolucionario ni a lo uno ni a lo otro. El 15-M ha sido un movimiento que no cambió el sistema sino que lo limpió un poco. Aunque en España aparentemente sigue sin asustarnos la corrupción generalizada que en el franquismo se daba por natural, eso es algo que me tiene traumatizado. Se rompió el bipartidismo, aunque aún queda por saber en qué queda la cosa, pero la forma del Estado y mucho menos la economía no se han tocado para nada. Tampoco fue una revolución lo del 68, porque de hecho cuando llegaron las elecciones de junio reaccionaron todas las personas mayores y ganó el gaullismo por goleada. Pero tampoco fue una derrota absoluta porque hubo cambios y surgió el germen de movimientos como el ecologismo, el pacifista o la izquierda específica y no tan generalista como hasta entonces.