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Juan Sevilla, psicólogo y director del Centro de Terapia de Conducta de Valencia: “El psicólogo clínico necesita tener habilidades de comunicación y empatía” Juan Sevilla, psicólogo y director del Centro de Terapia de Conducta de Valencia: “El psicólogo clínico necesita tener habilidades de comunicación y empatía”
Juan Sevillá dio una charla en el máster de psicología clínica en Teruel

Juan Sevilla, psicólogo y director del Centro de Terapia de Conducta de Valencia: “El psicólogo clínico necesita tener habilidades de comunicación y empatía”

“En esquizofrenia y trastorno bipolar tenemos terapias muy potentes para aplicar junto al tratamiento psiquiátrico”
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El psicólogo clínico y fundador y director del Centro de Terapia de la Conducta de Valencia, Juan Sevillá, impartió la conferencia inaugural del curso del máster de Psicología General Sanitaria de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del Campus de Teruel y habló a los estudiantes de este postgrado de las habilidades personales y profesionales de un buen terapeuta.

- ¿Cuáles son las cualidades que debe tener un buen psicólogo clínico?

- Hay una serie de habilidades científicas y personales para ser un buen psicólogo clínico. Es necesaria una formación sólida, unas bases científicas muy claras y luego, en el terreno personal, buenas habilidades de comunicación, empatía, esa capacidad de ponerte en la piel de la persona que estás intentando ayudar y todo eso dirigido con una ética muy sólida.

- Cada vez se incrementan los problemas psicológicos en la población, ¿hay nuevos retos para el profesional?

- No estoy muy seguro de que se incrementen necesariamente, cambian y sobre todo en la actualidad es mucho más fácil ser consciente de que se tiene un problema y buscar ayuda. Pero yo creo que las personas hemos tenido problemas emocionales siempre, a lo largo de toda la historia.

- ¿Pedimos entonces más ayuda?

- Sí, ahora estamos más sensibles con el tema y pedimos más ayuda.

- ¿Qué consejos de formación le da a estos futuros psicólogos clínicos que se están formando en Teruel?

- En este momento, la formación para ser un psicólogo clínico está muy reglada. Hay que hacer el grado y como mínimo un máster sanitario como el que están haciendo los alumnos aquí en Teruel. Luego, a partir de ahí, en teoría se puede practicar la psicoterapia pero esto es como la medicina es una ciencia en constante evolución, donde cada día se publican cientos de artículos, libros, congresos... entonces creo que los profesionales tienen que estar en constante reciclaje.

- ¿Qué avances destacaría en la práctica actual de la psicología clínica?

- Hay problemas donde la terapia psicológica es desde hace años muy eficaz. Por ejemplo, los dos problemas más habituales: la depresión y la ansiedad, en este momento tenemos evidencias de que el tratamiento psicológico es más eficaz que el tratamiento farmacológico. En los últimos años los retos son otros trastornos que tradicionalmente pensábamos que eran enfermedades mentales graves pero que la investigación ha demostrado que la psicología funciona también. En la esquizofrenia y el trastorno bipolar en este momento para esos dos problemas muy serios también tenemos tratamientos muy potentes. En esos problemas lo ideal es combinar el tratamiento psiquiátrico con el psicológico. 

- También es especialista en el tratamiento de las adicciones no químicas, ¿cuáles son los avances en este campo?

- Es un tema relativamente novedoso. En realidad tenemos mucha información en relación al juego patológico pero también hay cada vez más investigación sobre la adicción al sexo, al teléfono móvil, a internet. En este momento ya disponemos de tratamientos eficaces para todos esos problemas. A destacar en el tema del juego es el problema que estamos teniendo con jóvenes adictos al juego on line esta es la última frontera, la ultima revolución. Desde tu propia casa con tu portátil puedes acceder.

- En el caso de la tecnología cada vez hay problemas en edades  más tempranas, ¿qué pueden hacer las familias?

- Educar. La mejor forma de educar es dar ejemplo. Cada vez que una familia está comiendo y está la tele puesta damos un mal ejemplo o, peor todavía, cada vez que la familia está cenando y uno de los padres está mirando el whatsapp o está consultando la tablet damos un mal ejemplo. Esos niños criados en ese ambiente aprenden que es habitual, deseable y bueno sobreusar este tipo de tecnología. Eso inevitablemente da problemas. Si el paciente  es menor de edad, por ejemplo, un niño de 13 años casi siempre la intervención empieza por educar a los padres. Si no el tratamiento no funciona.

- La tecnología está muy presente, ¿es fácil recaer después de haber seguido un tratamiento?

- Es muy fácil recaer porque el problema es que no hay un marco de referencia de cuánto es razonable usar estas tecnologías. El tratamiento acaba siempre proponiendo unas pautas razonables de cuánto tiempo, cuántas veces, qué días a la semana puedo utilizar la tablet, el ordenador el teléfono móvil. Si no volvemos a un estado de vulnerabilidad que era un sobreuso de las tecnologías.

- ¿Empiezan demasiado pronto los niños a usar estas tecnologías?  

- Es muy complicado decir a qué edad es recomendable. Antes de los 15 años no es una gran idea. Pesarás: esto es imposible, muchos niños piden tablets en la Comunión pero que todo el mundo lo haga no quiere decir que sea una buena idea. Yo diría que antes de los 15 años un smartphone que disponga de internet yo lo pensaría. Y, si se regala antes, intentaría tener control: que lo usen delante de los padres, una cierta cantidad de tiempo al día,... no, haz lo que quieras.