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Hemeroteca: un trocito de Rubielos de Mora, en el templo de la Constitución de Cádiz Hemeroteca: un trocito de Rubielos de Mora, en el templo de la Constitución de Cádiz
Crónica de Juan Antonio Usero sobre el homenaje de los rubielanos en Cádiz a Vicente Pascual

Hemeroteca: un trocito de Rubielos de Mora, en el templo de la Constitución de Cádiz

Una delegación turolense homenajeó hace ahora treinta años a su vecino ilustre Vicente Pascual
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Baturros en Cádiz leíamos al comienzo de aquella página 7 del domingo 6 de noviembre de 1988 en este periódico. Pero baturros de Teruel, porque hablaba Juan Antonio Usero en aquella personal crónica de El viaje de los rubielanos a la cercana en Andalucía. Allí fueron para homenajear a uno de sus vecinos más ilustres, Vicente Pascual, que en el lejano 1812 fue presidente de las Cortes que aprobarían la Constitución de 1812, revolucionaria para la época por los avances sociales que planteaba, y que así pasó a la historia a pesar de las zancadillas que vivió y sus cortos periodos de vigencia. Aquel día sacaron pecho por la aportación de Rubielos a ese momento crucial de la Historia de España y honraron con el gesto a aquellos abnegados románticos-creadores de : La Pepa”, como les llamaba en su texto Usero.

El cronista, habitual colaborador durante años de este periódico, describía con su personal estilo el viaje hasta Cádiz de los 50 vecinos, entre los que él mismo se encuentra, muy distinto del que habían hecho sus antepasados: Alguien apuntó que cuando don Vicente Pascual y Esteben y don Isidoro de Antillón, el de Santa Eulalia, hicieron el mismo recorrido para salvar a España de la falta de gobierno, ni había autobuses ni apenas carreteras, y que si hacíamos el viaje cómodamente sentados y visionando el vídeo, ellos, los abnegados románticos-creadores de “La Pepa”, lo hicieron a lomos de mula, de noche y huyendo del acoso de los franceses que habían destruido gran parte del país”.

Sobre aquel viaje de 175 años atrás recordaba que todavía era un misterio la forma en que llegaron a Cádiz los primeros 95 diputados que inauguraron las sesiones de Cortes con una ciudad bloqueada entonces, hasta llegar a los 220 diputados de 1812. Habla Usero del sacrificio de aquellos diputados, capaces de transformar el arraigo del antiguo régimen y las formas tradicionales, en un espejo de estado constitucional.

El homenaje a varios de aquellos que participaron en este momento histórico se manifiesta en las placas conmemorativas que se han ido colocando en la iglesia oratorio de San Felipe Neri, donde se reunieron entonces las Cortes. Entre ellas está desde aquel viaje en 1988 la de este rubielano ilustre, colocada en la fachada del oratorio.

El acto de descubrimiento de la placa tuvo lugar un 20 de octubre de 1988 y el domingo 23 se publicaba la noticia en el periódico con el titular Rubielos saldó su deuda, en la que detallaba la recepción que ofreció a la comitiva el alcalde de Cádiz, Carlos Díaz Medina, y las palabras del alcalde de Rubielos, Ángel Gracia, quien destacó la deuda que tenía su municipio para con su hijo ilustre. Reivindicaba el primer edil ya entonces, según leíamos, que Vicente Pascual no había sido tratado “en la medida que merecía desde los trabajos de investigación hasta su dignificación dentro del contexto político del momento”. En la delegación aragonesa participaban también los senadores turolenses Rufino Foz del Cacho, Álvaro de Diego, José María Esponera y el diputado provincial, Juan Elena, según leíamos en aquella información.

De la crónica que publicaba días después Usero extraíamos más detalles, como el reconocimiento que Ángel Gracia hacía extensivo a “cuantos diputados aragoneses” acompañaron a Vicente en aquel momento histórico.

El recuerdo

Treinta años después de aquel momento, Ángel Gracia recuerda aquella experiencia como “un viaje entrañable, de vecinos de Rubielos de Mora, orgullosos por poder perpetuar la memoria de Vicente Pascual”.

Explica que la iniciativa de colocar la placa en el oratorio fue de la localidad de Rubielos, a imagen de otras que se habían puesto como reconocimiento a otras figuras, porque pensaron que tenía que haber un lugar especial para el presidente de las Cortes. “Lo gestionamos desde las instituciones y organizamos un viaje social que sirvió también para conocer la zona y hacer turismo” recuerda el primer edil.  Entonces apenas llevaba dos años como alcalde y Gracia resalta que fue “un orgullo” participar en este homenaje,  que no ha sido el único de Rubielos a su vecino ilustre, al que ha dedicado una calle, publicaciones, charlas y jornadas.

El viaje fue un orgullo de todos, en un momento también de retos para Teruel, decía Usero: El gozo de saber que (Vicente Pascual) había participado en una obra escrita de tamaña envergadura ponía en el viaje, en el ánimo de los ilusionados viajeros, relataba Usero, la nueva fe de este pueblo que también ahora necesita reformas sustanciales que le propicien mejor futuro. Ya no solo de Rubielos, sino de todo Teruel, lamentablemente despoblado, carente de industrias y de población joven con ansias de porvenir.

Así que de aquel viaje los rubielanos se trajeron un puñado de autoestima, como concluye Usero en su crónica, ese el pintoresco relato que hace de la experiencia vivida en el homenaje realizado en Cádiz: Yo les aseguro a ustedes que atravesar la resplandeciente Cádiz a media mañana vestido de baturro, como una enseña viva de otros personajes que lo hicieron hace exactamente ciento setenta y seis años, es una experiencia digna de ser vivida, pues desde la niña asombrada que le dice a su mamá “mira, un torero”, hasta el gaditano gracioso que prevé el adelanto de los carnavales, se puede retrotraer la historia con esta clase de razonamientos.

Volver España del revés

La mayoría de los liberales que intervinieron en las Cortes de Cádiz murieron pronto de modo violento a manos de los “absolutistas” partidarios de Fernando VII, incluso el propio Vicente Pascual y Esteban, según todos los indicios leemos en la crónica de Usero, que sentencia que se habían equivocado los liberales al pensar que España era tan fácil de volver al revés.

Destacaba que aquellos diputados, los que idearon y promulgaron la Constitución de 1812 se adelantaron casi dos siglos a su tiempo, con preceptos como la obligación a los españoles de “ser justos y benéficos”, la importancia que da a la instrucción del país, señalando que el español “para tener la consideración de ciudadanos habrá de saber leer y escribir”, en una época en el que el 80 por ciento de la población era analfabeta, recuerda Usero. Y por ello, se traba de una constitución mucho más intelectual y más avanzada, por tanto, de lo que el pueblo podía asumir.

Con este análisis histórico, el cronista quería suscitar el interés de los lectores por este periodo histórico, decía en el texto, y conocer la figura del canónigo Vicente Pascual. Una figura que sí que ha tenido un notable reconocimiento en su pueblo, donde tiene una calle dedicada, una placa en la que casa en la que nació y al que se recordó, por ejemplo, con un número especial sobre su vida y trayectoria de la revista “Papeles de Rubielos de Mora”, que editaba la Asociación Cultural Dos Portales de la localidad.