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Laura Vicente, doctora en Historia y escritora: “El anarquismo favoreció el feminismo más que otras ideologías revolucionarias” Laura Vicente, doctora en Historia y escritora: “El anarquismo favoreció el feminismo más que otras ideologías revolucionarias”
Laura Vicente ofreció el martes una charla sobre feminismo y anarquismo

Laura Vicente, doctora en Historia y escritora: “El anarquismo favoreció el feminismo más que otras ideologías revolucionarias”

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La zaragozana Laura Vicente Villanueva es doctora en Historia por la UZ, máster en Estudios de la Mujer por la Universidad de Barcelona y catedrática de Historia de enseñanza secundaria. Es especialista en historia social y de la mujer, y autora de numerosos libros y articulos sobre anarquismo y feminismo, como Teresa Claramunt, pionera del feminismo obrerista anarquista; o Aproximación a Mujeres Libres, entre otros. 

Este martes visitó el Centro Social Autogestionado A Ixena, en Teruel, donde pronunció la charla Historia en Femenino. Mujeres anarquistas y feministas. El acto se enmarcó en el ciclo Mujeres Libres (1936-39). Precursoras de un mundo nuevo organizado por CNT, CGT y Fundación Anselmo Lorenzo. 

Su charla se centró en explicar la genealogía del feminismo anarquista. "Normalmente se suele entender que el feminismo anarquista son Mujeres Libres, la asociación fundada en 1936, pero yo, que me he dedicado a investigar todo el periodo anterior desde finales del s. XIX, creo que la eclosión de Mujeres Libres no se produce porque sí, sino que está engarzada en una genealogía que arranca prácticamente en la Primera Internacional (1864) y que tuvo sobre todo dos pioneras que asentaron las bases de ese feminismo anarquista; Teresa Claramunt y Teresa Mañé", explicó.

- ¿Cuál fue la auténtica importancia de Mujeres Libres?

- Fue muy relevante puesto que todo el movimento anarcosindicalista lo fue también, y Mujeres Libres estuvo muy vinculada a ese movimiento libertario y amplio que venía desarrollándose también desde los años 20 y que durante la II República y al inicio de la Guerra Civil tuvo mucha relevancia. Mujeres Libres llegó a ser una organización muy potente; se dice que tuvo entre 20.000 y 40.000 afiliadas, aunque yo me quedó con las cifras más moderadas, que aún así son muy importantes. Había otros organismos similares, la mayor parte de los cuales se coordinaron en la Asociación de Mujeres Antifascistas (AMA), muy influida por el Partido Comunista, pero donde había también mujeres socialistas o republicanas. 

- Pero Mujeres Libres no formó parte de la AMA...

- Se propuso su inclusión, pero Mujeres Libres no aceptó porque quería tener autonomía y mantener sus reivindicaciones de emancipación de género y de clase a los que el AMA, de algún modo, había renunciado, priorizando la lucha antifascista. 

- ¿Cuando se habla de feminismo anarquista se hace para diferenciarlo de otros movimientos feministas?

- El planteamiento anarquista genérico facilitó el movimiento feminista en mayor medida que otras ideologías revolucionarias de la época pero también otros como la ecología, el control de la natalidad o la educación integral, por su propia concepción de la realidad diferente al marxismo, por poner un ejemplo. El anarquismo no lo centraba todo en la explotación económica que tiene lugar en los talleres y las fábricas, sino que hablaba de la opresión de una manera más amplia incluyendo instituciones como el Estado, la Iglesia o el Ejército, pero también la familia patriarcal, por ejemplo. Esto hizo que dentro del anarquismo pudiera desarrollarse más fácilmente el movimiento feminista. Otra cosa es que si no hubiera habido mujeres que desarrollaran ese feminismo y le dieran forma y contenido todo hubiera quedado en un planteamiento genérico. Desde la Primera Internacional hubo mujeres, como Guillermina Rojas, que aportaron aspectos con un planteamiento anarquista o libertario y feminista. Esa línea genealógica se irá desarrollando hasta llegar a la gran fundadora de los principios del feminismo anarquista que ya he mencionado antes, Teresa Claramunt, quien ya plantea aspectos concretos y detallados del movimiento. 

- Entre los hombres militantes del anarquismo de la época existía una conciencia de igualdad de género real?

- Había aspectos teóricos, como la libertad sexual, que todos, ya fueran hombres y mujeres, aceptaban, difundían y reivindicaban. Pero la teoría y la práctica eran cosas muy diferentes. Y en la práctica estas mujeres tuvieron que batirse el cobre para que sus propios compañeros anarquistas las considerasen como iguales, y fueron criticadas y cuestionadas por ellos. Un ejemplo muy claro, pero no el único, es el de Mujeres Libres, que intentó formar parte del Movimiento Libertario, que integraba la CNT, Juventudes Libertarias y la FAI, y no fue aceptada. Mujeres Libres tuvo problemas y tensiones durante la Guerra Civil porque no se aceptaba que, al mismo nivel que la emancipación de clase y la lucha contra el fascismo, mantuviera la reivindicación de la emancipación de género. 

 - ¿Las milicianas anarquistas participaron en actos de armas, o se les reservó papeles específicos que se consideraban más propios de mujeres?

- Aunque fueron una minoría respecto a los hombres, al estallar la guerra civil y la revolución de 1936 hubo mujeres que marcharon en los mismos camiones que los hombres, se incorporaron a las columnas y participaron en acciones de guerra. Incluso hubo algunas muertas como consecuencias de estas acciones. Lo que ocurre es que, por influencia de la propaganda del otro bando que decía que las mujeres se incorporaban al frente como prostitutas, se consideró que era más relevante su actuación en la retaguardia. Hubo muchos carteles y consignas para insisitr en que la retaguardia era tan importante como el frente para ganar la guerra. Y es verdad, lo que no es tan acertado es que las mujeres, por sistema, tuvieran que estar en la retaguardia, porque eso responde a un discurso de género muy claro. A partir de ahí las mujeres que quisieron quedarse en el frente fueron destinadas a los puestos tradicionales, como sanitarias o cocineras. Algunas lo aceptaron y otras no, y se volvieron a la retaguardia. Y también hubo mujeres pacifistas que creyeron que su papel tenía que estar en un puesto que les permitiera seguir cuestionando la guerra, como fue el caso de Amparo Poch, aragonesa profudamente pacifista. 

- A pesar de las escasa conciencia de género que podía haber en la España de los años 30, la anarquista Federica Montseny llegó a ser ministra de Sanidad de la II República, con la propia Amparo Poch como estrecha colaboradora...

- Esto es complejo de explicar porque tiene muchas vertientes. Por un lado el movimiento de las mujeres en la España de los 30 llevaba prácticamente 100 años de desarrollo, y aunque era minoritario había ido acumulando experiencia, con mujeres no solo anarquistas, sino también librepensadoras, republicanas, masonas, socialistas... Lo que aportó la II República fue la cuestión jurídica, porque equiparó a los hombres y las mujeres desde el punto de vista legal y jurídico. Fue un avance muy relevante, que aprovecharon muy bien las mujeres que ya tenían conciencia feminista, pero no quiere decir que a nivel social las mujeres españolas de la época fueran muy avanzadas, especialmente en el ámbito rural, ni siquiera en comparación con otros países del entorno. Si la II República hubiera durando mucho tiempo es probable que esos planteamientos hubieran cuajado entre la población, pero no fue el caso.

Y, por otro lado, el hecho de que una mujer fuera ministra de Sanidad tiene que ver solo relativamente con la II República, porque antes de la guerra civil no hubo mujeres en los gobiernos. Eso solo ocurrió una vez estallada la guerra, durante un periodo brevísimo de seis meses y con un presidente como el socialista Largo Caballero, que tenía unos planteamientos revolucionarios, aunque fuera desde la socialdemocracia, que incorporó a su gobierno miembros de CNT y FAI.

- Montseny da nombre a numerosos edificios oficiales en España y Amparo Poch tiene una calle y un centro de salud en Zaragoza... ¿El feminismo anarquista está reconocido actualmente?

- En general el movimiento anarquista tiene muy poco reconocimiento, sobre todo a nivel popular. Aunque a nivel académico hay muchos estudios y muy importantes, uno de los planteamientos que impuso la Transición para asentar la democracia fue que todo lo que había sucedido antes y durante la Guerra Civil no debía entrar en la conciencia social, por decirlo de algún modo. Así que sigue perviviendo ese tópico de que el anarquismo es violencia, algo que en gran parte es falso porque desarrolló infinidad de aspectos nada violentos y absolutamente desconocidos. A nivel institucional últimamente hay cierto reconocimiento, pero en general descafeinado. En muchos casos, no en todos, las instituciones resaltan aspectos de estas mujeres, que eran médicas, pacifistas o intelectuales, pero obvian que estas mujeres además fueron anarquistas. Así que se da una imagen descafeinada de ese anarquismo pacifista y positivo para seguir manteniendo la idea de que fue todo violencia. Eso me parece muy triste, la verdad.