Síguenos
Enjundia local Enjundia local
banner click 244 banner 244
Juanjo Francisco

Mientras media España se paraliza por saber si funcionará o no ese invento de Carmena llamado Madrid Central, aquí la parálisis momentánea, y quién sabe si permanente, la produce el cierre anunciado de la térmica de Andorra, esa central que tantos réditos ha dado a la economía turolense. Desde los tiempos del llamado Canon de la Energía - una dádiva del Estado hacia los territorios donde se extraía mineral y que luego serviría en buena parte para construir frontones y piscinas a mogollón- ha llovido mucho y han sido muchas nóminas y muchas familias las que se han formado y se han asentado en la cuenca minera, disfrutando de una posición económica que irradiaba beneficios a todos los alrededores.
Ahora ya se dibuja un futuro bien distinto porque pintan bastos y el susto, no sé si equiparable o no al que viven otras zonas de España donde se anuncian cierres de grandes fábricas, es importante, casi determinante.
Realidades como el final de la térmica nos retrotraen a la existencia, al filo de la navaja siempre, de Teruel. Con el sanbenito de quejicas siempre a cuestas, los turolenses van tirando adelante, suspirando, eso sí, porque haya algún empujón administrativo que ayude a permanecer.
El sustazo de ahora, reitero, parece que trae, no obstante, alguna luz sobre cómo remediar en parte ese negro panorama. Hay perspectivas de que Aragón y Teruel pasen a la acción y que sean iniciativas locales las que propongan soluciones. Y eso es de agradecer y de ensalzar. Hace poco leí una vieja publicación estudiantil de los primeros setenta en la que un chaval de 14 años entrevistaba a un preboste del régimen de Franco y le interrogaba sobre qué podía  hacer el Estado para sacar a Teruel adelante. Aquel alto cargo vino a contestar, con un lenguaje engolado, que Teruel tenía que buscarse las castañas en las iniciativas locales.
Pues bien, un montón de años después, y en una situación límite, hay iniciativas locales en ese SOS de la cuenca minera. Entre los pocos de Teruel también hay enjundia emprendedora y capital para arriesgar, que no se diga.