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Antonio Javierre, presidente del Comité Científico del Congreso de Responsabilidad Social: “Responsabilidad social y márquetin se confunden a veces de forma intencionada” Antonio Javierre, presidente del Comité Científico del Congreso de Responsabilidad Social: “Responsabilidad social y márquetin se confunden a veces de forma intencionada”
Antonio Javierre participó en la jornada precongresual celebrada el día 10 en Teruel

Antonio Javierre, presidente del Comité Científico del Congreso de Responsabilidad Social: “Responsabilidad social y márquetin se confunden a veces de forma intencionada”

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Cruz Aguilar

Antonio Javierre es propietario de una empresa de excavaciones en Monzón de seis trabajadores y referente en materia de responsabilidad social en Aragón. Preside  el comité científico del VI Congreso de Responsabilidad Social, que se desarrollará en Zaragoza los días 6, 7 y 8 de febrero. 

- ¿Cómo hace una empresa pequeña y dedicada a los movimientos de tierra para ser ejemplo de responsabilidad social?

- No tratamos de ser ejemplo, sino de gestionar de una manera responsable. Hacemos cosas diferentes y tomamos decisiones pensando en las cuatro vertientes de la responsabilidad social, tratando de equilibrar el aspecto económico con el social, el ambiental y sobre todo con la integridad y buen gobierno.

- ¿Cómo se conjugan esas patas con la viabilidad?

- Perfectamente, la viabilidad tiene que ir ligada a estas cosas, a todas por igual. Es un seguro de sostenibilidad para la empresa.

- Habló en Teruel el pasado día 10 de desaprender para aprender. ¿Qué significa esto?

- Hay una cultura de gestión en España y en el mundo con únicos criterios de maximizar beneficios económicos. En los tiempos que estamos hay que desaprender malos hábitos y aprender nuevos formatos que generen impactos positivos, tanto sociales como ambientales y económicos.

- ¿Cuánto cuesta la responsablidad social?

- A las grandes empresas cientos de miles e incluso millones de euros. ¿A una pyme? No entiendo recurso económico dedicar el tiempo que requiere una especial atención a las decisiones. 

- Pero aunque no sea cuestión de dinero, parece que en una gran empresa es más fácil.

- No es cosa de grandes, eso es un bulo, las pymes realmente están haciendo cosas responsables y a veces sin saberlo, no cuesta dinero generar confianza con trabajadores o proveedores.  

- Se habla mucho de responsabilidad social pero llega el momento de actuar y las empresas dejan mucho que desear. El ejemplo más claro para los turolenses es Endesa, que cierra la central de Andorra sin, de momento, un plan alternativo para la comarca. ¿Debería legislarse para que esta responsabilidad social fuera obligatoria?

- En empresas como Endesa con más de 500 trabajadores es obligatorio un sistema de gestión que aborde responsabilidad social, además están obligadas de informarlo en su memoria anual. Obligatoria la responsabilidad social no es, pero por ley en España deben informar sobre los impactos sociales, ambientales y éticos. Lo que pasa es que esos informes, en general, los llevan departamentos de comunicación y márquetin y nunca informan de los impactos negativos. Se está confundiendo intencionadamente lo que es verdadera responsabilidad social con márquetin. Esto tendrá que cambiar con el tiempo y el consumidor será el juez que dé esa licencia a las empresas para que operen o no.  

- En la actualidad se está produciendo cierta dicotomía en el interés de algunas empresas y entidades por ser socialmente responsables y apostar por un mundo más igualitario frente a los últimos movimientos políticos de España y Europa que se posicionan en contra de la llegada de inmigrantes. ¿Esto cómo se explica?

- Aquí hay que entender la responsabilidad social de una forma completa, es decir, para las empresas establecer un equilibrio no es fácil, a veces se tienen que tomar decisiones en contra de lo que es responsabilidad social porque se pone en riesgo la viabilidad de la empresa en el aspecto económico. Ese mismo dilema se da en Europa, que quiere mantener o incluso mejorar su estado de bienestar y eso va en contra posiblemente de ciertos aspectos sociales o ambientales. Es perfectamente compatible siempre y cuando haya un método que minimice riesgos e impactos negativos. Al final hay que buscar un equilibrio que sea el menos malo. Decíamos antes que Endesa es irresponsable porque ha cerrado su central en Teruel, bueno, a lo mejor es irresponsable pero es una de las firmas reconocidas en el mundo que más invierte y que está reconocida por su responsabilidad social, estará haciendo otras cosas positivas en otros sitios a lo mejor más necesitados.

- No hay duda de que realizará acciones en otros lugares,   pero en el territorio turolense, de momento, no ha presentado un un plan de acción, la responsabilidad social en este caso no ha pasado del papel.

- Estoy de acuerdo en eso, su responsabilidad social debería haber previsto un impacto menos negativo y realizar acciones para paliarlo, pero cada empresa lleva sus políticas.

- ¿No cree que estas cosas hace que el ciudadano de a pie vea que la responsabilidad social se queda en agua de borrajas?

- Claro, pero son decisiones que se toman en consejos de administración con una cultura de maximizar beneficios económicos y a veces pesa más esa. El aspecto económico prima, pero no en Endesa, en todas.

- El Congreso de Responsabilidad Social va por su sexta edición, ¿ha cambiado mucho en estos años la situación?

- Sí y no. Hay movimiento a nivel de empresas y de legislación, la actividad se está dinamizando con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la última etapa de este gobierno socialista se han impulsado, pero echo de menos políticas a largo plazo, acuerdos y planes estratégicos consensuados por todos los grupos.