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Las hogueras de San Antón y San Sebastián pueden con la lluvia y el frío en la provincia Las hogueras de San Antón y San Sebastián pueden con la lluvia y el frío en la provincia
San Antón en La Iglesuela. Cristina Mallén

Las hogueras de San Antón y San Sebastián pueden con la lluvia y el frío en la provincia

Numerosas localidades celebran la fiesta del patrón de los animales con el fuego purificador
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Las hogueras de San Antón y San Sebastián han podido con la lluvia y el frío registrado durante el fin de semana en la provincia. Numerosas localidades han celebrado la fiesta del patrón de los animales con el fuego purificador. De la fiesta hay que lamentar un herido grave en Castelserás al golpearle un tronco del chopo cabecero en la cabeza. 

Como manda la tradición, los vecinos de Montalbán salieron a las calles a celebrar la festividad de San Antón junto a las hogueras. El casco urbano cambió su iluminación nocturna por la cálida luz de las hoguericas que peñas, amigos y vecinos habían encendido por distintos puntos del pueblo. Desde la plaza del Muro, pasando por la Rambla, la Replaceta, la Zoma y el Tirador el cielo de la noche del sábado se iluminó con las chispas de las hogueras y la lluvia no fue impedimento para que todos disfrutaran de esta festiva tradición.

Es un momento para compartir tradiciones, conversación y bocados, todos los que se acercaron al fuego de la hoguera eran bien recibidos. Los miembros de la comisión recorrieron las calles seguidos de niños y mayores, conduciendo a un cerdo muy especial que bailaba al ritmo de la música, vendiendo tiras a los vecinos para sortear productos del cerdo entre los participantes. Pronto llegó el momento de sacar brasas en las que poner a asar patatas, panceta, chorizos y demás productos del cerdo, al fin y al cabo, el protagonista de esta festividad tan arraigada en el medio rural en Aragón.

En Berge, Ricardo Giner fue el encargado de prender este año la gran hoguera en honor de San Antón.  Cada año es uno de los vecinos de más edad el que se ocupan de dar fuego a la gran pira de leña. La lluvia fina comenzó a caer poco después de iniciarse la fiesta y se mantuvo durante toda la noche, los vecinos comieron como es tradición longanizas, chorizos, morcillas y panceta asadas en las brasa. La música amenizó la velada hasta la madrugada. El domingo tuvo lugar la bendición de animales y la misa con procesión, tras la que se repartieron  los mostachones bendecidos. Y, ya por la tarde, se llevó a cabo la rifa con los productos aportados por los voluntarios. En la subasta se vendieron a su vez los rosarios de San antón, uno hecho con castañas y naranjas y el otro con palomitas de maíz y turrón.

En Valdealgorfa la hoguera la hacen los quintos y quintas desde hace más de 300 años.

También La Iglesuela del Cid, como informa Cristina Mallén, es fiel a su cita anual, celebró la fiesta en honor a San Antonio Abad, la más querida y sentida de las fiestas de invierno. Los mayorales, organizadores de la fiesta, fueron una treintena de chicos y chicas jóvenes de dos cuadrillas, que llevan meses volcados en preparar la fiesta, ya que, previamente, se juntaron en muchas ocasiones para plantar calabazas, entrecavarlas, hacer la confitura y, casi al final del proceso, elaborar los más de 1600 pasteles que se reparten en la fiesta, además de organizar los actos de la jornada. Y no solo eso, sino que compraron las sardinas que se obsequiaron en la cena.

La mañana del sábado, después del almuerzo, se realizó el popular arrastre, donde los mayorales acompañaron a los arrieros que acudieron con sus caballos al monte a recoger la maleza para preparar la hoguera, que fue arrastrada después con las caballerías hasta el pueblo. A lo largo de la mañana se repartieron sardinas, pasteles y barracha entre los asistentes.

A partir de las siete de la tarde comienza el acto central de la fiesta, la  popular Sanantonada, cortejo que recorre las principales calles de la localidad, y en el que participan la figura de  San Antonio Abad acompañado de la vieja y los demonios tentadores, que van provocando y azotando al Santo durante todo el transcurso. Además les acompañan varias personas portadoras de antorchas, el estandarte del Santo y muchas de las caballerías del pueblo. 

En el transcurso de la procesión, los demonios tientan a San Antonio, pero cuando este se vuelve y levanta su cruz, ellos se postran ante el santo.