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Cuestionada la nueva clasificación   de los dinosaurios que se propuso Cuestionada la nueva clasificación   de los dinosaurios que se propuso
Taller de la Fundación Dinópolis impartido para escolares en la primavera pasada en la que se explicaron las diferentes hipótesis para clasificar a los dinosaurios

Cuestionada la nueva clasificación de los dinosaurios que se propuso

Un equipo internacional, donde está la Fundación Dinópolis, la echa atrás
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La nueva clasificación de los dinosaurios que se propuso a principios de este año, y que estuvo a punto de hacer temblar los cimientos del conocimiento sobre estos grandes vertebrados del Mesozoico, ha sido cuestionada ahora por un equipo internacional de paleontólogos entre los que participa un científico de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Fabien Knoll. De momento no parece que haya que cambiar la clasificación que se manejaba hasta ahora, puesto que la nueva hipótesis ha sido rebatida en la misma publicación, la revista Nature, al haberse encontrado datos que refuerzan la dicotomía tradicional que los clasificaba en los dos grandes grupos conocidos hasta ahora, Ornithischia y Saurischia.

La clasificación alternativa la había propuesto un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge a cuyo frente estaba Matthew Baron, cuya revisión sobre la clasificación de los dinosaurios era radical, de manera que cambiaba por completo la forma de entender la evolución y la clasificación de estos animales antediluvianos.

La hipótesis planteada por los paleontólogos del grupo de Baron modificaba la clasificación tradicional que dividía a los dinosaurios en dos grandes grupos,  los que tenían cadera de ave (Ornithischia) y los que presentaban cadera de reptil (Saurischia).

La propuesta era muy trascendental puesto que modificaba por completo la cladística, que son las tablas de clasificación de estos y de cualquier otro animal, y que en el caso de los dinosaurios con los cambios introducidos modificaba por completo la evolución de estos vertebrados.

Dentro de los saurisquios se encuadraban tradicionalmente tanto los saurópodos (dinosaurios gigantes cuadrúpedos de cuello y cola largos como Turiasaurus, Tastavinsarus o Aragosaurus), así como dinosaurios carnívoros, llamados terópodos y como es el caso de Torvosaurus. Mientras, en el grupo de los ornitisquios se agrupaban el resto de los dinosaurios comedores de plantas, como Iguanodon, Dacentrurus o Europelta.

En cambio, con la propuesta de Baron se juntaba a los carnívoros con los ornitisquios, dando lugar a un nuevo grupo al que se llamaba Ornithoscelida, y dejando aparte a los Sauropodomorpha. En su propuesta se llegaban a identificar 18 caracteres únicos compartidos por los ornitisquios y los terópodos.

La Fundación Dinópolis llegó a diseñar un taller, que impartió a escolares en primavera, para enseñarles las discrepancias entre ambas propuestas de clasificación y lo que entrañaban, y ahora uno de sus científicos, Fabien Knoll, ha formado parte del equipo internacional liderado por Max Langer que ha sido quien ha cuestionado la nueva clasificación propuesta rebatiéndola en la misma revista Nature.

 El consorcio internacional liderado por Max Langer, de la Universidad de Sao Paulo (Brasil), cuenta también con otros expertos de Argentina, Brasil, Alemania, Gran Bretaña y España, que han hecho una reevaluación de los datos aportados por Baron y su equipo.

Los resultados de este nuevo trabajo aparecieron publicados la semana pasada en la revista Nature, y según destaca la Fundación Dinópolis en su página web, “muestran que podría ser todavía demasiado pronto para reescribir los libros de texto sobre dinosaurios”. Y es que el estudio presentado aporta importantes datos a favor de la dicotomía tradicional de los dinosaurios entre ornitisquios y saurisquios.

Max Langer, el autor principal del nuevo trabajo, ha señalado que el estudio requirió de un “gran trabajo por parte de nuestro consorcio, examinando muchos dinosaurios en varios continentes para asegurarnos de que codificamos correctamente todas las características anatómicas”. En este sentido, los científicos han indicado que en principio pensaron que solo pondrían en duda la idea del nuevo grupo propuesto llamado Ornithoscelida, pero en cambio consideran que esta cuestión debería ser revisada ahora de nuevo con sumo cuidado, según ha informado la Fundación Dinopolis. 

El equipo liderado por Baron que planteó la nueva clasificación y sus colegas creyeron que sus datos sugerían que los dinosaurios podrían haberse originado en el hemisferio norte, recuerda la institución científica turolense. En cambio, según la Fundación Dinópolis, los resultados del estudio de Langer y sus colaboradores apoyan y se ajustan a la hipótesis más clásica de que el lugar de origen de los dinosaurios sería el hemisferio sur, más concretamente América del Sur, en lugar del hemisferio norte como se había planteado de forma alternativa.

Uno de los miembros del equipo que ha cuestionado la nueva clasificación, el paleontólogo francés Fabien Knoll, investigador de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) en la Fundación Dinópolis y miembro del equipo de Langer, comenta que Baron y sus colaboradores formularon una “propuesta estimulante”, pero que tiene que ser sometida al análisis y valoración del resto de la comunidad científica. 

“Como toda nueva hipótesis científica, debe ser evaluada críticamente por la comunidad científica. Sólo sopesando los argumentos a favor y en contra se podrá aceptar o refutar como la explicación más plausible de los datos. Nosotros tan sólo hemos proporcionado el primero de esos reexámenes, el cual muestra que ninguna de las principales hipótesis sobre las relaciones evolutivas de los primeros dinosaurios es particularmente concluyente”, precisa el científico, según informa la Fundación Dinópolis.