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Teresa Plumed, enfermera: “Yo creo que una buena enfermera no se hace, pienso que se nace” Teresa Plumed, enfermera: “Yo creo que una buena enfermera no se hace, pienso que se nace”
Teresa Plumed Sánchez muestra la medalla del premio que le entregó el Colegio de Enfermería de Teruel

Teresa Plumed, enfermera: “Yo creo que una buena enfermera no se hace, pienso que se nace”

“Desde luego estando reconocida por los pacientes me doy por mucho más que satisfecha”
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La enfermera turolense Teresa Plumed Sánchez recibió el pasado sábado el Premio Ángel Torres Benedicto que anualmente otorga el Colegio de Enfermería de Teruel a aquellos profesionales del gremio que han destacado por su labor.

- ¿Qué representa este premio para usted?

- Para mí es lo más importante que me ha podido pasar dentro de mi carrera profesional, lo recibo con mucho honor, y lo voy a llevar con mucho orgullo y agradecimiento a todo el mundo por todo lo que me han enseñado y ayudado siempre.

- El premio lleva el nombre de quien fue el presidente del Colegio de Enfermería, Ángel Torres. ¿Qué supuso él para los colegiados en una etapa que fue de visibilización del colectivo?

- Hablar de Ángel y la enfermería es muy difícil porque ambos eran un compendio y estaban unidos. El colegio al principio cuando llegó era como todos, que cuesta, pero él siempre estuvo ahí a las buenas y a las malas, luchando y llegó a lo que estamos, a dejar un colegio profesional con un nivel altísimo y reconocido en toda España.

- La letra del himno de los enfermeros dice “allí estaré aunque se ponga el sol”. Lo suyo es volcarse con los enfermos.

- Es una dedicación total. Una buena enfermera siempre he dicho que su dedicación tiene que ser completa y llena, porque si no, sería equivocado el sistema. Una enfermera que se sienta como tal su dedicación ha de ser, como dice el himno, allí estaré, a la hora que esté, a la hora que me necesite. Ese es nuestro lema, la ayuda y el cuidado del paciente.

- ¿De qué material tiene que estar hecho un enfermero?

- Bueno, yo creo que una buena enfermera no se hace, al menos tengo mis dudas, porque creo que se nace, como Florence Nightingale, la famosa dama de las linternas que ya desde pequeñita tenía esa intención y luego siguió dentro de sus medios trabajando. Por eso la buena enfermera nace, después se va curtiendo, como es lógico, pero no estoy muy de acuerdo en que se hace. Hay que nacer con ese síntoma, con esa sensación y luego dedicarte en pleno.

- ¿La humanidad debe primar sobre lo profesional?

- Eso es prioritario, sí.

- Es una profesión que requiere de mucha empatía, supongo, de ponerse en la piel del otro, algo de lo que hoy carece nuestra sociedad, esa capacidad de proyectarse en los demás.

- Sí, claro, de la manera en que va la sociedad pues se tiende todo a hacerlo rápido por una serie de cosas que hay, mucha lista de espera, poco personal, no puedes atender bien a los pacientes. Pero yo sí que le pido a toda esta gente joven que viene empujando, que aunque sean cinco minutos, solo escuchando que se mantengan siempre al lado del paciente, porque para ellas será una gran satisfacción en su vida.

- Me imagino que a lo largo de toda su carrera habrá vivido muchas vivencias muy humanas con momentos buenos y malos, ¿qué le pesa más?

- Para mí, en concreto, siempre me ha quedado lo bonito, la lucha y lo que he conseguido.

- ¿Está suficientemente reconocido por la gente la labor que desarrollan y el esfuerzo y dedicación que le ponen a atender a los pacientes?

- Hay de todo como en todos los sitios, pero de un tiempo a esta parte la labor de enfermería está muy reconocida. Para mí lo más importante es por quienes lo deben reconocer, que son los pacientes. Ellos son los que tienen la voz y el voto para reconocerlo, y yo desde luego estando reconocida por los pacientes, me doy por mucho más que satisfecha que un reconocimiento a nivel político o de otro tipo.

- ¿Recuerda en particular algún gesto de agradecimiento por parte de alguna de las personas a las que ha atendido?

- Hay muchos, pero recuerdo una vez a un paciente en la sala del despertar que le costaba, no había muchos pacientes y me dediqué mucho a él. Yo creía que no me escuchaba, le hablaba mucho y cuando al final le dieron el alta para marcharse, me cogió de la mano y me dijo “muchas gracias por tu compañía, he oído todo”. Aquello fue para mí muy importante, el mayor regalo.   

- Además son momentos muy complicados porque uno no se entera cuando sale de la anestesia.

- Sí, son momentos en que el paciente no está consciente, pero ellos sí que te perciben y te notan. Entonces ese toque al paciente, aunque no te vea o no creas tú que está pendiente, pero sí es bueno que perciba que tú estás ahí de alguna manera. Por eso el tacto es muy importante con ellos. 

- ¿Cuántos años lleva de ejercicio profesional?

- 42.

- ¿No cansa esta profesión?

- A mí no, volvería a hacerlo.