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Cáncer consumista

Nuestra sociedad trata de proteger cada vez más a la infancia y eso es bueno. Nadie en su sano juicio abofetearía a un niño y no me cabe en la cabeza que un adulto intoxique a sus hijos con un cigarrillo dentro del coche familiar, como ocurría habitualmente hace tan solo veinte años. La ley prohibe incluso fumar cerca de lugares como parques o colegios, y las manifestaciones sexuales, violentas o escatológicas se apartan de los contenidos audiovisuales infantiles de una forma en ocasiones tan timorata que puede llegar a convertirse en un problema explicar a un niño cómo se viene al mundo o por qué debemos comer un filete que antes ha sido cerdito sonrosado. Pero me desconcierta como la sociedad considera una obligación apartar al niño durante su desarrollo de determinados fenómenos, y sin embargo lo expone sin recato y sin protección posible a otros igual de perniciosos. No hace demasiado tiempo paseaba con mi hija de casi cinco años por una gran superficie comercial y resultó obsceno la cantidad de estímulos consumistas a los que la expuse en pocos minutos. Muchos estaban incluso especialmente dirigidos a menores; golosinas, juguetes, ropa, instrumentos, merchandising cinematográfico, atracciones, libros y un sinfín de artículos de pago destinados a menores acompañados por adultos con dinero se exhibían sin pudor alguno, contribuyendo decisivamente a que mi hija desarrolle una personalidad basada en la ambición económica y la compra compulsiva. Es un fenómeno que no es exclusivo de las grandes superficies;?también lo tenemos en la televisión, en los escaparates, en los catálogos de juguetes que reparten en las puertas de los colegios –¡en las puertas de los colegios!... No tengo nada en contra de la publicidad dirigida a los adultos, pero cuando hablamos de menores deberíamos recapacitar. Por supuesto que puedo no comprarle nada de lo que le metemos por los ojos, pero sería como encerrar a mi hija en una habitación llena de fumadores y prohibirle que desarrolle un cáncer de pulmón. Creo que deberíamos hacer algo al respecto.