Teruel Baila, la asociación que nació en busca de un espacio de baile con amigos

Con muchas ganas de pasarlo bien, y dejando la vergüenza en casa, la Asociación Cultural Teruel Baila cumple diez años. Los que un día se lanzaron a crear este proyecto, recuerdan como si fuera ayer cuando alrededor de unas 20 personas se agruparon en torno a su pasión por el baile. Hasta entonces no se conocían, pero fue a raíz de dos talleres de tango organizados por el Ayuntamiento, cuando este grupo decidió no quedarse ahí, y seguir trabajando para conseguir un espacio donde el baile fuera el principal protagonista. Parece que lo consiguieron, pues diez años después, el proyecto sigue rodando, pero ahora, con 120 socios.

Felipe Gimeno y MªAmparo Edo fueron dos de eso inconformistas que vieron en el baile una oportunidad para disfrutar de su tiempo libre. “Decidimos hacer una asociación porque por aquél entonces no había nada en Teruel, y sigue sin haber”, indicó Edo, que actualmente desarrolla la función de vocal.

Ellos son pareja, de baile y sentimental, sin embargo, todo el mundo es bienvenido en esta agrupación. Solteros, casados, gente mayor, gente joven, todos van con el mismo objetivo de pasarlo bien bailando, dejando fuera del local los problemas del día a día. “Cuando entras a bailar te olvidas de todo, de quien eres y de los problemas que tienes”, continuó Edo.

Precisamente ese espíritu de pasarlo bien sin prejuicios, es el que ha hecho que esta asociación siga funcionando tras diez años, y siga llegando gente nueva. Todos son una gran familia inspirada por el mismo hobby. “Cuando se formó la asociación no nos conocíamos, y ahora somos amigos, no compañeros, amigos”, añadió Edo.

Las cenas, lo más esperado

Muchas cosas han cambiado desde que esta asociación fuera creada allá por el 2008, incluso el nombre, pues en un principio se le denominó Asociación Tango y Baile de Teruel. Sin embargo, si algo se ha mantenido desde los orígenes, son las cenas que se realizan mensualmente entre los socios. 

Felipe Gimeno y MªAmparo Edo, explicaron que a ellos les gustaba mucho bailar, y desde antes de crear la asociación ya habían ido a profesores de baile. Sin embargo, echaban de menos poder disfrutar de su pasión fuera de las aulas, de fiesta y con amigos, “porque en Teruel no hay ningún sitio donde poder ir a bailar”. De esta manera se decidió realizar una cena, habitualmente un sábado al mes, en la que los socios se juntan en un restaurante grande, que les permita cenar y tener después una pista de baile.

En ellas el buen rollo es el protagonista entre los alrededor de medio centenar de socios que acuden “Si alguien te saca a bailar sales y si sacas tu a alguien también sale, todos tenemos mucha unión”, dijo Gimeno, también vocal del grupo.

Además, dependiendo de la época del año, las cenas suelen tener temáticas. Por ejemplo, en febrero se realiza un especial de carnaval, o en la Feria de Abril de Sevilla, uno flamenco. También se realizan dos días gitanos, que consisten en reservar un restaurante e ir desde la mañana a tomar el vermú, comer y bailar durante toda la tarde hasta la hora de cenar, y después, continuar hasta que el cuerpo aguante. 

En el último día gitano que realizaron, Gimeno destacó que la participación fue de más de 80 personas, algo “muy importante”, que se debe a la gran cantidad de gente que ahora compone la asociación. “Esto antes no se podía hacer, porque si somos unos 20 y alguien no puede venir, nos quedamos muy pocos”, añadió

Diferentes actividades

Además de las cenas, la agrupación realiza diferentes actividades a lo largo del año. Gracias a la pequeña cuota que todos los socios pagan al mes, se organizan viajes a una sala de fiesta a Valencia y talleres de baile en el Centro Social del Arrabal. 

Desde hace un tiempo, detalló la presidenta de Teruel Baila, Inma Gómez, “vienen dos profesores de Valencia a dar clase”. Un sábado al mes se realiza un taller de tango, a cargo del profesor Guillermo Álvares, y los viernes, los ritmos latinos inundan el aula con Agustín Williams. En su primera clase, enseña a los socios más conocedores de baile, después se realiza una clase de bachata, y por último, de nuevo salsa para los que son algo más principiantes. 

Habitualmente estas clases no estaban divididas en grupos, pero la gran cantidad de gente que participaba en ellas, hizo que fuera “imposible” realizarlas todos juntos. “Empezamos unas 20 parejas, pero el año pasado llegamos a estar unas 70 y el profesor ya dijo que no podía admitir a más”, declaró Gómez.

Estas actividades surgieron a raíz de una demanda entre los socios, que solían ir a clases de baile fuera de la propia agrupación. Sin embargo, no todos los socios acuden los talleres, ni todos los que acuden son socios. Aunque la única diferencia que hay entre socios y no socios, indicó la presidenta, es que “los que no son socios pagan un poco más”.

Pese al éxito de participación de los talleres, y la cantidad de socios con los que cuenta, Teruel Baila, no dispone de un local fijo, y eso es algo que demandan desde hace tiempo. El Ayuntamiento les facilita desde hace unos 5 años el Centro Social del Arrabal. Sin embargo, no siempre está disponible y tienen que trasladarse a las aulas del edificio de la Plaza Amantes o, en ocasiones, a algunos de los polideportivos de la ciudad. Es por eso que reclaman un local, que, aunque no sea propio, les permita poder instalarse y realizar sus actividades, con libertad de horario.