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La sección de Secundaria de Cantavieja apuesta fuerte por la innovación educativa La sección de Secundaria de Cantavieja apuesta fuerte por la innovación educativa
Sofía Sánchez explica el Fuerte de las Horcas de Cantavieja. C.M.

La sección de Secundaria de Cantavieja apuesta fuerte por la innovación educativa

Con alrededor de 60 alumnos en los cuatro cursos de ESO, trabaja en el aprendizaje basado en proyectos con nuevos métodos de enseñanza
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La sección del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Segundo de Chomón en Cantavieja experimenta con las nuevas metodologías de enseñanza por proyectos. Dependiente del citado instituto, cuenta con alrededor de sesenta alumnos en los cuatro cursos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y es por ello que el año pasado el centro fue escogido por Inspección Educativa de Teruel para que trabajase con sus alumnos en el aprendizaje basado en proyectos (ABP o PBL, Project-basedlearning) de manera que se convirtiese en un centro innovador a nivel provincial, ya que consideran que al ser tan pequeño y contar con condiciones óptimas por el número de alumnos limitado se dan las circunstancias adecuadas para empezar a introducir nuevas metodologías que se están aplicando en centros de otras comunidades y en otros países. En Aragón se trabaja por proyectos de manera generalizada en Primaria pero no tanto en Secundaria, donde las experiencias son más escasas, con algunos ejemplos en los institutos de Monreal del Campo o Alcorisa. 

Así, empujados y motivados por Inspección y mediante su Proyecto de Formación en Centros guiado por su asesora de referencia, Estefanía Monforte, de la UFI de Cantavieja (CIFE Ángel Sanz Briz), el año pasado los profesores del SIES de Cantavieja estuvieron todo el año formándose en ABP, una estrategia de enseñanza basada en el alumnado como protagonista de su propio aprendizaje, con una metodología donde el aprendizaje de conocimientos tiene la misma importancia que la adquisición de habilidades y actitudes, de manera que se cambia totalmente la forma de actuar, donde el profesor explica menos y da más pautas, ayuda a realizar las cosas, y el alumno debe ser el que construye algo. Es un aprendizaje más dinámico, más motivador y con más protagonismo de las nuevas tecnologías. 

 

Implicación de los profesores

Para José Romeo, secretario del SIES y coordinador del cambio metodológico, “fue todo un reto” y propuso como tema de trabajo el siglo XIX y las Guerras Carlistas,  ya que entraba dentro del currículum que el impartía y porque además “es un tema que no se estudia demasiado en el Instituto y a mí, que acababa de llegar a vivir aquí, estudiar este periodo tan importante en Cantavieja me interesaba, así que lo propuse al resto del profesorado y todos estuvimos de acuerdo en realizar un proyecto relacionado con la Cantavieja del siglo XIX”. 

El curso que sirvió de conejillo de Indias fue 4º de ESO, con diecinueve alumnos, porque es el curso donde se estudian los siglos XIX y XX en Historia Contemporánea y para conocer los conceptos de revolución y la contrarrevolución las guerras carlistas “venían muy bien”. Finalmente se implicaron todas las áreas de una u otra forma, “los doce profesores del Centro hicimos algo cada uno, un pequeño proyecto diferente.

Al principio los primeros meses fueron de consensuar el trabajo que haríamos en común, y de enero a junio tratamos de ponerlo en práctica. Nos costó bastante porque al ser todo nuevo daba un poco de miedo empezar, es como un salto al vacío, pero una vez puestos es todo más fácil” comentó José Romeo. Para el profesor “aunque no salió bien del todo sí que hay cosas de las que estamos orgullosos, enumeramos en torno a treinta actividades relacionadas con Cantavieja en el siglo XIX y se hicieron casi todas”. 

Romeo insiste en que “con este tipo de aprendizaje al final lo que tiene que suceder es que tú hagas algo que puedas mostrar fuera del Instituto, que tenga cierto valor social, un producto final que se dice, hacer algo que sea útil para el pueblo, la ciudad, la comarca, y se nos ocurrieron bastantes cosas”. 

En la asignatura de Historia los alumnos elaboraron diversos textos sobre las Guerras Carlistas en el municipio y los albergaron en su página web. Después crearon una serie de códigos QR que imprimieron en vinilo, los colocaron en lugares estratégicos del municipio que habían tenido protagonismo en las Guerras y, una vez leídos con el móvil, llevaban a esta web donde se podían encontrar los textos de lo acontecido en ese lugar acompañados de una fotografía que habían hecho también los alumnos o una ilustración hecha por Roxana, una de las alumnas. 

Además también había vídeos que colgaron en Youtube en los que los jóvenes explicaban a su manera lo que había sucedido en la casa de Cabrera, en la iglesia de San Miguel, el Hospital, etc., hasta un total de doce espacios. Este proyecto favoreció además el trabajo con las nuevas tecnologías ya que crearon la página web, que el Centro no tenía, abrieron el canal de video, aprendieron a crear códigos QR y subieron fotografías.    

En el caso de la asignatura de Inglés, hicieron videos, que también subieron a su canal, con una explicación o bien de la Cantavieja del XIX o bien del patrimonio de los pueblos de la zona, ya que muchos de los alumnos son de otros municipios como Pitarque, Bordón o Villarluengo. Las profesoras de Lengua y Plástica trabajaron de forma conjunta e hicieron una fotonovela en blanco y negro en video que también se puede ver en la red, donde aprovecharon la leyenda popular local El salto de la novia y la ambientaron en el Romanticismo del siglo XIX, vistiéndose los alumnos y profesores de época y grabando las escenas en diferentes espacios del municipio.  

Otro proyecto muy interesante fue con Josele Castelló, el profesor de música, que trató de que conociesen el antiguo baile masovero. Tras el trabajo en el aula, a final de curso los alumnos, profesores y personas mayores del pueblo se juntaron en la Masía de San Blas, para recrear un bureo. Allí los jóvenes tocaron bandurrias y guitarras y los mayores les mostraron cuál era el baile de sus antepasados. Ese día fue muy completo porque además, pudieron también aprender con los mayores cómo se hacían las “nieblas”, jugaron con ellos a antiguos juegos tradicionales que preparó el profesor de Educación Física, como la Vuelta al pastor, cántaro va o birlos, entre otros. 

La Comarca del Maestrazgo participó en muchas de las actividades facilitando bibliografía y fuentes y, en esta jornada, además de favorecer la presencia de la experta en tradición musical Carolina Ibor, que tocó, bailó y cantó con los participantes, la técnico Sonia Sánchez, acompañó a los alumnos hasta los restos del Fuerte de las Horcas para que conociesen una parte importante del patrimonio bélico de las Guerras Carlistas que todavía se pueden rastrear en la localidad. 

Y hubo mucho más, por ejemplo con el profesor de Ciencias Naturales recorrieron los alrededores de la localidad para analizar la evolución del paisaje desde el siglo XIX hasta ahora; y con el profesor de Matemáticas construyeron unos cañones de juguete y estuvieron calculando la parábola que formaban los proyectiles de los cañones al ser lanzados contra Cantavieja en la guerra. 

En cuanto a los resultados obtenidos, Romeo afirma que la clave es la motivación, que desde el principio se sientan más partícipes del proyecto, porque no está demasiado contento con los resultados de este año, ya que “fue el primero, no estuvo demasiado planificado, se nos echó el tiempo encima y pasaron dos cosas, una, que trabajamos mucho los profesores y no tanto los alumnos, y otra, que no les motivó demasiado, oponían resistencia al cambio y había que empujarlos a trabajar”. 

La despoblación como tema

Para este año los profesores tienen previsto seguir con esta metodología y empezar a trabajar desde el principio del curso, en esta ocasión con alumnos de 3º de la ESO. Su idea es hacer un gran proyecto de centro cada año y luego que cada departamento haga sus proyectos a lo largo del curso, de manera que se puedan hacer algunos interdisciplinares, y otros más pequeños solo con una asignatura. 

En esta ocasión, como en 3º se estudia Geografía Humana, donde se trata el tema de la población, se ha pensado trabajar un tema tan en el candelero como es la despoblación. Para ello Romeo comenta que tienen varias ideas en el tintero. 

 “La primera fase va a ser más teórica, para que haya un poco de base, por lo que en Historia y Matemáticas vamos a ver cómo ha evolucionado la población desde el siglo XIX, revisar los censos y recuentos de población, hacer en matemáticas las estadísticas, las medias, modas y medianas, y a mí me gustaría enlazarlo con la emigración del pasado y la emigración e inmigración del presente” comenta. 

Después pasarán a la parte más práctica, en la que les gustaría hacer un Club de Lectura con la Escuela Hogar abierto a todo el mundo, y allí tratarían de trabajar el tema con la gente que lo ha vivido, lo que se ha escrito sobre ello en los últimos tiempos y tratar de conseguir que vengan autores tan en boga como Julio Llamazares, Severino Pallaruelo, Sergio del Molino o Pepe Cerdá. 

Igualmente se plantean hacer talleres de expresión emocional sobre el tema con el proyecto ExpresArte de los profesores de la Escuela Hogar Vicky Tena e Iván Suárez, tanto para alumnos como para familias, de manera  que a partir de ellos surjan escritos, poemas, frases con lo que la gente siente, y posteriormente tratar de publicar los resultados con ilustraciones que hiciesen los alumnos de 2º en Plástica. 

“Además queremos fotografiar a todos los habitantes del Maestrazgo, a todos los que podamos, que cada una de esas personas ponga una frase positiva de lo que significa vivir aquí, de sus motivos, sus esperanzas, y con ello hacer una exposición en cada uno de los pueblos de la comarca que sirviese para que la gente se sienta orgullosa de verse reflejada, de sus valores, que fuese un empoderamiento, una acción de resistencia”, comenta emocionado Romeo, y continua “pero hay mucho más… Como se nos ha llamado la Laponia del Sur, el profesor de Inglés quiere conseguir tener contacto con algún instituto lapón y comenzar una relación con los alumnos de allí ya sea vía e-mail o video, para intercambiar ideas  sobre lo que piensan y lo que sienten y conocer cómo viven ellos la despoblación”.

Sin duda lo mejor de este trabajo es la emoción del reto que tienen por delante los profesores así como el trabajar con temas tan cercanos a los alumnos, como el patrimonio, o con problemas cotidianos como la despoblación u otros.