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El alumnado inmigrante supera al nacional en el 15,6 por ciento de los municipios de la provincia El alumnado inmigrante supera al nacional en el 15,6 por ciento de los municipios de la provincia
Varios niños de Galve, jugando con maquetas de dinosaurios

El alumnado inmigrante supera al nacional en el 15,6 por ciento de los municipios de la provincia

Veinte colegios tienen más escolares extranjeros que locales y en cuatro de ellos todos son de fuera
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Cruz Aguilar

Más de la mitad de los alumnos son inmigrantes en el 15,6 por ciento de los pueblos que tienen colegio en la provincia de Teruel.  Así, en una veintena de pueblos de los 128 que tienen escuela el número de escolares extranjeros supera a los nacionales. En cuatro centros educativos toda la población procede de fuera y en este dato no contabilizan los hijos de inmigrantes que nacieron aquí puesto que ya tienen la nacionalidad española. En el otro lado de la balanza, otros 20 colegios no tienen entre su alumnado ningún niño inmigrante. Los datos corresponden a este curso escolar 2017-2018 y han sido facilitados por el Dirección Provincial de Educación, Cultura y Deportes. 

La pirámide poblacional de la provincia de Teruel muestra un gran envejecimiento en sus habitantes, sobre todo en las áreas rurales. La presencia de inmigrantes contribuye no solo a bajar la media de edad, puesto que la mayor parte de ellos son jóvenes, sino también a mantener numerosos colegios de los pueblos abiertos, puesto que el porcentaje de extranjeros matriculados es muy alto, en muchos casos superior incluso al alumnado local.

En la capital turolense la cifra de niños procedentes de otros países es de 7,57 por ciento, varios puntos por debajo de la media provincial, situada en el 16,2 por ciento para Educación Infantil y Primaria. En Alcañiz el porcentaje de alumnado migrante supera incluso la media al llegar al 16,7 por ciento.

El director provincial de Educación en funciones, Pedro Joaquín Simón, destaca que el porcentaje de inmigrantes es tan importante “como para que muchas escuelas se mantengan abiertas y otras aumenten su número de unidades”. En este sentido, comenta que con más de diez alumnos se habilita una segunda unidad. 

De los 9.418 niños que hay escolarizados en Educación Infantil y Primaria en los colegios de la provincia de Teruel, 1,820 son inmigrantes, lo que supone un 16,2 por ciento del total.

 

Marroquíes y rumanos

En lo que respecta al lugar de procedencia del alumnado, más de la mitad de los escolares procedentes de familias inmigrantes son de Marruecos, país de origen de un total de 998 niños de los 1.802 que hay escolarizados. El siguiente puesto lo ocupa Rumanía, de donde proceden 485 pequeños y le sigue, pero ya muy de lejos Pakistán, con 73. 

El porcentaje de inmigrantes matriculados en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se mantiene con respecto a las etapas anteriores, aunque cambia la procedencia porque Rumanía es el principal país de origen de este alumnado con 234 chavales, seguido de Marruecos (229) y Colombia (40 matriculados).

Por localidades, los lugares donde más inmigrantes extranjeros hay matriculados en Enseñanza Secundaria Obligatoria son Calamocha, donde uno de cada cuatro chavales proceden de otro país, seguido de Monreal del Campo (18,8 por ciento) y Cella (18 por ciento). En el lado opuesto está el centro educativo de Albarracín, donde de los 44 alumnos solo uno no tiene la nacionalidad española. 

La cifra de alumnos matriculados en el Bachillerato se reduce considerablemente y pasa a ser el 9,3 por ciento. Así, los extranjeros son un total de 162 frente a los 1.577 españoles. Casi una tercera parte de ese alumnado inmigrante procede de Rumanía (56 alumnos) seguido de Marruecos (37) y Colombia (16). 

Calamocha también es el lugar con mayor porcentaje de inmigrantes en Bachillerato (15 por ciento) seguido de Monreal del Campo (10) y Teruel (9,5 por ciento). El resto de centros, ubicados en Alcañiz, Andorra, Utrillas y Valderrobres, no llegan a la media provincial, situada en el 9,3 por ciento.

En los tres pueblos cuyo colegio se ha mantenido abierto con solo tres alumnos –Alba, Bello y Camarena de la Sierra– solo hay un alumno inmigrante, en la localidad de Bello.

Mayor peso tienen los alumnos extranjeros en Fuentes de Rubielos, que se ha mantenido abierto con cuatro alumnos de los que tres son extranjeros. San Agustín es la otra localidad donde acuden a la escuela solo cuatro pequeños, uno de ellos de fuera.

En algunas localidades todo el alumnado es inmigrante porque los padres oriundos del pueblo han trasladado a sus hijos a otras localidades por decisión propia y sin que se haya producido ningún conflicto en el aula.

En otras ocasiones aunque el alumnado figura como español porque se trata de niños nacidos ya aquí, proceden de familias procedentes de otros países, según explicó José Ramón Morro, inspector de Educación. “Hay lugares en los que todos los alumnos son nacidos en España, pero en todos los casos son hijos de inmigrantes”, matizó.

Pedro Joaquín Simón asegura que la integración no es ningún problema y que no se han producido hechos significativos “más allá de lo que es la convivencia entre niños”. La valoración que hace el responsable de Educación en Teruel es “positiva” y destaca que la presencia de inmigrantes no solo supone un enriquecimiento entre culturas sino que además es clave para rejuvenecer la población provincial, con un 23,8 por ciento de personas mayores de 65 años: “Sin los extranjeros este porcentaje subiría aún mucho más”, destacó, para añadir que su presencia tiene “aspectos culturales, demográficos y sociales muy positivos”.

 

Puertomingalvo, ejemplo de integración

El colegio de Puertomingalvo es uno de los que sobrevive desde hace años gracias a la inmigración. Ahora entre sus alumnos hay argentinos, pakistaníes, colombianos y rumanos. Ningún español, salvo los que ya tienen la nacionalidad porque nacieron aquí. En total son 12 alumnos y el centro ha abierto hace unas semanas su segunda aula gracias a nuevas familias que recalaron en el pueblo cuando ya había comenzado el curso escolar.

La llegada de la familia de pakistaníes en noviembre supuso toda una alegría para los pequeños del colegio puesto que así ampliaban el número de compañeros de juegos. El único problema en el aula es, según relata la maestra, Patricia Álvarez, “la barrera del idioma”, aunque aclara que las pequeñas “se van apañando” y cuentan con la ayuda de todos sus compañeros, que están encantados. 

Las niñas de Pakistán no son las únicas nuevas en la escuela puesto que este curso también se matricularon por primera vez tres pequeños argentinos que llegaron durante el verano. Ninguno de ellos había estado escolarizado en una escuela unitaria, donde los niños de diferentes cursos –en Puertomingalvo hay doce niños de ocho cursos diferentes y dos profesores– conviven con una misa aula.

La escuela de esta localidad no se ha cerrado nunca, aunque el alcalde, Manuel Zafón, reconoce que hay años en los que ha habido que hacer encaje de bolillos para poder mantener los empleos que garantizan la escolarización de esos niños.

Desde hace muchos años no hay ningún hijo de autóctonos de Puertomingalvo: “Gente de toda la vida no queda nadie que pueda tener hijos, están en la ciudad”, lamenta el primer edil.

En Puertomingalvo hay dos bebés y un niño a punto de nacer cuyas familias están establecidas, algunas de ellas desde hace mucho tiempo, en la localidad, por lo que el colegio, al menos de momento, está garantizado.

La estabilidad laboral es la clave para que los inmigrantes permanezcan en el pueblo, pero Zafón matiza que los Ayuntamientos no pueden hacer nada al respecto porque sus presupuestos son limitados. Especifica que hay ayudas para contratación de personal, pero en algunos casos solo llegan al 40 por ciento y la entidad contratante debe asumir el porcentaje restante, algo difícil para un consistorio con 119 personas empadronadas, como es el caso de Puertomingalvo.

Manuel Zafón explica que en la Comunidad Valenciana han aprobado una línea de subvenciones con las que contratar a cuatro personas para la limpieza en el monte en aquellos pueblos que tienen menos de 1.000 habitantes. A su juicio, una medida similar sería clave para mantener población en los municipios turolenses: “Si a una persona le puedes dar trabajo 8 o 9 meses te garantizas que se quede en el pueblo”, dice, para añadir que “si no, es muy difícil asentar población”. Las empresas privadas también juegan un papel fundamental y él, como propietario de un restaurante, reconoce que a veces realiza esfuerzos importantes manteniendo el empleo incluso en los meses más flojos, “pero es la única fórmula para poder contar con personal en épocas de faena”, confirma. 

El responsable municipal incide en que el 80 por ciento de la población tiene más de 65 años: “Los únicos jóvenes son inmigrantes que se pueden ir mañana”, matiza.