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Juan José Barragán, profesor de Historia: “La pintura mural va a ser uno de los nichos de investigación más importantes del futuro” Juan José Barragán, profesor de Historia: “La pintura mural va a ser uno de los nichos de investigación más importantes del futuro”
Juan José Barragán, durante la presentación de su libro en 2015

Juan José Barragán, profesor de Historia: “La pintura mural va a ser uno de los nichos de investigación más importantes del futuro”

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Juan José Barragán es profesor de Geografía e Historia. Licenciado en Historia y Museología por la Universidad de Zaragoza, es postgraduado en Herramientas Informáticas por la UNED y Diplomado en Estudios Avanzados por el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza. En 2015, presentó “Alfambra en la Edad Media y Moderna: una visión de su historia y su arte a través del conjunto mural de la ermita de Santa Ana”, como primera parte de su tesis doctoral. Ahora, el trabajo de Barragán ha llegado hasta las bibliotecas internacionales más importantes como la National Gallery of Art Library de Washington DC, Harvard University Fine Arts Library de Cambridge, Columbia University Libraries de Nueva York e incluso a la biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington, entre otros.

-¿Cómo le surge realizar este libro?

-Por la tesis toctoral. Esto es la primera parte de mi tesis doctoral. Me formé como arqueólogo por la Universidad de Zaragoza y luego estudié Museología, dentro de la cual existe una amplia especialización en Historia del Arte. Además fui alumno de Antonio Gargallo y me imbuyó en la investigación de la Edad Media, elementos historia y arte que comparten la pintura mural. A partir de ahí empecé mi doctorado. Siempre he realizado trabajos de historia del arte, he tenido esa filiación, aunque no era mi campo espefício la pintura mural. Carmen Morte me dirigió la tesis, que aún no he terminado, y éste libro es el resultado de mi Diplomatura de Estudios Avanzados. Una vez presentado en el tribunal, me lo aprobaron con la máxima nota y ya estaba libre para publicarlo. Sondee un poco, porque esto lo presenté en septiembre de 2009 y al año siguiente en 2010 me planteé publicarlo, y la cosa estaba todavía muy mal con la crisis. Lo propuse al Instituto de Estudios Turolenses y debido a los recortes me recomendaron publicarlo con alguna editorial. Lo mandé a dos o tres y lo publiqué con Muñoz Moya Editores, que fue la primera que me contestó. Con ellos firmé un contrato de 7 años y estoy muy contento.

-Es la primera parte de su tesis doctoral, ¿cuándo estará lista la segunda?

-No lo sé, porque estoy en un momento complicado de cambios a nivel personal. Como tengo trabajo fijo no me importa la rentabilidad económica que tenga, más bien lo hago por mi carrera profesional y porque siempre he investigado. A lo largo de estos años me ha ido bien y he ganado algún concurso y becas. Básicamente he volcado en este libro una parte de ese estudio, que es un poco lo que me ido encontrando en pintura mural. Esta temática va a ser uno de los nichos de investigación más importantes del futuro. 

-¿Cómo se realiza un trabajo de investigación así?

-Como cualquier trabajo de investigación. Una vez que ya tienes técnicas y experiencia para reconocer los materiales de estas obras pictóricas, que normalmente se repiten bastante,  a partir de ahí, te han formado en la Universidad y tienes una serie de parámetros de tu departamento, que se llaman “líneas de investigación”. Entonces, como con cualquier otra obra, buscas si hay algún tipo de referencia o no, si alguien lo nombra o lo ha estudiado con anterioridad. En este caso todo lo que hay en mi libro es prácticamente inédito, pero indistintamente te pones a trabajar en ello. Alguien inicia el camino.

-¿Por qué su investigación se centra en Alfambra?

-Porque he trabajado bastante allí como museólogo, tengo bastantes proyectos, por ejemplo el Museo de la Remolacha Azucarera de Alfambra. Cuando estaba realizando la instalación de ese proyecto descubrieron accidentalmente, en unas obras de rehabilitación de la ermita, el conjunto mural. Me acerqué para valorarlas e hice un informe, se lo presenté al Ayuntamiento y ellos lo remitieron al Gobierno de Aragón. Vinieron los técnicos y ya se hicieron las cosas correctamente. En Aragón estaba la doctora María del Carmen Lacarra, que era la máxima especialista de pintura mural, pero ya estaba jubilada y por unas cosas y otras, hablando con el Ayuntamiento y la Universidad de Zaragoza, estuvieron de acuerdo en que yo lo investigara. Me dieron todos los permisos y pactamos que podía ser la primera parte de mi tesis doctoral. La segunda era la pintura mural en Aragón, mucho más extensa.

-Este libro entonces, ¿únicamente se centra en el mural encontrado en Alfambra?

-Sí, analiza el conjunto mural de la ermita de Santa Ana. El libro específicamente es de este conjunto mural, pero es curioso porque me encontré, aunque en parte lo sabía, que en el sur de Aragón había ciertos territorios inéditos, sin estudios históricos, uno de ellos éste. El mural está muy relacionado con el propio Señorío de Alfambra, porque esta ermita, el castillo y un territorio amplio también eran de la Orden de San Juan. Para hacer este estudio, lo lógico, ya que no había datos de ningún tipo de ese conjunto mural, fue hacer un contexto histórico, y en éste, lo más importante que apareció en su historia es la Orden de Santa María del Monte Gaudio, que se fundó allí y también la presencia de los Fernández de Heredia, uno de los linajes nobiliarios más importantes de Aragón.

-¿Dé qué fecha sería este conjunto mural de la ermita de Santa Ana?

-Finales del siglo XV. La datación daba entre 1480 y 1490.

-¿Por qué cree que este libro ha tenido tanta repercusión internacional?

-Porque es un mural inédito. Hasta este estudio no existía ningún tipo de información del mismo. Cuando aparece un conjunto mural de  unos 30 metros cuadrados, con representaciones de tanta importancia, como el mismo donante del mural retratado, llama la atención de otros investigadores. Aunque no debemos desdeñar su gran potencial turístico todavía sin explotar.