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Los belenes de Teruel se preparan para echar el cierre hasta la próxima Navidad Los belenes de Teruel se preparan para echar el cierre hasta la próxima Navidad
Juan Cercós, junto al belén de la iglesia de San León

Los belenes de Teruel se preparan para echar el cierre hasta la próxima Navidad

El último día de visitas será este domingo y el lunes comenzarán las tareas de desmontaje
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Los Reyes Magos de Oriente ya han repartido sus regalos, y con ellos, la Navidad está más cerca de finalizar. Es el último acto de la festividad, y tras él, la ciudad volverá a su día a día, y por lo tanto también habrá que desmontar los belenes y la decoración navideña que durante todos estos días ha estado adornando casas, calles e iglesias. 

De hecho, entre los belenes más destacados que nos dirán adiós después de este fin de semana, se encuentra en el San Pedro, el del Asilo San José y el de la iglesia de San León. Su creador, el belenista Juan Cercós, explica que el próximo lunes se procederá a la retirada de todos ellos, a excepción del que está en el Asilo San José, que unicamente cerrará sus puertas y dejará de recibir visitas, pero no se desmontará.

Es por eso, que quienes todavía no hayan hecho la Ruta de Belenes por la ciudad de Teruel, tienen pocos días para realizarla, pues el domingo será el último día que estarán abiertos. San Pedro estará abierto esta tarde de 17 a 19 horas, y el sábado y el domingo de 11 a 13 horas, con entrada por los jardines de la Fundación Amantes. El Asilo San José también permitirá visitas hasta el domingo de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas. El Obispado de 10 a 14 horas y de 16 a 19 horas y cierra los días festivos. En el caso del belén exterior de la iglesia de San León, podrá visitarse a cualquier hora del día, eso si, hasta el lunes, cuando será desmontado por Juan Cercós y su equipo de voluntarios.

San León

El belén exterior de la iglesia de San León, es uno de los últimos en sumarse a la Ruta de Belenes, y uno de los más peculiares. Lo llamativo de este no es la cantidad de figuritas, de edificios o de efectos que lo componen, sino el tamaño y el material de las figuras. Juan Cercós es el belenista que puso en marcha este enorme belén a las puertas de la iglesia, junto con la ayuda de varios voluntarios. No fue idea suya, por aquél entonces montaba uno similar en Santa Emerenciana,  que solo duró tres años, y desde San León se pusieron en contacto con él para realizar algo similar en el exterior de la iglesia del barrio.

“Querían uno que se quedara en el tiempo y pensé en hacerlo de chapa y pintura, un belén que se pudiera ver a contraluz”, indica Cercós. El objetivo inicial era instalar luces detrás de las figuras, que al tener cavidades en la chapa, mostrarían las siluetas de los personajes de una manera diferente. En un primer momento además, las figuras carecían de colores, por lo que unicamente jugaban con las luces. Fue años después, cuando se decidió darles pintura de colores “y así durante el día también tenía un protagonismo distinto”, dice el belenista.

Durante el paso de los años este belén se ha seguido modificando, ha ido creciendo y se han cambiado los efectos visuales que tenían antes. Ahora se ilumina por la parte delantera para poder apreciar el color de las figuras, que además, se han ido multiplicando año tras año. Lo que comenzó con un portal de belén, fue incluyendo un castillo, un perro, un pastor, e incluso un chafardero, un mirón en la esquina de la iglesia que se ha incluido este año. Sin embargo, estas no son las últimas incorporaciones que se suman a este belén, pues a Cercós ya le han encomendado la tarea de buscar algo nuevo que incorporar.

“A mi me preguntan: ¿Qué ponemos nuevo este año?, entonces yo tengo la idea, lo dibujo y se lo encargo a un señor que trabaja con hierro -Modesto, el herrero del barrio- y él lo recorta y lo prepara, y luego nosotros lo pintamos en la iglesia”, detalla Cercós. “Para instalarlo”, continúa, “lo hacemos unas veces con grúa o a mano, se van subiendo las figuras con una cuerda y se ponen unos tacos para colocarlas, con un sistema de sujeción que se mantiene de un año para otro, entonces se van colocando todos los años en el mismo sitio”.

Asilo San José

También Cercós se encarga de coordinar el belén del Asilo de San José desde hace tres años, cuando se pusieron en contacto con él para repararlo y ponerlo a punto de nuevo, pues al no desmontarlo durante todo el año, algunos materiales estaban dañados y la estructura se había hundido. 

“Un belén donde tienes agua corriente, fuentes y ríos, cualquier cosa se puede salir, además allí habían empleado materiales para belén, chapas finas de madera y cartones, pero al estar montado todo el tiempo se estropeó”, explica.

Durante más de tres meses el equipo de Cercós estuvo trabajando desmontando, reparando y montando el belén de nuevo. Desde entonces, él se encarga de revisar cada año de revisar su estado días antes de su apertura por Navidad

Sin duda, el belén más popular de la ciudad, es el de San Pedro. Durante el año pasado recibió a más de 12.500 visitantes. Pero también es el que más trabajo lleva. 

San Pedro

De hecho, aunque todavía no se ha quitado el de estas Navidades, Cercós ya está trabajando en el del año que viene. “Hacerlo igual sería muy difícil porque además todo el material que se emplea es papel y cartón, entonces no es una cosa que se desmonta y se puede volver a montar, cada año va cambiando”, añade.

Para el año que viene, además, Cercós quiere empezar a cambiar el papel que con el que se monta este belén por “poliespan”. Sería uno de los cambios que se introducirían en este belén que cambia cada año. Como novedad, en estas Navidades, se incluían algunas figuras, como unos jugadores articulados jugando al guiñote, piedra seca haciendo un guiño a La Iglesuela del Cid, y varios edificios como el portal, que recuerda la caseta del cura que hay en el camino entre La Iglesuela y la ermita de la Virgen del Cid, y la casa de la parra y la Andaquilla, realizadas por el artesano José Horreo.

Estos dos últimos edificios, se suman a la zona más turolense del belén, que se compone por varios referentes de la ciudad, como el Torico, la Escalinata o el Museo Provincial. Desde hace seis años se dedica un espacio a estos edificios, que en cada Navidad va añadiendo alguno nuevo. 

El objetivo de este belén, además, según indica Cercós, es “que sea muy cercano, directo, como el que ha hecho todo el mundo, una cosa muy propia”. “Tu empiezas con una idea, te distribuyes el espacio y a partir de ahí haces los volúmenes”, concluye.