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18 discos para 2018 18 discos para 2018
Recomendaciones de expertos turolenses en música para 2018

18 discos para 2018

Expertos turolenses de la música recomiendan los LP que no deben faltar en nuestra colección
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Rock and roll clásico, grupos aragoneses, rarezas por descubrir o grandes joyas del pasado que merece la pena recuperar. Cualquier fecha es buena para actualizar nuestra discografía y hacer propósito de ampliar los horizontes musicales. Pero como a comienzos de año todos estamos más receptivos para hacer borrón y cuenta nueva, dieciocho músicos, cantantes, compositores o prefesores turolenses nos proponen otros tantos discos que han contribuido a que su vida sea más rica e intensa. Dieciocho alternativas avaladas por la experiencia y el conocimiento de algunos de los pesos pesados de la música turolense.

Para empezar con bien pie este listado Alberto Arnau, voz y guitarra de Visitantes nos recomienda desde Pamplona, donde está grabando el sexto disco del grupo turolense, Black Sabbath, el primer disco de la mítica banda heavy británica homónima que se lanzó en 1970. Arnau recuerda que “cuando escuché este disco por primera vez todavía iba con los mocos colgando, no entendí nada de lo que oía pero a la vez me parecía absorbente, peligroso y atrayente a más no poder”. Arnau quedó prendado de esa forma de hacer música de una banda que daba sus primeros pasos y que utilizaba una afinación especial en sus guitarras para conferir a sus temas un toque terrorífico. “No podía parar de pincharlo una y otra vez, hasta que llegó un momento en que se abrió mi mente y entró a borbotones la luz, la oscuridad y la belleza de este disco, creatividad a raudales, música primitiva y genial, atmósferas enfermizas y canciones de otro mundo, todo esto interpretado por cuatro tipos que no tenían ni idea de que iban a cambiar la historia del rock, enriquecerla, sentar las bases del heavy metal e influenciar a miles de bandas hasta nuestros días”.

En el mismo año, 1970, se publicó otro disco que recomienda Fabián Navarrete, líder de otra de las grandes bandas de rock turolenses, EFFE. Se trata de Morrison Hotel (1970), el penúltimo disco que grabó The Doors con Jim Morrison. Tras una época vacilante y algunos trabajos con no pocos detractores, los estadounidenses volvieron a su esencia psicodélica y a lo más alto de las listas de ventas con este disco, que prometía un brillante futuro. Sin embargo la recaída de Morrison en su desordenada forma de vida provocó su muerte un año más tarde. Aunque Navarrete cree que elegiría “un disco casi por cada día del año”, puestos a quedarse con uno elige Morrison Hotel “porque influyó mucho en mi forma de ver la música, y si solo pudiera llevarme un disco a un viaje sin duda sería ese”. 

Poco después salió otro disco que igualmente se convertiría en un objeto de culto, firmado por una banda cuyo lider, desafortunadamente, también falleció de forma prematura. Se trata de A night at the opera (1975), cuarto disco de Queen. Nos lo recomienda el cantante Mario Lafuente, que no había nacido cuando salió ese álbum pero para quien Freddy Mercury ha sido uno de sus referentes musicales a lo largo de su vida. “Elijo este disco sobre todo por el corte Bohemian Rapsody , porque es un himno y un tema perfecto, desde mi punto de vista. Si el término “perfección musical” apareciese en una enciclopedia, estaría ilustrado con esta canción”, asegura el turolense. “Tiene  seis cambios inesperados dentro de su estructura, un a capela, una balada, un solo de guitarra que está entre los mejores de la historia del rock, una parte operística, otra  más rockera  y una coda que retoma el tempo y la tonalidad. Todo esto le da una cantidad de armónicos en sus voces e instrumentaciones que la convierten en una de las mejores canciones que se han escrito en la historia de la música”.

Uno de los cantantes turolenses más conocidos es David Civera, y su recomendación para 2018 es al mismo tiempo una mirada al pasado reciente cargada de nostalgia. “Para mí Más es más (2017), de Alejandro Sanz, es un disco irrepetible, grabado en un concierto que congregó a muchas generaciones y varios artistas compañeros el 24 de junio en el estadio Vicente Calderón, como celebración del 20 aniversario del disco más vendido de la historia de España”, que no es otro que Más, lanzado por Sanz en 1997 y del que se vendieron más de cinco millones de copias. “Ese disco marcó sin duda a multitud de personas, y muchos crecimos con las grandes canciones que integraban el álbum”, recuerda David Civera, como Corazón partío, ¿Y si fuera ella? o Amiga mía, entre otras. 

Por su parte Joaquín Carbonell, cantautor y poeta de Alloza, apuesta por su tocayo Joaquín Sabina con Lo niego todo (2017), publicado esta primavera. “Después de varios años sin grabar en estudio, Sabina nos ha dejado un trabajo que sirve para que volvamos a recuperar la confianza en su talento y en su inspiración. Un disco casi redondo que ha defendido con mucho entusiasmo en unos directos impecables”, afirma Carbonell. 

Miguel Ángel Forner Canijo, batería y cantante de Klan Luwy, se va más atrás en el tiempo en su propósito de divulgar la música realizada desde nuestro país en la época dorada del rock’n’roll. Nos recomienda Lo mejor de los Canarios, un recopilatorio “de la impecable carrera musical” de la banda que lideró Teddy Bautista entre 1964 y 1974. Según Canijo, “Los Canarios eran un poderoso grupo que merece ser recordado, y su impresionante Get on your knees, uno de sus temas más populares, merecía haber llegado al numero uno mundial”. 

Por su parte Toni Alcaine, cantante y programador musical, también tiene una recomendación española. “Se trata de Vudú, el segundo disco de Aurora and the Betrayers, un grupo que lleva muy poco tiempo pululando por ahí aunque ya ha tenido su reconocimento en algunos festivales de música, como el Enclave de Aguas”. “Vudú es el segundo disco de la banda”, explica Alcaine, “un aperitivo para su nuevo trabajo Turn out the noise, que ya está en el horno y a punto de salir”. 

Por su parte Óscar Soriano, músico alcañizano que forma parte de la formación flamenca Bordón Negro, reivindica la música de verdad. “Se está dejando de hacer música de garaje y es escucha más música artificial, más reggaeton. Más guitarras, más bajos, más pianos, más trompetas y menos ordenadores”, afirma. El bajoaragonés recomienda para 2018 Ámame como soy (Nuevas joyas) publicado por Niña Pastori en 2015, siendo el décimo trabajo publicado de esta gaditana y el último por el momento, a expensas de que saque nuevo disco este mismo año. “Es una obra maestra, un disco cargado de sentimientos, arte y muchísima exquisitez musical”, afirma. 

Nuestra lista para 2018 no estaría completa sin un grupo aragonés, y este nos llega de Eduardo García Vázquez, director del Conservatorio José Peris Lacasa de Alcañiz. La propuesta es Casser le Mur (Romper el muro), publicado en 2010 por Biella Nuei. El disco se realizó entre once músicos aragoneses y marroquís y fue producido entre el Festival Pirineos Sur y el Boulevar de Casablanca. Según García Vázquez, “hay arreglos de temas tradicionales aragoneses y marroquís tocados con instrumentos de tradición bereber, percusiones del desierto, dulzaina aragonesa o guitarras con aroma flamenco. Hay letras y texto en árabe, francés, castellano y aragonés”. El músico asegura que “en muchas ocasiones la música se encarga de eliminar las diferencias que creemos que existen entre culturas lejanas, enseñándonos ritmos tradicionales comunes y muy relacionados. La música sirve para acercar culturas y pueblos”. “El título de Casser le mur, hace referencia a la necesidad de derribar muros que nos separan y de abrir espacios de colaboración cultura,, social y personal entre los pueblos que convivimos en el entorno Mediterráneo”, continúa el músico y profesor, “y de superar las fronteras físicas y mentales para abrirnos a lo verdaderamente importante, que son las personas”.

Otra idea, una auténtica delicatessen musical, nos llega de la mano de Antonio Civera, músico y director de la Escuela de Música de Teruel, que se decanta por Entropía (2017), grabado en Valencia por el trompetista venezolano Pacho Flores y el guitarrista Jesús Pingüino González bajo el sello Deutsche Grammophon. “Pacho Flores es uno de los grandes trompetistas de todos los tiempos, y unos pocos afortunados pudimos escucharlo en julio de 2017, cuando tocó en la ermite de Cella”, explica Antonio Civera. “Además de la indudable calidad técnica de alguien que no toca, sino que canta con su trompeta, la grabación se sale del repertorio clásico al que nos tiene acostumbrados y a mí, personalmente, me transporta a otros rincones sonoros que no había conocido hasta ahora”. “Tangos, valses, merengues, bossanovas o danzones con la capacidad de transportarnos hasta tierras americanas de una forma muy especial y magistralmente interpretadas”, asegura el turolense. 

Por su parte Alberto Navas, director de la Orquesta Sinfónica de Teruel y de la Camera Santa Cecilia, indaga entre el repertorio clásico para recomendarnos Cuartetos de Arriaga (2003) del Cuarteto Casals de cuerda. “Es muy interesante por varias cosas.”, explica el violinista extremeño afincado en Teruel. “El Cuarteto Casals es uno de los cuartetos de cuerda más importantes del mundo y tenemos la gran suerte de que son españoles. Además este disco, que es uno de sus primeros trabajos, recoge las obras escritas por Juan Crisostomo de Arriaga (1806-1826), un compositor que está considerado como el Mozart español, aunque no está lo suficientemente valorado, sobre todo porque murió muy joven, días antes de cumplir los 20 años”. Según Navas, “Arriaga tuvo un enorme talento componiendo  e interpretando, y a pesar de su temprana muerte para los músicos de cuerda frotada representa un momento cumbre de la música española”. 

Mucho más actual es Across the Multiverse (2017), de Dent May, disco recomendado por la cantante y poeta turolense Ana Muñoz. “Es un artista originario de Mississippi y afincado en Los Angeles que suena como si fuera hijo secreto de Brian Wilson (The Beach Boys), a quien amo, pero en versión intergaláctica más que surfera-californiana”, explica la cantante. “Tiene una producción exquisita, melodías bien bonitas y armonías que recuerdan al mejor Brian. Cuando escucho este disco, a pesar de que las letras no sean tan amables como podría pensarse, me siento feliz. Es como si viajase por el espacio en un yate de otra época y muy elegante”, subraya la artista, que asegura que, con grandes cortes como Dream 4 me, Hello Cruel World o Picture on a screen, “si yo fuera Brian Wilson, habría querido que este chico, más bien feo, de esmoquin y gafas del siglo pasado, hubiera sido mi hijo”.

Hablando de la música no podemos olvidarnos de su influencia en el cine, y David Sancho nos trae una banda sonora original, la de la película de Damien Chazelle La La Land (La ciudad de las estrellas), que “reinventó en musical en el cine y que está plagado de referencias a los más grandes musicales de la historia”. Esta banda sonora está compuesta por el galardonado Justin Hurwitz y ganó un Globo de Oro y el Óscar a la mejor canción por City of Stars, interpretada por los protagonistas del filme Ryan Gosling y Emma Stone. “La BSO es francamente cautivadora desde la primera nota. Es uno de esos discos que gustan más cada vez que los vuelves a escuchar”, explica el crooner, que añade que “representa todo un homenaje a la gran música de jazz americana en sí misma”. “Y de paso es también un mágico y romántico acercamiento al estilo de vida de Los Angeles y Hollywood y a la dura, bohemia, pero inigualable vida de los artistas que luchan por sus sueños en la tierra prometida”.

El pianista Frankcho Gallego nos invita a adentrarnos en un terreno resbaladizo pero tremendamente bello en este nuevo año, con una recomendación especialmente dedicada “a los que recalcan a menudo su apatía hacia el jazz, o quienes simplemente dicen que no lo entienden”. Una forma excepcional de adentrarse en este sonido es Ella & Louis (1956), de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. “Por descontado son dos iconos de la música moderna”, afirma Gallego, “pero no solo por ser parte de la historia sino por representar el origen y referencia de un sonido, de una música que ha ido evolucionando durante décadas;  podríamos decir que pertenecen  a un pequeño grupo de genios  del siglo XX que pusieron las bases para lo que ocurrió y está ocurriendo en la música posterior hasta el siglo XXI”. Cualquier de los discos que Fitzgerald y Armstrong grabaron juntos son auténticas obras de arte, pero puestos a elegir una Frankcho Gallego se decido por Elle & Louis “en el que destacan las baladas de tiempo lento, con temas tan conocidos como Cheek to cheek, April in Paris o A foggy day. 

El director del Conservatorio de Teruel, Ignacio Navarrete, nos propone un reciente descubrimiento original y muy fresco. Se trata de Remarkably human (2016) del guitarrista canadiense Nick Johnston. “Es un músico casi desconocido hasta la fecha y que se atreve todavía a estas alturas a grabar álbumes instrumentales. El disco sorprende por lo original de su propuesta, puesto que no es el típico producto de un guitarrista melenudo haciendo miles de notas a toda velocidad. De entrada cautiva la importante presencia del piano, lo cuidado de las melodías y los sorprendentes giros armónicos”. Según Navarrete, “desde la inquietante introducción, la escucha del disco se puede convertir en una especie de viaje en el que puedes evocar multitud de sentimentos o ideas. Los críticos han hablado de fusión de rock, blues, jazz, influencias de Pink Floyd... Yo creo que es todo eso y nada de eso a la vez; puedes percibir ciertas influencias pero no se trata de una copia de nada. Música pura con mucha originalidad, mucho buen gusto e interpretada con gran maestría”.

Otra propuesta poco conocida para el gran público pero de indudable calidad sonora es la que nos hace Rafa Casanova, presidente de la asociación Sonicarte, de amantes de rock sinfónico y progresivo. Y no es otra que uno de los objetos de culto de los incondicionales del art rock experimental, Red (1974), de la mítica banda King Crimson. Casanova lo describe como “casi 40 minutos de pura libertad creativa donde hay una gran mezcolanza de rock, experimentación, toques fusionados de jazz y una gran dosis de improvisación”. King Crimson está considerada la banda madre del rock progresivo, y aunque los británicos lanzaron su  primer álbum In the court of the King Crimson en 1969, Rafa Casanova se ha decidido por Red, su séptimo trabajo, entre otras cosas porque “contiene la que considero la mejor canción de la historia que es Starless: doce minutos y mediso que deberían estudiarse en el colegio, ya que contiene una riqueza musical pasmosa”.

Ade Laredo es una de las grandes voces femeninas turolenses y recomienda otra que no debe faltar en nuestra discografía. Se trata de Beth Hart, y Laredo sugiere Live at Paradiso (2005), “rugiente y sin desperdicio para los amantes del rock”, asegura. Según la turolense, “Hart tiene una voz rota y un vibrato característico de rock metal, pero a la vez unos melismas típios de las voces negras. Su versión de I rather go blind de Etta James es espectacular”. 

Y como cualquier lista estará coja sin fusión mediterránea, Salomé Abril recomienda Cantadme galanica (2016), tercer disco de Evoéh, el dúo que nació en 2005 compuesto por Ariana Barrabés y Jesús Olivares.  Esta formación, estudiosa del folk, se dedica a reinterpretar estilos de música tradicional, y este disco, tercero de los que han publicado, se dedica a la cultura musical sefardí. Según Salomé Abril, cantante y profesora de canto, “es una reinterpretación muy actual de temas sefardíes míticos. Una de las cosas más interesantes es la fusión de estilos y el sonido que consiguen sacar de temas tan tradicionales”.