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Juanjo Francisco

Como viene siendo habitual, los finales y comienzos de año son propicios a la divulgación de estadísticas, números que nos indican por dónde va la vida y las circunstancias del territorio analizado. Por lo que a Teruel respecta, hay dos estadísticas publicadas recientemente que radiografían la situación de la provincia.
El primero de estos análisis estadísticos hace referencia al presente y planes de futuro a medio y largo plazo de la gente entre 20 y 35 años, utilizando para ello su situación de dependencia o no del hogar familiar. Como referencia única, hay que decir que el porcentaje de turolenses no emancipados en las edades citadas es mucho más alta que la media nacional y, digamos mas alta, que la aragonesa
Por otro lado, también se han difundido los datos del Padrón municipal a uno de enero de 2017 que no indican otra cosa que el consabido bajón poblacional, practicamente extendido por toda la geografía provincial, con la particularidad añadida de que no se detecta ningún núcleo que gane población de manera destacada, aún a costa de poblaciones vecinas, como sí ocurre en otros muchos lugares de España. Aquí, por perder, hasta pierde gente el mayor municipio de la provincia, la capital.
Es lo que hay y, por desgracia, tampoco parece que lo vaya a remediar la socorrida afluencia de turistas, que a veces hace de manto positivista frente a tanta estadística mohína. Los números hasta aquí comentados dejan una conclusión inequívoca y también, hay que reconocerlo, algo reduccionista: en Teruel no hay signos apreciables de cambio de residencia, la gente simplemente se queda o se va. Y es que creo que, independientemente de que se tenga o no un puesto de trabajo, la gran mayoría del personal busca un modelo social de vida diferente al de aquí y prima la gran urbe a los núcleos con poca población, sin más. Ni siquiera la garantía de un puesto de trabajo en el medio rural garantiza la permanencia en el territorio laboral, como está quedando patente en muchas comarcas turolenses.
Por mucha poesía y naturaleza que se ofrezca, parece que el modelo de vida que ofrece Teruel ha pasado de moda.