María Jesús Lázaro, coordinadora del CSIC en Aragón: “Tenemos que convencer a los políticos de lo importante que es la investigación”
María Jesús Lázaro es investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y delegada de este organismo en Aragón, donde existen seis institutos. Además coordina el ciclo Inventos y avances científicos que están cambiando el mundo que está teniendo lugar en colaboración con la fundación Ibercaja. Es una de las iniciativas divulgativas del CSIC que consiste en tres conferencias a cargo de sendos investigadores. La última tendrá lugar el 20 de marzo, contará con Guillém Alenya y versará sobre la interacción entre los robots y los humanos.
- ¿Hasta qué punto es importante que el CSIC dedique recursos no solo a investigar, sino también a divulgar la ciencia?
- Es una prioridad y una obligación para nosotros. Si te quedas en tu laboratorio y no cuentas lo que haces, al final no sirve para nada. La investigación no consiste en vender tu producto cuando lo has desarrollado, sino en divulgarlo al resto de la comunidad, a los estudiantes y al público en general. Por eso tenemos una Unidad de Cultura Científica en Aragón y en otras comunidades, que coordina las actividades de difusión para que tengan mayor repercusión, y colaboramos con universidades, administraciones o ayuntamiento siempre que nos proponen una idea para hacer llegar la ciencia a la sociedad.
- ¿La sociedad recibe bien esos mensajes? ¿En general estamos culturalmente preparados para entenderlos?
- Cuando alguien acude a una charla suele estar interesado en ese tema en concreto, y más o menos lo conoce. Eso está bien, porque en los turnos de preguntas se generan unos debates larguísimos y muy interesantes. Pero en general sí que interesa la ciencia, solo que tienes que ser capaz de explicarla, lógicamente, de un modo accesible para todos.
- La conferencia del 20 de marzo hablará sobre robótica e inteligencia artificial...
- Sí, es un tema apasionante porque la robótica está muy implantada en la industria y los centros de investigación, y pronto darán el salto a los hogares. Pero para eso será muy importante que sean capaces de interactuar de forma satisfactoria con las personas.
- Existe gran cantidad de cine y literatura distópica en la que los robots inteligentes terminan siendo una amenaza para los humanos... ¿eso juega en contra de la ciencia, en el sentido de predisponer a la sociedad en contra de la inteligencia artificial?
- Yo soy muy optimista y siempre lo veo todo en positivo. La información, la literatura y la ciencia ficción es muy buena porque nos hace pensar. Es normal que la gente sea escéptica, y el hecho de que tengan inquietudes u opiniones, aunque sean basadas en la ficción literaria, es positivo porque les impulsa a hacer preguntas y a querer aprender más. Es verdad que tenemos que ser críticos y seleccionar la información que nos llega, pero somos una generación privilegiada por la cantidad de fuentes de información con las que contamos.
- En el imaginario popular también está muy extendido el tópico de que los avances científicos están siempre supeditados a motivaciones políticas y económicas, casi siempre poco éticas. ¿Qué hay de cierto en toda esta "conspiranoia"?
- Asuntos como la energía y los suministros estratégicos entran dentro de la política y la seguridad de los estados. Esto es así. El precio del petróleo bajó, según muchos, por las técnicas del fracking y el aumento de las fuentes de extracción, pero también tuvo un componente político de los propietarios de los pozos petrolíferos. Cada actor internacional juega con las cartas que tiene, y la ciencia o la energía es una de ellas.
- Acaba de mencionar el fracking... Al final uno ya no sabe si esta técnica realmente es tan peligrosa o nociva como parece, o es publicidad negativa puesta en marcha por algún lobby de los hidrocarburos... ¿a quién creer?
- No creo que los intereses sean tan enormes y ocultos que ya no podamos creer a nadie. El otro día mi hijo me dijo que en clase habían visto un vídeo sobre fracking en el que salía agua por un grifo y ardía porque supuestamente se había mezclado con gas natural... Yo no soy una experta en ese campo pero, científicamente, eso es muy difícil de creer. Lo que quiero decir es que tenemos que informarnos pero ser muy críticos con las fuentes. Muchas cosas dependen de criterios políticos o económicos, pero la investigación es fiable y, sobre todo muy importante. Y es responsabilidad de los investigadores convencer de eso a los políticos y a los ciudadanos.
- ¿Cómo andamos en España en cuanto a investigación científica?
- Seguimos pagando los efectos de la crisis que redujo el número de investigadores. Hace falta más inversión. Pero a través del Pacto por la Ciencia en Aragón se está haciendo un esfuerzo y se está creciendo, todavía no llegamos al nivel que deberíamos, aunque es un buen comienzo. El objetivo en Aragón es llegar a invertir en investigación el 1.3 por 100 del PIB, pero hay países como Corea del Sur que ya están en el 4 por 100. Pero en 2016 los investigadores del CSIC aragoneses ingresaron por proyecto competitivos más de 11 millones de euros. Aquí falta cultura empresarial en el tema de la investigación, pero tenemos que asumir que la ciencia, además de hacer avanzar a la sociedad, supone una importante inyección económica.
