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Once tubos, 60 artistas y un billete a México de ida y vuelta Once tubos, 60 artistas y un billete a México de ida y vuelta
"Ese viento alegre de Arboleda", obra que se ha incorporado a la muestra Arte de Todos para Todos que se expone en el Edificio de Bellas Artes de Teruel

Once tubos, 60 artistas y un billete a México de ida y vuelta

Los alumnos de La Arboleda reinterpretan una obra del escultor Diego Arribas
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Ese viento alegre de Arboleda es el título de la obra escultórica formada por once tubos de metal galvalizado policromados, realizada por 59 alumnos del Colegio de Eduación Especial La Arboleda de Teruel, que puede verse dentro de la exposición Arte de Todos Para Todos, actualmente en el Edificio de Bellas Artes de Teruel. 

La pieza tiene una peculiar historia, ya que pudo verse en el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán, en Mérida (México), antes de incorporarse a esta muestra, organizada por el Colegio de Educación Gloria Fuertes de Andorra y la Fundación Quílez Listerri y que ha viajado por todo el Bajo Aragón durante los dos últimos años, reivindicando el arte primitivista y libre de niños y jóvenes con discapacidad intelectual.

El autor original de la escultura es el artista y profesor de arte Diego Arribas, madrileño de nacimiento y turolense de adopción. Con el título Ese viento alegre participó con esa obra en la exposición Hermandades Escultóricas que pudo verse en el MACAY de Mérida en 2006, con 37 autores mexicanos y españoles. Después de que la obra regresara a España, en 2009 Diego Arribas decidió donarla al Colegio de Educación Especial La Arboleda. “En aquella época era vicedecano de Bellas Artes en Teruel”, recuerda el propio Diego Arribas. Todavía no se había construido el nuevo edificio del campus y la directora del colegio La Arboleda permitió que adaptáramos su gimnasio para dar las clases de escultura y pintura. En agradecimiento a ese gesto doné la escultura cuando se terminó el edificio de Bellas Artes”.

Curiosamente ha sido en ese mismo gimnasio que acogió las clases de arte donde los 59 alumnos de La Arboleda han reinterpretado la escultura. “La pintura se había deteriorado y le propuse a Diego la restauración”, explica Laura Villarroya, profesora de Plástica del centro de educación especial, “pero al final vimos que sería mejor que los alumnos la repintaran a su gusto, y a Diego le pareció una estupenda idea”. 

Durante los últimos cinco meses se ha reinterpretado la escultura en un proyecto artístico en el que ha participado todo el mundo, alumnos, tutores, logopedas, fisioterapeutas y auxiliares del centro. 

Los alumnos mayores, de los programas de Transición a la Vida Adulta y de Capacitación, retiraron la pintura original dañada y aplicaron una imprimación blanca, para que después cada una de las once clases del centro pintara sendos tubos. 

“No se trataba de dar un discurso común entre los once tubos, sino que cada clase tuviera total libertad creativa en función de sus gustos y capacidades”, asegura Villarroya. “Por ejemplo, el tubo que es blanco con las huellas de pies y manos fue realizados por los alumnos más pequeños, que lógicamente tenían muchas más dificultades”. 

Cuando José María Peguero, ex profesor del Gloria Fuertes de Andorra y comisario de Arte de Todos para Todos se puso en contacto con La Arboleda para que participaran en la muestra a su paso por Teruel, desde el centro se pensó que esa era la obra más oportuna. Está dispuesta en el vestíbulo de Bellas Artes colocada formando una especie de bosque de tubos, de arboleda, cuya disposición es la que proporciona el discurso artístico de la instalación. 

Y aunque cuando la obra se expuso en México lo hizo en las calles de Mérida formando una fila regular, en realidad esta disposición reinterpretada se parece más a la que tenía Diego Arribas en su cabeza, ya que “allí se colocaron los tubos en línea recta por algún error en las instrucciones que envié, porque yo los había concebido para una distribución más irregular”, explica Arribas. 

El artista creó Ese viento alegre como obra de arte al aire libre, y así será porque cuando concluya Arte de Todos, el 23 de marzo, la escultura se instalará en el patio de La Arboleda, “de forma que los alumnos puedan pasear y jugar entre los tubos, con espacio incluso para que circulen sillas de ruedas”, explica Villarroya. 

Diego Arribas, que originalmente concibió sus tubos pintados también con colores vivos, pero siguiendo un patrón geométrico regular, asegura que la reinterpretación de los alumnos de La Arboleda le ha “sorprendido” y que la obra “ha mejorado”. “Los niños y los alumnos de educación especial se enfrentan al arte sin la rémora cultural y artística que tenemos nosotros. Para ellos todo es más espontáneo, fresco, sin condicionamientos técnicos ni culturales”, explica. 

“Otra cosa que me ha gustado muchísimo”, añade el escultor, “es que tiene esa característica que se busca en el arte público, en el que la autoría del artista se diluye, en este caso a favor de una autoría colectiva. Y además funciona como un palimpsesto, en el que un colectivo, en este caso, ha reescrito sobre una obra de otro autor, así que participa más de este concepto de arte grupal”. Una obra en la que 60 autores –Diego Arribas y los 59 alumnos de La Arboleda– han dejado su impronta en una fantástica obra, con un viaje de ida y vuelta a México de por medio. 

Ese viento alegre de Arboleda, junto al resto de obras que forman parte de Arte de Todos para Todos, puede verse en Bellas Artes hasta el 23 de marzo. Durante ese tiempo tendrán lugar varias actividades culturales relacionadas. Las próximas serán este miércoles, con un Taller de Pintura (12 horas) impartido por Caterina Burgos dirigido a profesores y alumnos del campus turolense; un taller titulado Crear historias con arte (19 horas) impartido por Paloma Guillén, y la representación de La más bella historia de amor jamás contada del grupo de Teatro Negro de la Arboleda.