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Una visión retrospectiva sobre las sociedades ideales Una visión retrospectiva sobre las sociedades ideales
Detalle del cartel diseñado por Emilio Iguaz para las V Jornadas de Filosofía de Andorra

Una visión retrospectiva sobre las sociedades ideales

El IES Pablo Serrano de Andorra celebró las V Jornadas sobre la Filosofía
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El IES Pablo Serrano de Andorra ha sido el escenario de la quinta edición de las Jornadas de Filosofía, que en esta edición estuvieron dedicadas al concepto de utopía como búsqueda suprema de un modelo de organizacion social, político y económico justo, y a la historia de su desarrollo, desde el Paraíso del Génesis bíblico hasta la antiglobalización en la actualidad.  Durante la pasada semana se celebraron dos conferencias, a cargo del director del Centro de Estudios Locales de Andorra, Javier Alquézar, y del diputado socialista en el Congreso Ignacio Uzquizu, y se proyecto la película Fahrenheit 451, de François Truffaut, que introdujo Ana Castro. La presentación de los ponentes corrió a cargo de Pilar Español, del departamento de Filosofía del IES. 

Javier Alquézar planteó una interesante conferencia que giró en torno a tres elementos; el contexto histórico del concepto de utopía; la critica a la realidad y la continuidad del mismo; analizando cuatro bloques históricos; de los orígenes a la Edad Media, la Edad Moderna (s. XVI-XVIII), el siglo de las utopías (XIX) y la actualidad. 

Alquézar afirma que el ideal utópico es algo consustancial al ser humano y siempre lo ha sido. Los mitos literarios del siglo XVIII a. C. son el origen de una tradición que ha modificado las mismas referencias a lo largo de toda la historia, desde el cristianismo al comunismo, pasando por el racionalismo o los socialistas utópicos. 

Entre otros, Alquézar destacó la figura de Platón (427-347 a. C.) por sus aportaciones sobre el gobierno y la ciudad ideal. Ideó un gobierno dirigido por los aristoi (los mejores) y adelanta la división clasista de la sociedad, entre reyes-filósofos, guardianes y productores. Entre sus peculiaridades Platón planteó, como explicó Alquézar, un régimen separado para cada clase social; basado en la familia y en la propiedad privada para los productores y en un comunismo aristocrático para guardianes y filósofos, que vivirían en comunidad y compartirían mujeres e hijos. 

Después el estoicismo introdujo la igualdad de todos los seres humanos por el hecho de nacimiento, e influyó decisivamente en el posterior Derecho Natural, que son la base de los actuales Derechos Humanos. Posteriormente Pablo de Tarso situó la utopía en el espacio ultraterreno, con el concepto de la salvación divina, a pesar de que el propio cristianismo primitivo, en el contexto de la crisis del Imperio Romano, fue un ideal utópico en el que se evitaba la propiedad privada o la autoridad superior terrena. 

En el segundo bloque de su conferencia Javier Alquézar abordó la Utopía Moderna, la Razón y la Ciencia, con el humanismo, el renacimiento y el siglo de la razón. Tomás Moró fundió la tradición helénica del mundo ideal y el cristianismo primitivo en su obra Utopía, donde critica al incipiente sistema capitalista por la pobreza que genera, y enfrenta la razón contra la tradición como guías de la vida común de las personas. 

Su tercer bloque habló del socialismo en el siglo XIX, una corriente de pensamiento fructífera que inspiró y sigue inspirando a numerosos utopistas hoy en día, pero que en su momento fracasaron a la hora de pasar del papel a la práctica. Sus principales referencias fueron Carlos Marx y El capital, donde plasmó su pensamiento o Engels, figura clave en las reivindicaciónes de la clase obrera, así como Proudhon, germen del anarcosindicalismo. 

El último bloque trató sobre la actualidad; desde la revolución comunista a la antiglobalización, pasando por los fascismos, las distopías o los movimientos sociales y culturales que provocaron hechos como la guerra de Vietnam, mayo del 68 o la caída del Muro de Berlín en 1989. Una de las conclusiones a las que apuntó Alquézar tras su intervención es que una sociedad sin proyectos utópicos cae en una profunda depresión, parecida a la que concurre si esos proyectos nunca se concretan en cambios reales para la sociedad. 

Por su parte, Ignacio Urquizu tituló su ponencia Las luces y sombras de Karl Marx, en la que abordó las facetas de científico de lo social y de agitador político del pensador que pretendió (y logró) generar una ciencia que precipitara el cambio del mundo.

Su utopía consistió en que los medios de producción estuvieran en manos de la clase de trabajadora y en función de eso se diera una nueva y más justa organización del trabajo y distribución de recursos y beneficios, ya que para los marxistas las relaciones económicas son el verdadero motor que mueve el mundo. Para Uzquizu la mayor aportación de Marx fue que generó una utopía que permitió y permite soñar con un futuro mejor. Los conflictos identitarios, el belicismo, la ciencia positiva, el determinismo y su punto de vista sobre la democracia fueron sus principales sombras, en opinión del ponente.