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Hemeroteca: Cuando la conmemoración de San Jorge era todavía un grito autonomista en las calles Hemeroteca: Cuando la conmemoración de San Jorge era todavía un grito autonomista en las calles
Informaciones en este periódico sobre la manifestación, con una pancarta que portaban entre otros los turolenses Antonio?Pérez (CHA) y José Montón (CDS)

Hemeroteca: Cuando la conmemoración de San Jorge era todavía un grito autonomista en las calles

Los actos de la jornada dedicada a Aragón han perdido buena parte del tono reivindicativo con el que se vivía en las calles hace unas décadas
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Una fotografía en blanco y negro mostraba a miles de aragoneses en el Paseo Independencia de Zaragoza un 23 de abril del pasado. Desfilaban tras una pancarta en la que se leía Autonomía plena, ya y se mostraba el rechazo a los trasvases del agua del Ebro. En aquella manifestación, según la organización, había 150.000 aragoneses, y eso que las diferencias políticas de los convocantes aquel año, en un clima politizado ante la convocatoria de elecciones generales, había enturbiado la movilización, decía este periódico. Emilio Eiroa era el presidente de Aragón, que encabezaba la marcha, y había otros protagonistas que emocionaron con sus palabras, como el Justicia entonces saliente, Emilio Gastón, y José Antonio Labordeta, que entonó su Canto a la libertad.

Hemos despedido ya a estos tres protagonistas fundamentales de una época en la que los aragoneses recosieron su identidad como pueblo, frente los reproches de quienes les tachaban de insolidarios por no ceder el agua del Ebro, y con la bandera de la autonomía como solución a muchos de los problemas de los aragoneses, tal y como veían a sus vecinos de Navarra y el País Vasco.

Hace 25 años de aquello, y la celebración del Día de Aragón ha cambiado mucho desde entonces, perdiendo el tono reivindicativo y autonomista en las calles, para cobrar fuerza los actos institucionales y lúdicos.

"Miles de aragoneses piden la autonomía plena" leíamos en este periódico, en su edición del 24 de abril de 1993, con Emilio Gastón como Justicia de Aragón que reclamó las más altas cotas de autogobierno para Aragón. Decía el periódico, citando a la organización, que habían asistido 150.0000 personas, cifra que la Delegación del Gobierno rebajaba a 27.000. Pero en cualquier caso era calificada como éxito por los convocantes; el Partido Aragonés, IU, CDS y la Chunta Aragonesista.

Banderas, globos y paraguas con los colores de Aragón dieron color a la manifestación festiva, con pancartas, además, de otras organizaciones -sindicalistas, ecologistas, antimilitaristas, juveniles, políticas o sociales, entre otras- leíamos. Emilio Gastón fue el encargado de hablar desde el estrado, acompañado por un miembro de cada partido convocante, y también del presidente de Aragón, al que el propio Gastón invitó a subir.

Estado de las Autonomías 

El discurso de Gastón fue, según relataba la crónica, muy emocionante para todos los asistentes, pidiendo "a los partidos políticos que escuchen la voz del pueblo aragonés". Decía en su intervención que los Pactos Autonómicos habían “tasado a la baja las competencias asumibles, las reformas, las potencialidades de Aragón”. Y añadía que habían vuelto a “racionar las esperanzas de las comunidades rezagadas, y nos han hipotecado los proyectos por otro plazo aleatorio”.

“Ya no es tiempo de quejas, de victimismo, de rabia o de impotencia”, y añadía que el Estado de las Autonomías “habrá de ser de todos o no será” porque ya denunciaba las “discriminaciones de la España de dos velocidades”, así como la falta de diálogo de “la política española con las comunidades de segunda, que difiere del trato que se tiene con Cataluña y Euskadi por intereses o por miedo”.

Era un grito de queja y también de dignidad: “Nunca se ha desoído a una Comunidad Autónoma tanto como a Aragón, jamás políticos de España han ignorado tanto la voz de un pueblo, jamás fueron más sordos y tanto desdén”. Pero decía que, a pesar de estar en la “vía lenta”, en el último año se habían conseguido muchas cosas porque “España ya nos oye, nos habla, nos respeta y nos reconoce el Pacto de las Aguas que otras comunidades ponen de modelo”.

Contra el PP y el PSOE

El contexto político de aquel año condicionó mucho la manifestación, según podíamos leer, ya que ni PP ni PSOE se sumaron formalmente a la convocatoria, aunque sí asistió el Gobierno de Aragón en pleno, presidido por Emilio Eiroa (PAR) y por tanto, cuatro de sus consejeros del PP, entre los que estaba el turolense Santiago Lanzuela, que luego presidiría el Ejecutivo aragonés. También asistieron, recogía el texto, el presidente regional del PP, José Ignacio Senao y Luisa Fernanda Rudi, entonces miembro de la Ejecutiva regional y cabeza de lista por Zaragoza.

"No faltaron gritos, en el transcurso de la marcha, contra el PP y el PSOE, partidos que no han acudido oficialmente a la manifestación, postura que fue recriminada por muchos jóvenes, que no perdieron la oportunidad de llamarles ¡ traidores y chaqueteros!", decía la crónica.

Días antes, el 22 de abril, leíamos en el periódico que "la manifestación del 23-A no termina de calar este año en Teruel", y ponía como ejemplo que la Mesa de Partidos convocada días antes se había suspendido a última hora al asistir solo CHA y el CDS. "Por lo general, todos los partidos convocantes" reconocían que ese año no había habido un "esfuerzo importante de cara a respaldar el acto, al margen de que la polémica surgida en la capital aragonesa respecto a las formaciones que encabezaran la manifestación, y la convocatoria de elecciones anticipadas hayan podido influir también en lo que algunos han calificado de falta de interés generalizado”. 

Así, no se esperaban autobuses fletados desde Teruel como el año anterior ni se percibía el apoyo de los ayuntamientos. Pero finalmente, la información que firmaba Cecilio Torres para este periódico de aquel 23 de abril, destacaba la cifra de 5.000 turolenses de asistencia, en una crónica que titulaba “Ha sido una victoria del pueblo aragonés”, y en la que aparecían fotografías del presidente y los consejeros Biel, Lanzuela y Así, así como de representantes turolenses como Ricardo Doñate y Cesáreo Górriz, entonces presidente y vicepresidente de la Diputación de Teruel, respectivamente; o el alcalde de Teruel, Ricardo Eced.

Inauguración de la Torre del Salvador

Teruel celebraba hace 25 años el Día de Aragón, justo como en la actualidad, unos días antes del 23 de abril, y lo hacía con la inauguración de la restauración de la torre mudéjar del Salvador, que el Gobierno de Aragón financió íntegramente con 200 millones de pesetas. La inauguración oficial se hizo con la suelta de palomas desde el campanario de la torre, a la que asistió el presidente del Ejecutivo autonómico y varios consejeros. 

Según leíamos en el periódico del 20 de abril de aquel 1993, los actos comenzaban con una recepción en el Ayuntamiento y concluían con otra recepción en el Parador de Turismo, tras inaugurar las obras de restauración de la torre del Salvador.

De la restauración se ofrecían algunos detalles en la información interior: Los arquitectos responsables de la restauración, Antonio Pérez y José María Sanz, explicaron que el resultado obtenido había sido posible gracias a la amplitud de medios con que se había contado. A este respecto matizaron que para que la restauración tuviese una garantía científica, “no se puede ir improvisando las cosas”.

Los trabajos, explicaron los arquitectos, permitieron corregir una “grieta viva” que se encontraba en una de las esquinas de la torre, que podría haber dañado muy seriamente el monumento. También aplicaron una limpieza con agua caliente y un cepillo muy ligero para respetar lo máximo posible el planteamiento del edificio. “Solo hemos quitado la mugre” decía Antonio Pérez, que aclaraba que si se hubiese sido fiel se habría dejado el color blanco, un tema que provocó cierta polémica.

En aquella jornada, el presidente Eiroa hizo referencias a la manifestación posterior y a la polémica por la convocatoria, y pidió el apoyo de los turolenses: “Lo importante no es quien vaya delante o quien esté en segunda fila, sino el motivo de la manifestación”. 

Así se refería en el discurso institucional ofrecido ante las autoridades en los que defendía la autonomía como motor de desarrollo y en referencia a Teruel, hablaba de que si Teruel ha podido sentirse en algún momento alejado de los centros de decisión de la política y la administración aragonesa “es un sentimiento que en los últimos años ha decaído y ya no tiene ninguna razón de ser”.