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Jesús Blasco: “La iniciativa empresarial y la inversión pública deben confluir para que la provincia despegue” Jesús Blasco: “La iniciativa empresarial y la inversión pública deben confluir para que la provincia despegue”
El abogado turolense Jesús Blasco, que ha presidido la Cámara de Teruel los últimos doce años

Jesús Blasco: “La iniciativa empresarial y la inversión pública deben confluir para que la provincia despegue”

El abogado turolense, que dejará el 26 de abril la presidencia de la Cámara de Comercio, cree que el desarrollo del territorio no va a ser homogéneo
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El abogado turolense Jesús Blasco dejará el próximo 26 de abril su cargo como presidente de la Cámara de Teruel, que asumió en 2006. En estos doce años, se ha tenido que enfrentar a un profundo cambio legislativo que tuvo como principal consecuencia una drástica reducción del presupuesto, que pasó de 2,2 millones de euros a tan solo 750.000. Además, esta transformación coincidió con la intensa crisis económica que afectó en mayor o menor medida a todas las empresas con las que trabajaba. 

La institución ha logrado adaptarse e incluso cerrar con superávit el último ejercicio. Y lo que es más importante según Blasco: ha conseguido mantener su espíritu reivindicativo porque considera que las infraestructuras viarias, ferroviarias y de telecomunicaciones siguen siendo imprescindibles para lograr el despegue económico de la provincia.

- ¿Qué balance hace de sus 12 años al frente de la Cámara?

- En general, el balance es muy, muy positivo. Ha sido una experiencia muy intensa, además de un placer y un orgullo, haber representado a los empresarios de la provincia durante 12 años. Hemos tenido tres épocas, dos claramente diferenciadas y una tercera en la que creo que estamos ahora. Diferenciaría la fase 2006-2012, en la que teníamos un funcionamiento normal, en el que contábamos con el recurso cameral permanente. Entre los ingresos del recurso y los privados, llegamos a gestionar presupuestos de hasta 2,2 millones de euros. El marco jurídico cambió en 2011, pero como el recurso cameral se devengaba con posterioridad, en 2012 todavía había fondos y pudimos sacar adelante muchos proyectos. A partir de entonces, pasamos a presupuestos de 750.000 euros, con lo que perdimos dos tercios de nuestros recursos y empezamos una época muy difícil. 

- ¿Cómo afrontaron ese momento de incertidumbre?

- No había un marco jurídico claro porque inicialmente no había una ley nacional ni aragonesa, con lo que no sabíamos cómo iba a ser el futuro y la subsistencia de las Cámaras. En esa época tuvimos que tomar decisiones complicadas y duras, pero siempre bajo el parámetro de intentar mantener los máximos puestos de trabajo posibles. Con presupuestos de 2,2 millones de euros tuvimos una plantilla media de 16 o 17 personas, aunque en momentos puntuales llegó a los 21, y con un presupuesto de 750.000 estamos manteniendo alrededor de 13 personas. No hay proporción entre la reducción presupuestaria y el mantenimiento de la plantilla. Pero entendíamos que éramos una empresa de servicios y teníamos que seguir trabajando lo público y potenciando mucho más los ingresos privados, y eso sin gente no se puede hacer. Otras decidieron despedir a más gente y hubo una reducción general de 3.000 personas en las plantillas de las Cámaras en España.

- Además de la reducción de la plantilla, ¿qué otras medidas adoptaron?

- Tuvimos que tomar alguna otra decisión, como cerrar las oficinas de Calamocha y Andorra, pero hemos conseguido mantener la estructura hasta llegar a equilibrar ingresos y gastos y cerrar 2017 con un superávit de 4.600 euros. Por eso, los miembros del comité ejecutivo nos vamos con la satisfacción de haber logrado terminar nuestra etapa con beneficios. Nos vamos sin dejar deudas y con el patrimonio intacto en Teruel y en Alcañiz. En estos últimos seis años, ha sido más difícil la gestión, pero como para todas las empresas e instituciones. Mientras tanto, otras Cámaras han cerrado, se han endeudado o han entregado la gestión a los gobiernos regionales.

- ¿Han podido mantener su carácter?

- Después de este periplo y de haber sacado adelante muchos proyectos, estamos contentos porque además hemos mantenido una de las señas de identidad de la Cámara, que es la reivindicación permanente de infraestructuras, en la que seguimos y supongo que seguirán estando los que vengan en el futuro.

- Además, el cambio legislativo coincidió con la crisis económica, lo que dificultó aún más su actividad…

- Totalmente. Al fin y al cabo nosotros trabajamos por y para las empresas y si van mal, la Cámara también. El tejido empresarial turolense es débil, cuenta con pocas empresas y, sobre todo, con pocas grandes. La situación ha sido muy delicada porque ha habido muchos problemas empresariales, concursos de acreedores, reducciones de plantilla, EREs,… Al problema particular de nuestra pérdida de financiación se añadieron las dificultades para trabajar con las empresas porque muchas desaparecieron y otras tuvieron problemas. La Cámara ha ayudado en la medida de sus posibilidades a que se hayan creado otras o a que hayan podido dedicarse al comercio exterior, que ha sido una salida importante para muchas. Desde la Cámara, hemos vivido el drama de numerosas empresas, aunque hemos podido celebrar que algunas no hayan cerrado gracias a las ayudas a la internacionalización que hemos podido darles dentro de nuestras competencias.

- Ahora que la adscripción a las Cámaras es voluntaria, ¿qué motivos hay para hacerlo?

- Somos prestadores de servicios para las empresas y tenemos definidas muchas funciones. Ahora lo que se está haciendo desde la Cámara es explorar nuevas vías para convencer a los empresarios. Además de los programas de internacionalización desplegados junto al Gobierno de Aragón, ofrecemos formación cualificada a empresarios y trabajadores y asesoramiento en nuevas tecnologías, sobre todo relacionadas con el comercio electrónico, y para la aplicación de la nueva ley europea de protección de datos o del certificado de Compliance Penal. Además, hemos creado el Club Cámara, que pronto llegará al centenar de socios, para formar una red profesional de contactos. 

- ¿En qué situación económica diría que se encuentra la provincia en este momento?

- Es una pregunta complicada porque la provincia es muy extensa y despoblada. Al ser tan grande, tenemos que diferenciar zonas. La economía de Teruel y su comarca está relativamente bien, aunque todavía estamos saliendo de una crisis profunda y nos está costando. Pero desde una perspectiva de futuro, veo una economía que se va a recuperar muy bien por la confluencia de un turismo que se está disparando, de un Aeropuerto que es un proyecto tremendo y con un futuro esplendoroso, y de la implantación o ampliación de algunas empresas importantes como Röchling, Ronal, Transportes Callizo o Jamones Albarracín. Platea empieza a visualizarse como una realidad. Teruel y su comarca cercana tienen un futuro muy bueno, que podría ser perfecto si las infraestructuras de ferrocarril se desarrollaran y mejoraran las de carreteras. También creo que tiene un potencial enorme de crecimiento y que la situación está mejorando bastante en la Comarca de Gúdar-Javalambre, que es la que tiene más proyección junto con Teruel.

- Siempre muestra confianza con el futuro del Aeropuerto.

- Puedo estar perfectamente equivocado, pero creo que es un proyecto con un futuro tremendo. Es un proyecto singular, que está creciendo y del que ahora no vemos su dimensión real. Desde una visión un poco romántica, creo que puede ser un negocio que en 50 años cambie las perspectivas de Teruel de una manera espectacular. Me he creído esa realidad que me han transmitido muchas personas de fuera. 

- ¿Y qué me dice del resto del territorio?

- Veo dificultades y depresión, no solo en las Cuencas Mineras sino también en el Bajo Aragón histórico, que está muy parado y muy deprimido en cuanto a iniciativas empresariales. Aunque tradicionalmente han sido más emprendedores que en Teruel, en estos momentos les falta un poco de empuje, de creerse el proyecto de Motorland y de superar una crisis que a ellos también les ha afectado bastante porque allí cayeron muchas empresas importantes de transporte y construcción, no se instaló la cementera que podría haber sido un revulsivo para la zona y, además de las minas de carbón, han perdido explotaciones de arcilla por la caída brutal del sector de la construcción. Necesitan un impulso enorme y la situación es complicada, al igual que en la Sierra de Albarracín. Yo veo que no va a haber un desarrollo homogéneo en la provincia en los próximos años. Tiene que haber inversión pública e iniciativa empresarial y que confluyan las dos para que puedan salir las demás comarcas adelante.

- No ha nombrado la Comarca del Jiloca…

- El Jiloca está también en una posición muy complicada. Este territorio tiene más problemas para la implantación de empresas por la influencia de Zaragoza y Teruel. No hay demasiadas posibilidades para el turismo y la construcción no es una opción. En esta zona hay que volcar los esfuerzos para las empresas agroalimentarias y crear algún proyecto emblemático, como Dinópolis o Motorland, apelando al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) y a la imaginación de quienes tienen que diseñarlo y pedirlo para que impulse decididamente la zona. Además los empresarios deben apostar por el mismo.

Infraestructuras

- Además de ofrecer ayudas del Fite, ¿qué se puede hacer para atraer inversiones a la provincia?

- Evidentemente, hay que dar un salto cualitativo importante en las infraestructuras. Aunque valoramos el esfuerzo inversor en la vía férrea Sagunto-Teruel-Zaragoza, hace falta mucha más inversión y una línea con capacidad para poder asumir los tránsitos que harían posible el despegue económico y la implantación de empresas. Esta visto que donde no hay infraestructuras no hay empresas. Y hay que mejorar la comunicación con Madrid y finalizar la A-68 para que haya implantación de empresas. Y además de las infraestructuras ferroviarias y de carreteras, también hacen falta de telecomunicaciones y nuevas tecnologías.

- Pero usted antepone las ferroviarias y de carreteras…

- Sin duda, aunque las otras son parte del futuro. Los ejemplos que se ponen siempre y que son una obra maestra, como lo que ha hecho Ricardo Lop, son la excepción que confirma la regla. Pero si no hay infraestructuras de carreteras y de trenes, no va a haber empresas. 

- En este contexto, ¿considera que aún son necesarias las manifestaciones como la planteada por Teruel Existe el 6 de mayo en Zaragoza?

- Creo que lo que hace falta son Presupuestos Generales del Estado y de la Comunidad Autónoma, lo tengo clarísimo, y que los proyectos que se contemplan se desarrollen. Lo que está ocurriendo con los nuevos hospitales de Teruel y Alcañiz no tiene calificativos. Llevamos años sin que se desarrollen los hospitales comprometidos. Me da igual lo que haya en los presupuestos, porque lo que hace falta es que se ejecuten. Pero nos preocupamos más de lo presupuestado que de la verdadera ejecución. Teruel necesita dinero porque lleva un retraso enorme en infraestructuras. Por lo tanto, todo el que nos pongan cada año es poco. 

Cualquier reivindicación que se haga, bienvenida sea. Pero ya hemos visto también que después de años de movilizaciones los resultados no han sido espectaculares. Creo que hay que seguir trabajando e influenciando. Las Cámaras y las organizaciones empresariales de Aragón y Valencia hicimos un lobby e incluso organizamos un acto con Fomento para demandar el corredor Cantábrico-Mediterráneo por Teruel. Si seguimos reclamando solo desde la provincia vamos a seguir igual dentro de 20 años, sin desmerecer el trabajo que hace Teruel Existe. 

- Entonces, comparten las reivindicaciones pero no las formas…

- Estamos hablando de infraestructuras de gran capacidad y tenemos que ir de la mano con otros territorios que también las necesitan. Esa es la forma. Aragón tiene que formar un grupo de presión junto a la Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra, País Vasco y Cantabria con el apoyo de las multinacionales implantadas en estos territorios que necesitan o a las que les vendría bien la unión del puerto de Bilbao con los de Castellón y Valencia, como Opel, Ford y Mercedes. Hace falta un lobby de Comunidades Autónomas o de provincias y un lobby empresarial porque solos no lo vamos a conseguir y esa estrategia solo conduce a la frustración.

- ¿Y por qué la ejecución presupuestaria en la provincia es siempre tan baja?

- Al final lo que falta es decisión política. Igual que alguien en su día decidió que se hiciera la autovía Mudéjar y se hizo, hace falta alguien que diga que el tren de Zaragoza a Valencia tiene que ser el que las circunstancias y los tiempos requieren. Aunque hagamos ahora una inversión de 333 millones que mejore las condiciones y la capacidad de la línea, o las que se puedan contemplarse después en cada uno de los presupuestos pero con partidas pequeñas, como los demás están avanzando a una velocidad superior y haciendo mejores infraestructuras, lo que ocurre es que los tránsitos desde el País Vasco que tenían que ir a Valencia se están trasladando por Tarragona y se está invirtiendo en aquella zona. Las demás provincias serán más competitivas y la nuestra seguirá quedando atrasada. 

- Por último, ¿qué le diría a quien le sustituya como presidente de la Cámara de Teruel?

- Que hace falta mucho trabajo y dedicación y que para las Cámaras es fundamental estar permanentemente al lado de los empresarios para facilitar su implantación, funcionamiento e internacionalización. Por un lado, hay que ofertar servicios destacados a las empresas por su valor añadido. Y por otro, hay que estar presentes como institución en todos los ámbitos porque de otra manera desapareces y dejas de tener importancia. También que entienda que para sacar adelante todos los proyectos hacen falta personas. Y que, por encima de todo, hay que defender los intereses generales de la provincia y ser reivindicativos respecto a las infraestructuras. Eso se ha hecho siempre, y siempre nos ha costado disgustos con el partido en el poder. Pero hemos mantenido ese espíritu pasara lo que pasara y pesara a quien pesara. El sector empresarial raramente sale a la calle tras una pancarta y la Cámara ha salido junto a los sindicatos para reivindicar infraestructuras. Hay mucho trabajo porque los tiempos son muy difíciles.