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El terrible secreto que ocultan las celosías del Convento de Mirambel El terrible secreto que ocultan las celosías del Convento de Mirambel
"Oculto en la mirada", editado por la Comarca del Maestrazgo, es la primera novela publicada por Mari Cruz Aguilar. M. A.

El terrible secreto que ocultan las celosías del Convento de Mirambel

Ya está en las librerías el thriller de ficción "Oculto en la mirada", ganador del Concurso de Novela Corta del Maestrazgo
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Mari Cruz Aguilar lleva década y media recorriendo los pueblos de Teruel e informando sobre ellos como periodista de DIARIO DE TERUEL. En 2005 conoció uno de los rincones más bellos y sugerentes que recuerda, el Convento de las Agustinas de Mirambel, y esa visita se ha convertido en la historia ganadora del Concurso de Novela Corta del Maestrazgo 2017. El libro ya está a la venta en librerías, el 23 de abril la autora firmará ejemplares en la plaza del Torico durante la festividad de San Jorge y el 25 se presentará oficialmente en el Museo Provincial a partir de las 19 horas. 

Oculto en la mirada es un thriller de misterio en el que se cruzan dos historias; una investigación ambientada en la actualidad, en la que un equipo de restauradores descubre unas misteriosas pinturas en el interior del Convento que alguien está empeñado en que no salgan a la luz, y otra ocurrida tres siglos atrás que narra los terribles sucesos que tuvieron lugar entre sus paredes, sucesos ocultos y al mismo tiempo visibles para todos. 

Aguilar, nacida en la localidad bajoaragonesa de Berge, tuvo ocasión de conocer el interior del Convento en 2005, cuando todavía estaba cerrado al público y tal y como las religiosas lo habían dejado en 1980. “Me quedé maravillada y me pareció un lugar perfecto para ambientar una novela de misterio”, recuerda la autora. “El alcalde me preguntó si merecería la pena restaurarlo y si la gente vendría a verlo... y yo le dije que allí tenían algo extraordinario. Ver las casas de Mirambel desde el interior de las famosas celosías me parecía maravilloso”.

La segunda vez que lo visitó fue en 2016, cuando unas catas en el interior de algunas de las celdas revelaron la existencia de pinturas ocultas tras una capa de lucido. Entonces su mente se puso en marcha y decidió escribir la historia para presentarla al concurso de relatos breves Mirambel Negro 2017. 

En 100 palabras concentró un cuento de terror y misterio de los que le dejan a uno con el corazón angustiado, que ganó el certamen. A los vecinos de Mirambel no solo no les disgustó que Mari Cruz Aguilar construyera una ficción en la que su querido Convento había sido escenario de terribles crímenes, “sino que muchos me dijeron que les había encantado y que les gustaría leer más sobre esa historia. Fue lo que me decidió a convertirla en una novela corta y presentarla al Concurso del Maestrazgo”. 

Aunque la ambientación de la novela y la recreación de los espacios del Convento es escrupulosamente real, todo lo demás en el thriller es ficción. Aunque realmente la Fundación Santa María de Albarracín está ahora mismo restaurando las pinturas que aparecieron en las catas, son del siglo XVI y no del XVIII -”cuando se dataron las pinturas la novela ya estaba escrita y presentada al concurso”, matiza Aguilar–, desde luego su aspecto, su origen y su significado no son los mismos que en la trama ideada por la periodista. Tampoco lo son los personajes, ni los de la actualidad ni los del siglo XVIII. “No se trataba de contar la historia del Convento ni de hacer un ensayo de investigación, sino de contar una historia de misterio”.

Sin embargo Oculto en la mirada, que se lee de un tirón con un par de horas de calma, sí que recrea con gran riqueza los detalles del interior del Convento; algunas de las celdas, la tenebrosa celda de castigo instalada en el Torreón circular o las celosías que, desde fuera, conocen numerosos turistas, y que según se cuenta servían para que la Madre Superiora pudiera controlar quién entraba y quién salía por las calles del pueblo sin ser vista. “Una de las cosas que me gustaría es que la gente que lea la novela sienta el impulso de visitar Mirambel o de regresar, ahora que puede visitarse el interior del Convento”, asegura Mari Cruz Aguilar. 

También destaca el desarrollo de los trabajos de restauración que realiza el equipo protagonista de Oculto en la mirada. “Por mi trabajo conozco la actividad de restauración, pero tengo que reconocer que envié el manuscrito a una especialista y me puso los pies en el suelo”, recuerda Aguilar. “Me hizo cambiar varias cosas, algunas de las cuales fue imposible porque la historia lo pedía”. “Por ejemplo yo necesitaba que la protagonista encontrara un papel y lo tocara sin guantes, y al final del libro hace algo que, jamás, jamás haría un restaurador... pero no había más remedio”, bromea la escritora. En realidad, ningún restaurador se ha visto en la situación límite que recrea la novela, así que nunca se sabe...

Ópera prima

Las páginas que Mari Cruz Aguilar ha publicado a través de DIARIO DE TERUEL se cuentan por miles, aunque Oculto en la mirada es su primer libro de ficción que ve la luz. “Desde luego el premio de Novela Corta del Maestrazgo me ha animado mucho a seguir escribiendo ficción”, explica la autora, que matiza que una novela larga es un bombón que le tienta aunque no se ve, hoy por hoy, con la disponibilidad de tiempo necesaria para afrontarla. En cualquier caso esta amante del género negro asegura que, tras nacer como relato breve y madurar como novela corta, la terrible historia del Convento de Mirambel y sus celosías “ya ha cumplido su ciclo y no, no va a convertirse en una novela larga”.