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Miguel Mena, escritor y periodista: Miguel Mena, escritor y periodista:
Miguel Mena (c) en Cantavieja, en 1991, en una foto del libro: “Desde allí hice recorridos que no olvido jamás”. Antón Castro

Miguel Mena, escritor y periodista: "En este peregrinar el Jamón de Teruel es un gran compañero de viaje"

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Un viaje aragonés (PUZ) es una lúcida literatura de viajes, experiencial y de contrastes, de abordaje de etapas y autodescubrimientos en el camino. Nuestra comunidad, protagonista una vez más en el último libro de Miguel Mena, entrevistado por Carlos Gurpegui.

- Los territorios se descubren en paseo, senderismo, en moto, coche, tren… o en bici. ¿Qué ofrece la bicicleta, que no da otro medio de transporte?

- Una velocidad ideal para recorrer muchos kilómetros sin perderse un detalle. Y la felicidad de hacerlo con tu propio esfuerzo. 

- En el libro cita a David Byrne mencionando el “efecto vigorizante y tranquilizador” de la bicicleta, todo un ejercicio, también de meditación. ¿Cuál es la principal reflexión a la que invita Un viaje aragonés?

- Sobre todo invita a salir de los lugares de siempre y recorrer otros que, estando muy cerca, poca gente frecuenta.

- Dividido en dos partes, Paisaje del ciclista (1991) y Nada más lejos (2016), ¿cómo se transformó el contenido de su mochila, recordando a Labordeta, a quien junto a Félix Romeo dedica el volumen?

- En la mochila siempre llevo lo mínimo imprescindible, pero la mochila emocional se llenó de recuerdos y reflexiones sobre el paso del tiempo.

- Tras el poso de la experiencia, ¿cómo y cuándo escribe uno? ¿Con inmediatez de impresiones o bajo conclusiones más pausadas?

- Puedo atravesar Aragón en bicicleta en una semana, pero necesito un año para contarlo por escrito. Hay que reposar y repasar lo vivido, y contar cosas que van más allá de lo que has visto.

- Transitar por Aragón, veinticinco años después. ¿Los paisajes cambian más que las personas?

- Los paisajes cambian poco, al menos en las zonas despobladas. En un cuarto de siglo, solo el desarrollo turístico de algunos puntos y los regadíos en Los Monegros habían alterado algunos lugares.

- La repetición casi lacaniana y placentera, la vuelta a lugar, a veces rompe las coordenadas de espacio y tiempo, aportando a cada visita gran contenido valor.

- Cada lugar tiene el valor que el viajero quiera darle, pero volver sobre tus pasos tanto tiempo después tiene un valor íntimo cuyo reto es hacerlo universal.

- Y cómo no, Teruel es uno de los protagonistas de Un viaje aragonés. ¿Cuáles de sus localidades asocia más al turismo de bicicleta?

- La zona de Teruel que más he frecuentado en bicicleta es el Maestrazgo. Ya en 1990 pasé unas vacaciones en Cantavieja y desde allí hice recorridos que, por su belleza y su exigencia, no olvido jamás.

- Cuando sale de Calanda, destaca dos parajes, “contrapuestos como un pantano y un desierto”.

- Soy un amante de la toponimia y de las paradojas. Ese contraste calandino llama la atención.

- Ronda por las fronteras de Aragón, como los carteles que delimitan la separación de Teruel y Castellón.

- Allí puse el límite a mi viaje, en la antigua carretera nacional, con mucho tráfico en el 91 y en soledad en 2016 cuando ya todos iban por la autovía.

- Fronteras también entre las propias provincias. En texto y foto muestra cómo “ahora Teruel empieza, claramente, unos centenares de metros más al sur; pequeña franja que le ha arrebatado la provincia de Zaragoza”.

- Es un detalle curioso que comprobé al cotejar las fotos que hice en el mismo lugar en 1991 y en 2016. 

- Y claro, con tanta travesía, también hay pinchazos, para el reposo en lugares como la ribera del Guadalope.

- En ambas ocasiones llegué a Alcañiz cansado y con temperaturas muy elevadas. La ribera del río se convirtió en un refrescante descanso.

- “Castellote es una luz al final del túnel”, destaca. Y tomando la carretera hacia Dos Torres de Mercader, usted es de más ayuda que Google Maps.

- Cuando volví había una carretera alternativa, mucho mejor, pero preferí repetir el trayecto por la antigua, tan solitaria como hermosa.

- DIARIO DE TERUEL también aparece en su libro, con la crónica de Joaquín Ferrer sobre Ramón Arcusa (Dúo Dinámico) en Nogueruelas, pueblo natal de su padre.

- Me fascinó descubrir la relación del Dúo Dinámico con esa zona de Teruel. La crónica del día en que los homenajearon es muy emocionante. 

- Bastante cita usted a la trufa, especialmente su capital Sarrión. ¿Qué comidas destacaría de este peregrinar ya editado y compartido?

- Cuando te sientas a la mesa tras horas de pedalear en bicicleta, todo te sabe rico. Y el Jamón de Teruel es un gran compañero de viaje.

- Tras Bendita Calamidad, si tuviera que hacer una nueva roadmovie, ¿con qué pasajes visuales de Un viaje aragonés se quedaría?

- El valle de acceso a Montoro de Mezquita me parece un lugar de película. Me recuerda a los libros de aventuras de mi infancia.