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El Matarraña se rebela contra la regulación de sus casas rurales El Matarraña se rebela contra la regulación de sus casas rurales
Valderrobres, capital administrativa de la Comarca del Matarraña, en una foto de archivo

El Matarraña se rebela contra la regulación de sus casas rurales

Empresarios y Comarca alegan contra el nuevo reglamento que las reordena
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La Comarca del Matarraña ha presentado alegaciones al borrador aragonés para la ordenación y regulación de las viviendas de turismo rural. Previa consulta a los empresarios turísticos de la zona, la institución acordó en su último pleno elevar al Ejecutivo sus propuestas al borrador del nuevo reglamento que recoge las medidas de tipo constructivo que ha de tener este tipo de establecimientos turísticos en el medio rural. Los empresarios del sector creen que la normativa “desnaturalizará” el alojamiento rural de la provincia.

La Comarca del Matarraña ya presentó alegaciones a la normativa de establecimientos hoteleros el año pasado, también de acuerdo a los criterios planteados por la Asociación de Empresarios. Parte de las propuestas que se enviaron entonces son similares a las que han planteado en el caso de las viviendas de turismo rural, pues muchos de los hoteles de la zona se ubican también en casas antiguas de los cascos urbanos de los pueblos.

En relación al reglamento que está ahora en estudio, el presidente de la institución comarcal, Rafael Martí, consideró que “establece exigencias a los alojamientos rurales que en este momento difícilmente pueden cumplir”. Un ascensor, un techo y unas escaleras con determinadas medidas son difíciles de adaptar en casas de cascos antiguos con una antigüedad de varios cientos de años. En este sentido, Martí reconoció que “el Gobierno ha prometido dispensas” en determinados casos, pero que “no ha quedado claro” en qué consistirán.

En cuanto a la Asociación de Empresarios del Matarraña, su presidente, José Antonio Higueras, manifestó que “el turismo rural nació en sitios pequeños, en casas tradicionales que no cumplen con las actuales medidas de accesibilidad”, que consideró “imposibles de conseguir en pueblos pequeños que no son ni en sí mismos accesibles”. Aunque en su opinión “la accesibilidad es un criterio que está bien tener en cuenta”, opinó que “también ha de considerarse la configuración de las viviendas en los pueblos, que pueden datar de los siglos XVI o XVII” y que “en muchos casos no son adaptables para introducir un ascensor”. 

En relación a las dispensas, los empresarios no se fían: “Nos tememos que será un tema arbitrario, en función de quién esté en el departamento correspondiente”. 

El presidente de los empresarios del Matarraña afirmó que el reglamento “condena el futuro de la hostelería y del medio rural, porque cuando haya que hacer una reforma en una casa rural, será complicado obtener la autorización necesaria si no se cumplen estos nuevos parámetros constructivos”.

También en el Bajo Aragón

También la Asociación de Turismo Bajo Aragón envió alegaciones al borrador del reglamento. Según su gerente, Nieves Ballestero, porque se temen que “con la entrada en vigor de esta nueva legislación se producirá una recalificación de categorías en las casas rurales”.

El borrador del decreto plantea la creación de categorías de hasta cinco espigas. Actualmente existen dos categorías, la básica y la superior, pero las viviendas rurales que ahora gozan de categoría superior, según Ballestero, “verán cómo se reduce su calificación, porque las características que deberán tener las de cuatro y cinco espigas serán imposibles de conseguir”. “Creemos que se quedarán con dos o tres espigas como máximo”, añadió.

Algunas de las exigencias introducidas en el reglamento se refieren a las alturas. De suelo a techo “deberán tener 2,12 metros, cuando las casas del Bajo Aragón son más bajas para evitar la pérdida de calor”, así que “para que un promotor pueda cumplir  tendrá que demoler la casa y hacerla de nuevo, retirando muros y forjados, y esa no es la filosofía de las viviendas de turismo rural”, opinó. 

Por otra parte, para la Asociación Turismo Bajo Aragón, “tener un ascensor, disponer de una carta de almohadas o de servicio de limpieza diaria, por ejemplo, está lejos de la filosofía de lo que entendemos por turismo rural”.

Según fuentes del Departamento de Vertebración, Sostenibilidad y Vivienda, el Gobierno está ahora estudiando las alegaciones presentadas. En relación a las dispensas, matizaron que no se va a realizar ninguna exoneración general, sino que “se realizará un análisis caso a caso”. No obstante, añadieron que “no se cerrará como consecuencia de la nueva normativa ninguna casa de turismo rural que esté abierta” y en este sentido matizaron que si se da el caso de que una vivienda no puede colocar un ascensor, “si intenta compensar esa falta de accesibilidad con alguna otra medida, se estudiará” su caso para eximirla del cumplimiento de colocarlo. No obstante, recordaron que el reglamento que regulará las viviendas es fruto de que existe una normativa previa de edificaciones estatal de obligado cumplimiento. “Hay un código técnico de edificación que se tiene que cumplir y que no es una normativa autonómica, sino estatal”, puntualizaron.

Por otra parte, desde el Ejecutivo señalaron que las casas rurales se reclasificarán a una espiga si son básicas y a tres si son de categoría superior. Para mejorar esa categoría “deberán cumplir con el decreto”.