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El mercadillo de San Julián recauda más de mil euros para Martina es mi Ángel El mercadillo de San Julián recauda más de mil euros para Martina es mi Ángel
Libros, ropa u objetos decorativos fueron algunas de las cosas que se pusieron a la venta en el mercadillo solidario de San Julián

El mercadillo de San Julián recauda más de mil euros para Martina es mi Ángel

Libros, objetos decorativos, ropa o material de bebé, entre los objetos que se pusieron a la venta
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Cruz Aguilar

Más de mil euros se recaudaron este fin de semana en el Mercadillo Solidario del barrio de San Julián, que en esta ocasión buscaba fondos para la Asociación Martina es mi Ángel, creada por los padres de Martina Utrillas, que padece el síndrome de Angelman. 

Los vecinos de este popular barrio y de otros de la capital turolense se volcaron tanto en la donación de objetos como en las compras. En el mercadillo era posible adquirir objetos decorativos, hilos, material para bebé, películas en DVD, ropa o zapatos, entre otras cosas. 

También había una amplia oferta de libros, principalmente de segunda mano aunque también otros nuevos que se vendieron a los pocos minutos de colocarlos en las mesas. Así, el sábado entre las publicaciones se encontraban varias de las noveladas de Javier Sierra dedicadas por el propio autor y diversos ejemplares del libro de fotografías El Teruel que fue, de Fernando Hernández Trigo. “Tanto unos como otros nos los quitaron de las manos”, explicó Marta Hoyo, una de las organizadoras de la actividad solidaria.

Pero además de la venta de objetos donados, los vecinos realizaron numerosos donativos. En este sentido Visi Marzo, del comité organizador, explicó que el momento de mayor movimiento fue durante la mañana del sábado, cuando Martina Utrillas visitó el mercadillo acompañada por sus padres y abuelos. “Los donativos durante ese rato se notaron mucho”, aseguró.

Dos citas anuales

La Asociación de Vecinos del barrio de San Julián realiza dos mercadillos solidarios al año, uno durante las fiestas navideñas y otro en torno a la primavera. Marzo argumentó que siempre se destinan a una causa solidaria pero reconoció que en ocasiones no se hace público a quién se va a donar el dinero por preservar el anonimato de las familias. “Cuando la gente conoce  la causa se vuelca más, se nota mucho”, manifestó.

El mercadillo solidario se desarrolló en la Glorieta del Esperanto, junto al ascensor que comunica el barrio de San Julián con el Centro Histórico. Durante la jornada del sábado la lluvia obligó a montar y desmontar el mercadillo hasta en dos ocasiones y a proteger los libros y las prendas de vestir con plásticos durante algunos momentos, según confirmaron desde la organización. Sin embargo, pese a las inclemencias del tiempo, al final decidieron no trasladarlo al gimnasio del colegio Miguel Vallés porque “al aire libre siempre viene mucha más gente”.