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Vicente Esplugues, director de La Sotana Metálica: “Llegué a la sensibilidad por temas sociales; antes por la música que por el Evangelio” Vicente Esplugues, director de La Sotana Metálica: “Llegué a la sensibilidad por temas sociales; antes por la música que por el Evangelio”
El sacerdote Vicente Esplugues en las instalaciones de Cáritas en Teruel

Vicente Esplugues, director de La Sotana Metálica: “Llegué a la sensibilidad por temas sociales; antes por la música que por el Evangelio”

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El sacerdote Vicente Esplugues, de la parroquia Nuestra Señora de las Américas de Madrid y director del programa radiofónico La Sotana Metálica, animó esta semana a los turolenses a apostar por el compromiso con los que más lo necesitan, en una charla organizada por Cáritas en su Semana con Corazón.

- Ha titulado su conferencia ¿Lamentarse, evadirse o comprometerse? ¿Cómo es ese compromiso? 

- Hay muchas situaciones que diariamente se nos presentan como de retos. Situaciones que nos tocan el corazón: de maltrato a la mujer o de gente en riesgo de exclusión y frente a todos esos problemas uno lo que piensa es: “Lo siento no puedo hacer nada, no tengo en mis manos el recurso para poder solucionar tanto problema”. Y descubren que lo que se nos pide no es que tengamos la capacidad de solucionarlo todo de golpe sino de acercarnos, de sentir la situación como algo propio y, desde el compromiso, poder brindar lo que tenemos. Justo lo que el Evangelio nos enseña: acercarnos, ver la situación del otro y brindarle lo que tenemos que a veces es una sonrisa, un albergue, unos recursos económicos...

- ¿Cada uno tiene un papel, todo el mundo puede colaborar?

- Claro. Nadie es totalmente todopoderoso para poder solucionar los problemas pero todos somos empáticos con la necesidad de otros y, aunque sean unas manos que acarician, unos brazos que abrazan, todos podemos hacer algo.

- ¿Con la crisis cada vez hace más falta tener esa mirada hacia los demás?

- Esa mirada es un elemento esencial del Evangelio, lo de salir de ti mismo. El que quiera guardar su vida, la pierde y el que la entrega, la gana. Eso ya lo dijo el Maestro hace 2000 años. Hoy en día es todavía más importante porque vemos cómo la gente tiende cada vez más al individualismo. Ahora se llama la generación selfie, en filosofía: qué cabe en mi mundo, lo que cabe en una foto donde salgo con la gente que me importa. El Evangelio tiene un mensaje completamente universal lo de boga mar adentro, más allá de tu espacio de confort, la gente que te necesita y que está ahí sea inmigrantes, ancianos, niños, gente en exclusión social.

- ¿Qué papel juega Cáritas para este compromiso? 

- Cáritas es la vanguardia de la Iglesia aquí en España, la gente que está a pie de calle y vive en primera persona las necesidades más evidentes y urgentes de la gente: de pobreza energética, o de alimentos o de necesidad de un acompañamiento para regularizar su situación, el compañamiento jurídico... Es la puerta abierta que la Iglesia tiene para el mundo de la inclusión.

- Es bastante activo en las redes sociales. ¿Es una buena forma de llegar a la gente para evangelizar?

- Creo que es democratizar lo que tenemos, en vez de quedarte a un público de 30 o de 40, si cuelgas un vídeo, una homilía, un comentario del Evangelio y puede llegar a mucha gente. Se ofrece y el que lo busca lo encuentra.

- ¿Sirve sobre todo para los jóvenes, que a veces es más difícil llegar a ellos, cuál es la fórmula para acercarse a ellos?

- Sobre todo es la cercanía y el testimonio de autenticidad, lo que nos hace creíbles. No es la puesta en escena o las aparencias sino lo que en el fondo vivimos e intentamos transmitir. Es verdad que las redes sociales es un lugar que los jóvenes frecuentan mucho. Si por un gesto tuyo puedes llegar a ellos, genial.

- Otro de los aspectos destacados en su trayectoria es la música. ¿Cómo se conjuga el heavy metal con este mensaje?

- Yo llegue a la sensibilidad por los temas sociales antes por la música que por el Evangelio. Soy valenciano y vivía en el Cabañal que es un barrio periférico y desde los 13 años la música que escuchábamos en las calles era la crítica social que nace de las bandas del heavy metal: Barón Rojo, Leño, Obús, Cáncer,... Entonces te das cuenta cómo se puede cantar al amor, al parque, a tus ojos azules, o se puede cantar a vivimos en un mundo de incomunicación, la gente se pudre en su cueva de almidón. La música fue la que me abrió los ojos a la necesidad de poder prestar mi vida al servicio de los que más lo necesitan. El heavy es la banda sonora de mi vida y la banda sonora de toda la gente que piensa que el mundo puede ser diferente.

- ¿Se puede llegar con el mensaje del Evangelio a través de este tipo de música?

- Yo lo integro. Escucho las canciones de las bandas españolas y noto que me hablan de lo mismo que Jesús me habla. Tú ves a Mago de Oz hablando de cualquier tema, por ejemplo, Fiesta pagana, y pienso que está hablando del deseo de felicidad que tenemos todos en el corazón. Muchas veces la rigidez de las estructuras nos impide vivirlo.