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Caquitas de colores Caquitas de colores

Caquitas de colores

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Cruz Aguilar

Pensaba que los grupos de WhatsApp de los padres ya no podían sorprenderme. Había visto de todo, desde discusiones por lo listo que es mi niño, “pues el mío más”, pasando por la típica pregunta de ¿alguien se ha llevado la gorra de mi pequeña? a la que surgen 25 respuestas del tipo “yo no”, “mi niña, no”, “ahora lo miro... no”… Vamos, que ahorrarían emisiones de ondas en la atmósfera y mensajes en los teléfonos del resto si solo contestara el que se ha llevado la gorra y punto. Sería igual (incluso más) efectivo. Por no hablar del tema deberes, que casi prefiero no tocarlo, o de los agradecimientos por algo, que ves un listado interminable con la palabra “gracias” o las caritas con besos por cualquier cosa.
Pero el otro día realmente me sorprendí porque la conversación giró en torno a las caquitas de colores. El post “Mi niña ha hecho caquitas de color morado, ¿os ha pasado alguna vez?” Incendió el grupo y dio pie a varias decenas de respuestas sobre las cacas de cada uno de los hijos de los miembros de ese grupo. Desde que soy madre y frecuento parques y grupos de WhatsApp me he dado cuenta de que las heces de los hijos son un tema de conversación habitual. Sí, sí, lo juro, daría para un libro: El apasionante mundo de las cacas de mis hijos, seguro que vendía más que de mi novela. Pero es que ya lo de los colores me llegó al alma. Si por lo menos hubiera cagado en varios tonos, tipo el arcoíris… 
Mi madre en la vida se interesó por si yo había hecho caca o no. Igual era una madre despreocupada o con mucha faena y yo he heredado su capacidad de no pensar en según qué cosas. Pero la realidad es que es una preocupación que a muchos padres les quita el sueño (he puesto padres para que nadie me tache de machista, pero realmente  a pocos padres les inquieta). Y no hablo de los niños que realmente tienen problemas, sino de los niños en general. 
Con todo esto llego a la conclusión de que a muchos padres nos parece que somos los únicos en el mundo mundial que tenemos hijos. No entendemos que hay padres desde hace millones de años, si no no habría humanidad.