Síguenos

Lopetegui, Triana y Olé

banner click 244 banner 244
Javier Hernández-Gracia

Cuando José Mourinho entrenaba al Real Madrid, pudiera pensarse que entraba en el despacho de Florentino Pérez, se sentaba en la silla de Florentino Pérez poniendo los pies encima de la mesa, se fumaba los puros de Florentino Pérez -si es que fuma puros- y el mentado Florentino Pérez se escondía detrás de una cortina mientras el portugués decía aquello de “mientras yo sea entrenador de Real Madrid el portero será Diego López y el presidente será Florentino Pérez”.
Cuan equivocado estaba yo con Florentino Pérez -con Mourinho no- a José le va el papel de macarra como anillo al dedo, hace de macarra tan bien que si hubiera tercera parte de Perros Callejeros habría que diseñarle un papel intermedio para acompañar al Torete por  el molt perillós Barri de La Mina; ya me extraña que no se hiciera el amo de dicho barrio cuando era el ayudante de Robson en el Barça, aquel canoso señor con pinta de pedirse una pinta en un pub inglés, que le robo un beso a Carmen Sevilla con el viejo truco de te pongo la mejilla y giro la cara. En cuestión de cara Mourinho no tiene rival, la suya es más absoluta que ninguna. Pero Florentino es presidente del Madrid casi por mandato divino- Mourinhos aparte-. Ramón Mendoza decía que ser presidente del Madrid era más importante que ser ministro, pero eso es discutible, más que nada porque hay gente que piensa que ser presentador del Sálvame también es más importante que ser ministro, Florentino no se plantea divinidades, él es uno y trino, está sentado a la derecha del padre. ¿Qué padre? Da igual, un padre, el que sea, y da igual Ramón Mendoza, los suyo sí que era salsa rosa agria entre ampliaciones y butanos.
España como selección ha comenzado el Mundial con una convulsión más propia del cine de Tarantino que de una competición deportiva. Zidane se va y Florentino entabla negociaciones con Lopetegui. A estas alturas de la trama y respetables opiniones al margen, sabemos dos cosas. Una es que a Florentino la Selección Española le importa tres pelotas; y dos, la prensa deportiva española se compone de dos claros bandos: los que aman a Florentino sobre todas las cosas y los que no; yo intento alinearme con la prensa más generalista que es la única que en todo este fregado está aportando mas sensatez. En este punto también me confieso seguidor de Vicente del Bosque, sí Don Vicente, aquel hombre prudente que hizo a España campeona del mundo, aquel hombre que no daba la talla de pijerio que necesitaba Florentino para el banquillo del Real Madrid y por eso el omnipresente se trajo a Queiroz, aquel portugués que no sabemos lo buen entrenador que era (no ganó nada como aquel que dice) pero que un Armani le quedaba cual percha petronia. De Vicente Del Bosque sabemos no solo que era un buen entrenador, era y es todo un caballero, aquel Vicente Del Bosque que cuando sonó para sustituir a Iñaki Sáez recordó que él tenía contrato en vigor con el Besiktas turco y por tanto no podía ni entrar en las quinielas.
Lo de Lopetegui ha sido la más moderna versión de La Encrucijada de Marifé de Triana, recomendaría que escucharan la canción para ponerle banda sonora a lo que digo. Decía en su consagración blanca Lopetegui “La lealtad es decir la verdad”, pero habrá que recordarle que decir la verdad es leal respetando las obligaciones que uno tiene con una entidad, en este caso la Federación, y a la vez la afición de un país; uno puede ser libre de aspirar a entrenar al Madrid o al Cella Femenino, pero con la claridad y la caballerosidad del compromiso, por mucho que en la encrucijada quien tiene derecho no te importe nada y quien está al acecho te tenga ganado.
Vuelvo a don Vicente del Bosque. aquel que le indicó con educación suprema a Florentino que se metiera la insignia de oro y brillantes en el mejor de sus bolsillos presidenciales. ¿Y la prensa deportiva? Ellos a lo suyo, unos deseando que la selección vista siempre de blanco con once pupilos de Florentino y otros con un deseo arrebatador de que sea el blaugrana el color elegido; la prensa deportiva española en su mayoría no informa, solo opina, es tertuliana porque sí y el que más grita suele ser el que menos argumentos tiene. Luego hay tres convidados interesantes, el Atlético de Madrid, Pedrerol y Clemente. Los colchoneros son pupas para todo, invitados de piedra, su guerra estaba en Francia con Griezman; a la Sancta Sanctorum prensa nacional deportiva les da igual que haya o no haya jugadores el otrora Atlético Aviación. Diego Costa tiene adoración en virtud de su partido, el otro día contra Portugal entroó en el Olimpo, pero eso es momentáneo y cambiante, así que veremos contra Irán y Marruecos. Pedrerol solo tiene una adoración: Cristiano Ronaldo; para Pedrerol Cristiano debería no solo ser capitán de España, también seleccionador y por qué no presidente del Gobierno.
Y finalmente Clemente, el amigo y compañero de alineación de Villar (ese hombre). Clemente que llama “paleto” al presidente de la Federación. Clement,e ese showman que vino de Baracaldo, que eleva por igual a Lopetegui y también a Fernando Hierro, que su espacio natural es llevar la contraria pero amando a unos a otros y a los contrarios. Javi merece serie propia ya hace años; si no existiera habría que inventarlo; para mí solo le ha faltado una cosa: ofrecerse él como solución al conflicto, lo hace con una maestría única en su especie. Volviendo a Marifé recordaría aquella estrofa de: “los dos se equivocan porque la engañada sigo siendo yo”, que serviría para definir a la afición abnegada y entregada a los colores de su Selección.