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Cereales Teruel busca en Monreal del Campo alternativas al cultivo del cereal de secano Cereales Teruel busca en Monreal del Campo alternativas al cultivo del cereal de secano
El técnico de Cereales Teruel José Cañizares contempla un campo de beza

Cereales Teruel busca en Monreal del Campo alternativas al cultivo del cereal de secano

La cooperativa desarrolla el proyecto ‘Ceteralimenta, el valor de lo diferente’ financiado por Feder y DGA
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Teruel (Ceter) encabeza el proyecto Ceteralimenta, el valor de lo diferente, cuyo objetivo es conseguir la diferenciación y la valorización de las producciones cerealistas de secano del Alto Teruel. La búsqueda de alternativas a la producción convencional debido a su limitada rentabilidad por las características agroclimáticas de la provincia se lleva a cabo en dos fincas ubicadas en Monreal del Campo y Concud y los resultados se conocerán en tres años.

El proyecto ha sido cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el Gobierno de Aragón, que aportan el 80% y el 20% del presupuesto, respectivamente. Además de Cereales Teruel, participan en el mismo Porcino de Teruel SA (Portesa), Fundación Térvalis, el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE) y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

El técnico de Cereales Teruel encargado del proyecto, José Cañizares, precisó que el objetivo es buscar alternativas al cultivo del cereal de secano tradicional en la provincia porque “los rendimientos son bastante ajustados”. “Los márgenes de beneficio son muy ajustados y a veces, inexistentes, como ha ocurrido en las últimas tres o cuatro campañas en buena parte del Jiloca. Y cuando son muy altos, también lo son en otras provincias, con lo que el precio baja”, puntualizó. 

Con este propósito, van a tratar de mantener la producción integrada y diferenciada, de incrementar la ecológica y de introducir nuevos cultivos entre sus más de 2.500 asociados.

Cañizares precisó que, en muchos casos, se trata de estudiar variedades de cultivos ya implantados, que no requieran inversión en nueva maquinaria, pero que gozan de una creciente demanda en el mercado por su diferenciación. En este sentido, comentó que desde la cooperativa no han podido atender todos los pedidos recibidos de cereal ecológico.

Añadió que los costes de la producción ecológica pueden llegar a ser entre un 30% y un 35% inferiores debido sobre todo a que no son necesarios los fertilizantes minerales ni los herbicidas.

Asimismo, el técnico de Ceter subrayó que la nueva Política Agrícola Común (PAC) contemplará importantes apoyos a la agricultura ecológica. “Las reformas fundamentales irán destinadas a la sostenibilidad y al medio ambiente. Las ayudas a la producción van a ir por ese camino”, sentenció.

En estos momentos, el precio que puede alcanzar la tonelada de cebada o de trigo para pienso de producción ecológica es entre un 30% y un 40% superior al convencional.

Desde Cereales Teruel, son conscientes de las dificultades de implantar nuevas formas de producción o nuevos cultivos, “por los vicios adquiridos o los estereotipos”. Por eso, en las últimas asambleas para hablar de la próxima cosecha llevadas a cabo por la cooperativa en las diferentes secciones han aprovechado para explicar a los socios el proyecto Ceteralmenta, el valor de lo diferente.

“Hay que intentar diferenciarse. Los técnicos de la cooperativa hemos podido conocer otros proyectos similares puestos en marcha hace más de dos décadas y realmente funcionan”, argumentó Cañizares.

El técnico admitió que los manejos de los cultivos son distintos a los convencionales, sobre todo en lo referido al uso de abonos y herbicidas. Pero indicó que es posible reducir la presencia de hierba aumentando la dosis de siembra, retrasando la misma e incrementando la rotación del cereal con las leguminosas. 

“Se trata de probar porque hay muchos condicionantes a la hora de introducir nuevos cultivos, algo que no sea trigo o cebada. No deben suponer un quebradero de cabeza respecto a la mecanización y tienen que ser variedades locales y tradicionales, que se adapten al medio”, argumentó. 

Parcelas de ensayo

El proyecto ha comenzado con la utilización de sendas parcelas de ensayo: una ubicada en Monreal del Campo propiedad de Portesa de cerca de 21 hectáreas y otra localizada en la finca El Chantre de Concud dependiente de la Diputación de Teruel de 100.

En esta última, se han sembrado variedades autóctonas, tradicionales y rústicas, como el trigo Aragón 03, para ver cómo se comporta. El objetivo es poder acondicionarlo y usarlo como semilla.

Entre tanto, las 21 hectáreas de Monreal del Campo se han dividido en ocho bloques de 2,60 y se han llevado a cabo diversas siembras. En uno de ellos se puso cártamo, una oleaginosa de uso cosmético empleada también para piensos, y que se está produciendo como alternativa al girasol. 

En otro bloque hay triticale, un cereal que procede del cruce de trigo y centeno utilizado sobre todo para la alimentación animal. 

También hay varias hectáreas con beza, una leguminosa que sirve para recuperar suelos tan duros como los de esta parcela porque ayudan a fijar el hidrógeno.. Parte de la misma se cosechará para utilizar la semilla, mientras que otra se desbrozará para incorporarla al suelo como aporte de materia orgánica. Asimismo, se ha probado con variedades de trigo como el Bonifacio. También algún trozo se ha dejado en barbecho para comparar la recuperación del suelo.

Los resultados del proyecto Ceteralimenta, el valor de lo diferente se conocerán en tres años. Cereales Teruel utilizará el silo de Monreal del Campo adquirido en enero de 2017 para almacenar toda la producción de calidad diferenciada, integrada o ecológica. 

La cooperativa está acondicionándolo para poder usarlo esta campaña. Ha mantenido la estructura pero ha cambiado el tejado, la maquinaria y la instalación eléctrica para la distribución del grano por una neumática. 

Cosecha "moderadamente aceptable"

Los técnicos de la sociedad cooperativa Cereales Teruel consideran que la próxima cosecha de cereal de invierno en su zona de influencia, el denominado Alto Teruel, será “moderadamente aceptable” después de cuatro años de producciones notablemente mermadas por culpa de la sequía.

Cereales Teruel cuenta con más de 2.500 socios y nueve secciones: Albónica, Alto Jiloca, Bañón, Campo de Visiedo, Cereales del Huerva, La Val, Sierra del Jiloca, Campo de Bello, Sierras del Pobo y Hoya de Teruel.

En todas ellas, la cosecha en las últimas cuatro campañas se ha visto seriamente afectada por la falta de precipitaciones y los rendimientos fueron escasos. 

Esta circunstancia afectó en esta ocasión a la siembra del cereal de invierno. Hubo agricultores que decidieron realizarla en seco mientras que otros optaron por retrasarla. También aumentó el número de los que llevaron a cabo siembras directas, así como el de campos dejados en barbecho.

Las precipitaciones caídas en forma de nieve a finales del invierno y de lluvia en primavera consiguieron recuperar buena parte de las explotaciones, aunque el reparto del agua también fue desigual en la provincia.

Por todas estas cuestiones, los campos sembrados con cereal de secano presentan aspectos muy diferentes, aún estando ubicados en la misma localidad.

Dadas todas estas circunstancias, los técnicos de Cereales Teruel sostienen que la cosecha se podrá calificar de “moderadamente aceptable”.

Este es uno más de los motivos por los que la cooperativa, en colaboración con otras entidades, lleva años buscando producciones de calidad diferenciada, ecológicas u otros cultivos alternativos a la siembra tradicional de cereales como el trigo, la cebada, la avena o el más reciente del triticale.

Según el técnico de Ceter José Cañizares otro de los problemas que han detectado es que no se da un valor adecuado al suelo. “Debería tener un porcentaje de materia orgánica del 5% porque ayuda a retener el agua en periodos de sequía, y nos encontramos con que algunos no llegan al 1.5%. Son necesarios suelos con estructura”, matizó.