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El campus Balcei se despide de su XXVIII edición y bate récord de participantes El campus Balcei se despide de su XXVIII edición y bate récord de participantes
Uno de los entrenamientos del campus de baloncesto, en la cancha del polideportivo de Alcorisa

El campus Balcei se despide de su XXVIII edición y bate récord de participantes

El campamento ha reunido a 83 alumnos que han vibrado con el baloncesto durante seis días
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El campus de baloncesto Balcei de Alcorisa ha cerrado su 28ª edición con récord de participantes y una noticia inesperada: Thais del Río Corral, la alcorisana que ha sido su directora durante los últimos siete años, se despide para siempre de esta actividad veraniega que ha disparado el interés por este deporte entre los niños del municipio.

El campus es una experiencia que padres, alumnos y monitores nunca olvidarán. Las buenas sensaciones que dejaron anteriores ediciones provocó este año algo inesperado: el día que se abrieron las inscripciones se llenó el cupo en poco más de tres horas. “Abrimos la cuenta a las diez de la mañana y a la una ya la habíamos cerrado porque alcanzamos los 83 niños inscritos(de entre 7 y 16 años). Nunca habíamos visto una cosa igual”, reconoció la coordinadora.

Los niños esperan el campus como agua de mayo. Durante una semana se generan relaciones personales y humanas que hacen que la experiencia sea inolvidable. “Los entrenamientos comienzan a las 10 de la mañana, y estamos en el polideportivos hasta las 12.15. Después estamos casi dos horas en la piscina y nos vamos a comer, algunos a casa, porque son de Alcorisa, y otros se quedan con nosotros”, relató del Río. Las tardes se pasan visualizando videos de jugadas y con  entrenamientos y actividades “al estilo de cualquier otro campamento”.

Aunque la mayoría son de Alcorisa, al Balcei han acudido alumnos de Andorra, Zaragoza y Barcelona. Según Thais del Río, “un campus así sirve para que los niños conozcan el baloncesto y la actividad física a través de los juegos y el deporte”, porque, a pesar de que pueda parecer lo contrario, “la mayor parte de ellos no tienen experiencia previa en este deporte, sino que aprenden baloncesto aquí, porque el resto del año pueden no tener oportunidad de practicarlo”, reconoció.

A su 28ª edición ha llegado en un estado de forma formidable, aunque también ha sufrido altibajos. Las primeras ediciones tuvieron poca repercusión, hasta que de la mano de Thais del Río tuvo una evolución que ella misma definió como “bestial”. Y es que “en 2012 éramos unos 38 y hemos terminado este año con 83”, más del doble, un éxito que ha de atribuirse a la propia directora y a los monitores que ha traído consigo, “algunos de ellos muy buenos”, resaltó.

Por otra parte, del Río no se quiso olvidar de todas aquellas entidades que han colaborado con el campus. “Hemos conseguido esta proyección gracias a la colaboración de clubes deportivos de Zaragoza y Huesca, así como de la Federación aragonesa de baloncesto, que “nos ha ayudado a que el campus se diera a conocer en Aragón, y eso ha sido también muy positivo”.

Una semana de actividad deportiva intensa en torno al baloncesto no sólo es buena para el deporte. Aporta algo más. “Aquí los niños aprenden a comunicarse con otros niños y con los monitores, porque la relación es muy cercana”. Hay “una convivencia total”, según del Río, y al final “se genera una confianza que pasa por que todo lo que ocurre se dialoga y aborda”.

Los participantes estuvieron seis días inmersos en el baloncesto. El sábado conocieron que la que ha sido su directora durante los últimas siete ediciones se despide. “Me traslado a vivir a otra localidad y no puedo continuar, porque creo, además, que todo en esta vida tiene un ciclo”, confesó del Río, quien valoró la labor que ha desempeñado durante los últimos años, pero que reconoció que “llega un momento en que tiene que acabar”. Un nuevo empleo que necesita de “más dedicación” está detrás de este adiós que deja el listón en un nivel muy alto.

La deportista se despidió de los que han sido sus alumnos el sábado en una jornada “inolvidable” en la que se agolparon los sentimientos. En el acto de clausura se rindió homenaje a Roberto Villanueva, entrenador de baloncesto de  Andorra fallecido recientemente y que ha sido colaborador del campus.