Síguenos
Braquiación Braquiación

Braquiación

banner click 244 banner 244
Fernando Arnau

Tal vez se pregunten como hemos llegado hasta aquí, nuestra especie, claro. Alguien me instó a conocer algo de esta ciencia del hombre que llamamos antropología, a la que nada de lo humano es ajeno, con el fin de saber qué derroteros hemos ido tomando desde los remotas eras de la braquiación, es decir, desde que andábamos por las ramas y no tocábamos con los pies en el suelo.
La primera impresión es la de que, tras millones de años de adaptaciones al medio, hemos avanzado algo, pero viendo que, de vez en cuando, seguimos andando por las ramas, lo único tranquilizante es que mayormente lo hacemos sobre nuestros pies. Si nuestros abuelos primates se lo montaban por las copas de los árboles, la ciencia ha ido determinando que en algún momento la tierra se puso borde y no nos quedó más remedio que alimentarnos del pasto. Es más, la sabana africana y otras sabanas nos pusieron los dientes largos, tanto que nos dio por diversificar nuestra dieta. Y así estamos. Debiéramos de ser vegetarianos pero nos fuimos acostumbrando al filete.
Ahora la ciencia empieza a descubrir que tenemos neuronas hasta en las tripas. Así que esa teoría de que la longitud de nuestro aparato digestivo es inversamente proporcional al tamaño de nuestro cerebelo casa con la idea de que, siendo nuestra dieta carnívora de más fácil digestión, trasladamos la menor necesidad de maquinaria digestiva al aumento de nuestro cerebro. Y chino chano, en unos cuantos millones de años hemos llegado a ser esa cosa misteriosa que llamamos  el rey de las especies, eso sí, animales.
Entre anomalías biológicas, catástrofes naturales y el imperativo de adaptación, nuestra evolución, que no es intrínseca sino necesidad de supervivencia, nos ha convertido en sabios, en los seres más dañinos del planeta.
Dañinos y perversos. Antes de saber como preservar el planeta nos lo estamos cargando. El laboratorio divino, que nos pone a prueba desde el mismísimo origen, no sé que proyecto de futuro tiene con nosotros. Después de bajar de las ramas, dar pasos, correr y volar, hemos llegado a la perplejidad. En un arranque de conservadurismo, me quedo con la braquiación.