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José Azul, escultor: “Voy comparando hasta que veo cierta similitud entre mis piezas y partes de animales” José Azul, escultor: “Voy comparando hasta que veo cierta similitud entre mis piezas y partes de animales”
El artista y escultor turolense José Azul se basta con su fragua y chatarra para dar vida a sus obras. Nebra?Visual Arts

José Azul, escultor: “Voy comparando hasta que veo cierta similitud entre mis piezas y partes de animales”

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Juan Corellano

José Azul tiene la mirada propia de un artista, esa que le hace ver potenciales obras donde otros solo ven montones de chatarra. También las manos de un escultor, esas capaces de convertir un amasijo de hierros en el fiel reflejo de la silueta de un animal. Dejó su Burbáguena natal en su juventud, a la que finalmente volvió hace ya casi diez años. Ahora, desarrolla sus creaciones desde el taller de su pueblo, el cual además está llenando en sus calles y fachadas de sus característicos animales de hierro.

-¿De dónde viene su predilección por el hierro a la hora de realizar sus trabajos?

-Ahora llevo unos ocho o nueve años en Burbáguena, pero la cosa empezó en Huesca. Yo fui a un taller de forja que hacía una empresa de allí llamada Forja La Una y durante los sábados de un invierno aprendía allí y me enganchó. Ellos hacían camas, barandillas y les vino una oleada de trabajo y me cogieron para ayudarles. Hacía de comercial, barnizaba, soldaba algo... Poco a poco empecé a hacer mis animales y un día vino un señor que trabajaba en el Heraldo a encargar una puerta y los vio. Le gustó y me invitó a hacer una serie de unas quince o veinte figuras y después buscar juntos un sitio en Zaragoza para exponer. Lo hice y expuse en una galería, aunque algunas de mis figuras las tuve que reformar para colgarlas porque no cabían todas ya que la sala era pequeña. Estuvo muy bien, vendí varias y me dije: esto lo tenemos que ampliar.

-¿Cuál es su proceso de trabajo a la hora de crear?

-Yo recojo la chatarra. Hay un chico de aquí que recoge chatarra y cuando va a un corral me enseña lo que tiene. En el momento que se las voy a comprar miro un poco las piezas y voy haciendo comparaciones. Ahora mismo he recibido unas cuantas de Emilio Gastón, primer Justicia de Aragón que ha fallecido recientemente, de parte de su mujer y aquí las tengo extendidas en el suelo que todavía no sé ni que haré. Pero bueno, en alguna ya veo la cola de un pez, en otra veo un pico de un pájaro. Yo pongo en el suelo las piezas y también cantos rodados, trabajo mucho con eso y dibujo mucho en el suelo. En resumen, voy comparando hasta ver una similitud entre las piezas y la parte de un animal. Por ejemplo, para elegir una cabeza de un animal voy probando hasta que alguna pieza me encaja en tamaño y forma. Algunas llevan mucha elaboración y otras solo son pegar, soldar y ser preciso.

-Trabaja mucho en Burbáguena, ¿qué planes tiene en torno al pueblo y sus obras?

-Mi idea es ir haciendo esculturas, poniéndolas en las fachadas de las casas para que la gente pueda darse un paseo y pueda ver unas hormigas, unos ratones o una espiga. En el hotel MoBU hay una cola de ballena de más de cuatro metros metida en la balsa, por ejemplo. En definitiva, ir haciendo un pequeño parque para el que pase por el pueblo  aparte de venir a comer u almorzar saque a sus chicos para que lo vean. 

-Estuvo muchos años alejado de su pueblo viviendo en Zaragoza y Huesca, ¿por qué volvió finalmente?

-Nací en el pueblo, soy de los que aún nacieron en casa de la abuela. Luego me fui a estudiar y estuve por Zaragoza, viví en Huesca ocho años trabajando en el taller. Luego falleció un hermano mío y seguidamente mi padre y mi madre se quedó sola. Entonces decidí volver al pueblo a vivir con ella, estar juntos y buscarme la vida por aquí. En definitiva, empezar un poco de cero. Fue curioso porque una vez que vine aquí me salían trabajos en otros sitios. Ahora ya llevo un tiempo aquí, la gente me conoce y voy haciendo cosillas. 

-¿En qué está trabajando ahora de cara al futuro?

-Ahora tengo un taller portátil y mi idea es ir a hacer esculturas en directo. Por ejemplo, ir a Concud cuatro días y hacer una escultura en directo. Eso es algo que me apetecía mover porque hay subvenciones para entrar a residencias. La idea sería ir al pueblo con todas las herramientas, buscar la chatarra y hacer la escultura allí. Por otra parte, tengo trabajo con una galería en Sitges, en octubre allí hay mucho movimiento porque es el festival de cine y va mucha gente. Por eso entre septiembre y octubre quiero llevar esta exposición que ahora tengo en Luco de Jiloca allí. También tengo otro trabajo en un centro de la interpretación de la naturaleza en Salburua, Vitoria, aunque eso ya es para principios del año que viene. Yo voy trabajando así sobre la marcha. Me gustaría hacer cosas grandes, porque son un reto y vivir a tope de esto, pero de momento voy poco a poco.