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Sorpresa en el Ayuntamiento de Alcañiz por un criterio de Patrimonio que consideran demasiado conservacionista Sorpresa en el Ayuntamiento de Alcañiz por un criterio de Patrimonio que consideran demasiado conservacionista
La torre gótica, en obras, cubierta por un enorme andamio y una malla protectora

Sorpresa en el Ayuntamiento de Alcañiz por un criterio de Patrimonio que consideran demasiado conservacionista

En septiembre habrá una reunión con el Arzobispado y Fomento para estudiar por qué “alternativas”optan
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La decisión de la Comisión de Patrimonio ha causado perplejidad entre los técnicos del Ayuntamiento de Alcañiz, que han optado por la prudencia ante la aplicación por parte del organismo supervisor de un criterio que consideran excesivamente conservacionista para un caso como éste. Aún después de asumir el revés, no dan la batalla por perdida. Según fuentes municipales, el ayuntamiento se plantea, junto con el ministerio de Fomento, que financia la rehabilitación, y el Arzobispado de Zaragoza, propietario de la obra, “diferentes alternativas” que se terminarán de decidir en cuanto acabe el periodo vacacional y pasen las fiestas  de septiembre.

En el Ayuntamiento de Alcañiz la negativa de la Comisión ha sorprendido. Se considera que la torre de las campanas es un monumento medieval íntegro desde principio a fin, ya que los elementos barrocos fueron introducidos mucho después. La planta baja fue modificada en el siglo XVIII -entre tres y cuatro siglos después de su construcción- para ser incorporada como habitáculo de la iglesia. Y por ello entienden que los ornamentos barrocos restan a la torre integridad como conjunto, y más después de constatar que los yesos están tapando simbología medieval.

Aunque profesionales del mundo del arte y la arqueología reconocen que en los últimos años ha sido habitual que la Comisión mantuviera el criterio de conservar los restos de las distintas intervenciones realizadas con el paso del tiempo, opinan que, en el caso de la torre gótica, no tienen el mismo valor los ornamentos góticos que los barrocos, que no sólo fueron introducidos a posteriori, sino que, además, su mantenimiento resta valor al conjunto.

El 16 de mayo, la Comisión visitó la torre y pidió al Ayuntamiento que justificara de manera “detallada” su propuesta, haciendo hincapié en los usos que se le darán, que serán turísticos, según el convenio suscrito entre el Ayuntamiento, el ministerio de Fomento y el Arzobispado de Zaragoza. La gestión de las visitas quedará en manos del Ayuntamiento, de manera que la torre entrará a formar parte del itinerario de las visitas guiadas que organiza la Oficina municipal de Turismo.

El informe presentado a la Comisión fue redactado por el profesor emérito del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Gonzalo Borrás, que, en defensa de la preservación de los restos góticos, argumentó la importancia de la torre desde el punto de vista histórico, artístico y arquitectónico, resaltando que el original templo gótico fue demolido en el siglo XVIII y sustituido por una iglesia nueva de dimensiones catedralicias -un estilo impulsado por el impacto que tuvo en Aragón la construcción del templo del Pilar de Zaragoza. Así, recuerda que el campanario es el único resto del templo gótico que se conserva -junto con unos reducidos vestigios de una esquina de la nave actual y de su cabecera. Y que incluso los promotores de la nueva iglesia decidieron mantener la torre  por su monumentalidad.

Por otra parte, el documento hace hincapié en su estructura en plantas, dejando claro que sólo la planta baja, la más próxima a la iglesia, fue redecorada en el siglo XVIII, al ser utilizada como sacristía, capilla o apéndice del templo barroco, uso que ya ha desaparecido. El catedrático abogó por la reintegración total en la obra medieval,  para facilitar la comprensión del papel que jugó el campanario en su época. Según Borrás, todo ese pasado histórico ha de ser captado “de una manera integral y sin fisuras”, por lo que no tendría sentido mantener elementos del siglo XVIII en la planta baja.