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Eva Salvador Aspas, misionera turolense: “Nadie emigra porque quiere, la gente en África se mueve por necesidad” Eva Salvador Aspas, misionera turolense: “Nadie emigra porque quiere, la gente en África se mueve por necesidad”
Eva Salvador pasa unos días en Teruel antes de regresar a África

Eva Salvador Aspas, misionera turolense: “Nadie emigra porque quiere, la gente en África se mueve por necesidad”

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La misionera turolense Eva Salvador Aspas participó, el pasado 4 de agosto, en el Día del Misionero que organizó la Diócesis de Teruel y Albarracín y contó su experiencia en África donde lleva más de una década desarrollando su labor. 

- ¿Cuánto tiempo lleva de misionera?

- Llevo 13 años en África. Estuve nueve años en Guinea Ecuatorial, luego he estado dos en la República Democrática del Congo y ahora estoy en Tanzania y también paso muchas temporadas en Benin.

- ¿Cómo es la labor que desarrolla allí?

- Una labor de acompañar a la gente. Luego también una labor asistencial. Soy terciaria capuchina de la Sagrada Familia y en estos cuatro países tenemos 23 obras apostólicas. Lo que hacemos fundamentalmente es trabajar en la protección de menores, en los niños de la calle, tenemos casas de acogida y luego tenemos hospitales, centros de salud, de recuperación nutricional y algún colegio también. En cada sitio nos vamos adaptando a las necesidades más grandes del país.

- ¿Y cuál es su labor concreta allí?

- Ahora estoy de superiora delegada general en África. Estoy acompañando a las 70 hermanas que tenemos, a las siete comunidades y viendo también un poco de las 23 obras apostólicas. La casa la tengo en Tanzania pero luego me voy al Congo y estoy tres meses, me voy a Benin y estoy tres meses, me voy a Guinea estoy un mes...

- ¿Qué le llevó a ir de misiones?

- Soy religiosa. Es un sentido de vocación, que el señor me ha llamado a esto y luego es también el poder compartir con la gente la fe, la vida y sobre todo también el ver cómo con pequeñas cosas se puede ayudar. Cuántas veces desde Teruel y el mismo DIARIO DE TERUEL promociona, da a conocer proyectos que estamos teniendo. Ahora hemos pedido al Ayuntamiento de Teruel un proyecto para un colegio en Lubumbashi -en la República Democrática del Congo-, de la Delegación de Misiones nos ayudan… vemos que con acciones pequeñas se puede ayudar mucho. Es una inmensidad porque África es inmensa, toda Europa cabe en la República Democrática del Congo. Pero son personas concretas, con historias concretas y lo que se puede compartir, este tramo del camino de la vida.

-¿Qué es lo que más le llena de esta labor en África? 

- Compartir la vida con la gente. No pensemos que yo soy la que voy a recibir, esto es un dar y un recibir, es un compartir. Nuestras vidas están todas entrelazadas de una manera u otra, entonces es muy bueno. Allí muchas veces la gente me acoge porque  soy la frágil. Yo les digo, yo no he pasado selección natural soy hija de antibiótico. Y luego también los dones y las capacidades que tengo también y con mis hermanas, ponerlas al servicio de los demás.

- Cuando viene a España y más en este momento que hay tanta polémica con el tema de los inmigrantes. ¿Cómo ve esto desde su perspectiva, desde África?

- El tema de la inmigración es muy delicado. Nadie emigra porque quiere. Piensan: Llego a España, llego a un sitio que sé que la policía es policía y me va a proteger, tenemos el acceso a la sanidad, a la educación, tenemos agua potable, luz,... Tenemos tantas cosas que allí no hay. Y en algunos sitios, por ejemplo, en el Congo, hay tanta violencia que es que la gente no es que se mueva porque quiere, la gente se mueve por necesidad. Pero al final, en estos cuatro países de África, como en España, la gente lo que quiere es criar a sus hijos, poderles dar educación, que puedan tener una asistencia sanitaria y poder tener un sitio donde vivir y trabajar. No pensemos que la gente quiere más cosas. A veces más por situaciones de violencia de los gobiernos, que están tan desestructurados, salen buscando algo mejor. No es que haya solución pero sí que hay que apoyar más a estos sitios para que realmente la gente no tenga que salir.

- ¿Los occidentales vivimos muy de espaldas a África? 

- Sí, no tenemos ni idea. Cuando me dicen: “África es distinto”, yo digo no, África es otro mundo. No tiene nada que ver. Pero tiene un potencial tan grande a nivel humano, a nivel de desarrollo, a nivel de que la gente quiere tirar adelante que, no pensemos que nosotros somos los privilegiados. Nosotros con los apoyos que estamos dando a los jóvenes, en nuestros centros de día, para que los chavales puedan estudiar y donde también colaboran con los huertos, la gente, en la medida en que se puede promocionar algo, ellos ya van adelante y hacen camino. No piensan en otro estatus de vida sino que es lo que he comentado antes, las necesidades básicas: tener una cierta seguridad y no vivir con tanta violencia.

- Participó en el Día del Misionero. ¿Qué supone esta reunión anual en Teruel?

- Es un regalo porque yo estoy allí pero vengo de esta comunidad cristiana de Teruel y de la Diócesis de Teruel y Albarracín. Entonces, el estar aquí con las familias y otros misioneros es un apoyo. El sostén de mi fe y de mi esperanza es Jesucristo pero luego también todas las personas de mi familia, la Delegación de Misiones, la iglesia local que son los que realmente me apoyan, no solo económicamente sino sobre todo a nivel moral y a nivel de darnos fuerza porque las situaciones que vivimos allí son muy complicadas.