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La correcta gestión evita la contaminación de 667.000 kilos de aceites usados La correcta gestión evita la contaminación de 667.000 kilos de aceites usados
Parte del aceite usado se regenera para hacer nuevos lubricantes. Sigaus

La correcta gestión evita la contaminación de 667.000 kilos de aceites usados

343 establecimientos de 79 municipios de Teruel colaboran en el sistema de recogida Sigaus
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El sistema de gestión Sigaus, encargado de gestionar aceites industriales en España, recogió en 2017 un total de 667.162 kilos de este residuo peligroso en 343 establecimientos de 79 municipios de la provincia de Teruel.

De la cifra total, 228.598 kilos se destinaron a regeneración para la fabricación de nuevos lubricantes y otros 438.488 kilos a valorización energética y pudieron reutilizarse como combustible en diferentes instalaciones industriales. El resto, 76.000 kilos, era residuo no regenerable, es decir, que por la cantidad de elementos impropios, sedimentos o agua contenidos después de su proceso de uso no es apto para ser regenerado o recuperado.

 Estos datos fueron facilitados por el sistema Sigaus que el año pasado pudo atender la recogida de aceites usados en 2.191 establecimientos de 280 municipios aragoneses, de los que el 94% se ubican en zonas rurales donde existen importantes valores naturales a proteger.

Los aceites industriales usados que se generan en talleres de automoción o industrias, entre otras actividades, deben ser extraídos y almacenados para evitar fugas y derrames debido a su alto poder contaminante, debiéndolos entregar posteriormente a un gestor de residuos autorizado. Gracias a las buenas prácticas se evita la contaminación que acarrearía su vertido incontrolado.

La cantidad neta gestionada y valorizada por parte de Sigaus en Aragón fue de 4.690,4 toneladas, destinándose a regeneración, el tratamiento que permite extraer aceites base utilizados en la fabricación de nuevos lubricantes, un total de 1.365,4 toneladas. Esto permitió devolver al mercado 909 toneladas de lubricantes, una cantidad que podría servir para el llenado del cárter de más de 224.500 turismos, el equivalente al 38% del parque móvil de turismos de Aragón. En términos medioambientales, este tratamiento de los aceites usados hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 4.096 toneladas de CO2.

Los aceites usados que no fueron regenerados se trataron para su posterior valorización energética. El producto resultante es un combustible de uso industrial utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras o equipos marinos, entre otros, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. A este tratamiento se destinaron el pasado año 3.280,9 toneladas que permitieron la generación de una energía equivalente a 36 GWh, equivalente a la consumida por el movimiento de todos los trenes del Metro de Madrid durante 36 días.

Zonas rurales y de montaña

En el entorno rural de Aragón, Sigaus recogió aceites usados en 262 municipios, que suponen el 94% del total de localidades donde se fue a recoger. En ellos se recuperaron 2.232 toneladas de residuo, que representan el 42% del total recuperado. Generalmente, se trata de zonas alejadas de los centros urbanos, lo que exige una compleja logística y donde la recogida es especialmente importante por el riesgo ambiental que se evita, ya que la mayoría de espacios protegidos se encuentran en este medio.

Gracias a un servicio de recogida de gran capilaridad, Sigaus llega a zonas del territorio en las que reside poca población y están muy alejadas. Durante el pasado año, en Aragón se recogieron aceites usados en 87 establecimientos ubicados en municipios a más de 1.000 metros de altitud, que generaron 84 toneladas de residuo. Para atender a estos puntos productores se tuvieron que realizar recorridos de 200 kilómetros de media.

El aceite industrial se consume en numerosos ámbitos empresariales, desde talleres de vehículos e industrias, hasta sectores como el transporte, la construcción, o cualquier actividad en la que haya máquinas, engranajes, turbinas o compresores que requieran el uso de lubricantes para refrigerar, aislar o disminuir la fricción entre piezas. Desde el pequeño generador de energía de un hotel hasta la nevera industrial de un restaurante. Debido a esta diversidad de usos, la generación de aceites usados resultantes se da de forma muy fragmentada y dispersa en el territorio.

Impacto ambiental

El aceite industrial usado es un residuo que, por su toxicidad, su escasa biodegradabilidad y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, es considerado peligroso y muy contaminante. Los vertidos incontrolados provocan efectos nocivos sobre el agua y la tierra, y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo…), con efectos muy negativos, poniendo en riesgo la supervivencia de especies vegetales y animales, que en algunos casos están en peligro de extinción.

Por ello, desde el punto de vista ambiental, es especialmente importante la recuperación del residuo en establecimientos que se ubican dentro de espacios protegidos, donde el riesgo es aún mayor. En estos entornos durante el pasado año se recogieron en Aragón algo más de 6 toneladas de aceites usados, que se generaron en 5 establecimientos (como instalaciones que se encuentran en paradores de turismo, empresas de gestión de agua, clubes náuticos…), ubicados en algunos de los 24 municipios con espacios protegidos.

La intervención de Sigaus cobra su máximo sentido en la recogida en zonas donde habitan especies en peligro de extinción. En Aragón existen actualmente 14 especies en peligro de extinción (entre flora y fauna) que, en algunos casos, habitan a tan sólo un perímetro de 10 kilómetros de distancia de establecimientos que generan aceites usados, y a las que hay que proteger del impacto negativo de este residuo peligroso. Se trata, por ejemplo, de mamíferos como el Visón europeo (Mustela lutreola) o aves como el Quebrantahuesos (Gypaetus batbatus), o el Milano real (Milvus milvus) entre una amplia variedad de otras especies y flora vascular.

 

Beneficios

La cara amable de este residuo contaminante es que bien gestionado ofrece importantes beneficios ambientales, haciendo posible el ahorro de materias primas, energía y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las buenas prácticas de los establecimientos que generan aceites usados hace posible que el residuo, una vez limpio de impropios, sea 100% aprovechado, ya sea como nuevas bases lubricantes o como combustible de uso industrial.