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Roban los caños de bronce de una emblemática fuente de Fuentes de Rubielos Roban los caños de bronce de una emblemática fuente de Fuentes de Rubielos
La Fuente de los Tres Caños tal y como apareció en la mañana del viernes tras el robo cometido de madrugada

Roban los caños de bronce de una emblemática fuente de Fuentes de Rubielos

Los vecinos, molestos, destacan el valor sentimental de los sustraído
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Los tres caños de bronce de una emblemática fuente de Fuentes de Rubielos fueron robados en la madrugada del viernes sin que ningún vecino se percatara de ello hasta que descubrieron su ausencia por la mañana. El robo, que ha sido denunciado ante la Guardia Civil, ha conmocionado al pueblo, según explicó su teniente de alcalde, Asunción Rosales, puesto que era uno de los referentes más importantes del municipio por su valor histórico. Por el momento, no hay constancia de que hayan aparecido los caños.
El robo en La Fuente de los Tres Caños, que es como se conoce, se perpetró de madrugada y se cree que los autores pudieron arrancarlos golpeándolos con algún mazo, ya que de haber utilizado cualquier clase de máquina el ruido hubiese alertado a los vecinos que viven cerca y nadie oyó nada.
Más que el valor económico de los caños, lo que lamentan en el pueblo es su valor sentimental, ya que tienen varios siglos y varias generaciones han convivido con ellos al encontrarse junto al lavadero municipal, según explicó la teniente de alcalde.
Rosales explicó que aunque no estaban catalogados en ningún registro patrimonial, “eran históricos porque los hizo la misma persona que forjó la antigua campana de bronce de la iglesia”.
No es la primera vez que se perpetran robos de este tipo en la provincia de Teruel, donde en abril pasado desapareció una estatua de bronce de 1,6 metros en Formiche Alto, y unos meses antes pasó lo mismo con un busto en Escucha.
En esta ocasión el tamaño de los caños no era muy grande, por lo que más que para fundir el bronce el robo se podría haber cometido para revenderlos en algún mercadillo de antigüedades.
A este respecto, la teniente de alcalde recordó que hace un tiempo robaron la llave de la iglesia de Olba, que tras la denuncia presentada apareció en un mercadillo. Por ese motivo, el Ayuntamiento ha querido denunciar públicamente la sustracción y difundir las imágenes de los caños, además de haber puesto una denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Mora de Rubielos.
Lamentablemente los robos en viviendas no son un hecho aislado en este municipio de la Comarca de Gúdar-Javalambre próximo a la Comunidad Valenciana. Su teniente de alcalde recordó que la despoblación favorece que en invierno se produzcan este tipo de actos al entrar en las viviendas entre semana cuando no están ocupadas, si bien son peores los destrozos que causan los ladrones que el valor de los objetos que pueden llevarse.
En el caso del robo de la madrugada de ayer llama la atención que se haya cometido en verano, un periodo en el que hay muchos visitantes y cualquier hecho de estas características puede llamar la atención aunque se haga de noche al haber más gente.
Asunción Rosales no supo concretar de cuándo eran los caños, pero estimó que por lo menos podrían tener 300 años. “Tienen siglos y más que el valor económico lo que duele es el valor sentimental, porque aunque se repongan tienen una importancia emocional”, recordó la teniente de alcalde al ser la fuente más antigua del pueblo.
La antigua campana de bronce, obra de la misma persona que hizo los caños que ahora han sido robados, ya desapareció durante la guerra civil. Rosales destacó la importancia de ambos para la gente del pueblo por su carácter histórico.
A este respecto aseguró que si finalmente no aparecen, “se harán otros lo más parecidos posible y se reparará lo antes que se pueda porque son un icono para nosotros”.
La Fuente de los Tres Caños se encuentra a la entrada del pueblo, en la calle La Gila, frente al lavadero, un lugar emblemático por ser un sitio de encuentro, y una balsa de riego.
Por ahora se desconoce si ha podido ser una gamberrada o un hurto para vender a peso el bronce, o bien comerciar con los caños en los mercadillos de antigüedades.