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Destino turístico

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Francisco Herrero

Los alojamientos turísticos de nuestra provincia tendrán una ocupación muy alta la próxima semana. Yo mismo, en Aguatón, tengo completos los apartamentos durante tres noches. E imagino que reviviré la misma escena de siempre a la llegada de los clientes: los viajeros eligen Teruel como destino con la idea de visitar Dinópolis. Y ya. Cuando les comento que en la mesa de la entrada tienen información turística de la contornada, se sorprenden de que haya tantos lugares que descubrir.

Las administraciones invierten decenas de miles de euros en acondicionar los muchos recursos turísticos de nuestros pueblos. Cada vez hay más rutas senderistas señalizadas, cada vez hay más vestigios de la Guerra Civil restaurados, cada vez hay más zonas recreativas arregladas, cada vez hay más restos paleontológicos puestos en valor, cada vez hay más carteles descriptivos de zonas o elementos concretos. Pero el visitante corriente elige Teruel como destino con la idea de entrar a Dinópolis. A lo sumo se escapa a Albarracín, que dicen que es uno de los pueblos más bonitos de España.

Si tuviera la solución para el desconocimiento generalizado de nuestros atractivos patrimoniales, naturales o etnográficos, ni me dedicaría a la agricultura, ni al turismo rural, ni a escribir columnas en Diario de Teruel. Tengo claro, eso sí, que no se ha hecho una campaña publicitaria efectiva para visibilizar a más del 90% de los 236 municipios turolenses. No hemos creado un destino turístico, es decir, la necesidad de visitar cada uno de los rincones de la provincia. Yo también soy trotamundos y me he dirigido a lugares que sabía que tenía que ver. Una vez llegado, he descubierto que no disponen de una infraestructura dirigida a dar a conocer el patrimonio comparable a la nuestra. Pero sabía que tenía que acudir a esos sitios.

Tengo la sensación de que en Teruel hemos optado por crear primero los equipamientos y luego inventarnos el destino turístico. Y puede que sea un error porque cuando demos el paso a la promoción, igual ya hay que empezar a gastar para mantener lo construido.