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Quejas entre padres de la concertada por el pago del transporte escolar Quejas entre padres de la concertada por el pago del transporte escolar
Edificio de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) del Colegio de Las Viñas. M.A.R.

Quejas entre padres de la concertada por el pago del transporte escolar

El autobús de la ribera del Turia solo deja subir a alumnos de centros públicos
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Cruz Aguilar

Varias familias de Villastar, Villaspesa y Villel se han quejado al Servicio Provincial de Educación porque sus hijos, 13 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria de varios centros concertados de la capital turolense, no pueden emplear el autobús escolar para los desplazamientos. Hasta ahora lo usaban, pero este año se ha incrementado la demanda y, desde esta semana, no les permiten montar. Desde Educación señalan que los alumnos de los colegios concertados no disfrutan de forma gratuita del desplazamientos y matizan que en años anteriores se había permitido el acceso al autobús porque no se llenaba, pero este curso hay más demanda

Los padres precisan que todos los días quedan plazas libres en el autobús discrecional que Educación ha habilitado para hacer la ruta de la ribera del Turia. Sin embargo, el conductor no permite la entrada de los niños que acuden a los centros concertados. Desde el Departamento de Educación argumentan que aunque todos los días no vaya lleno, “no se puede prever si los niños que tienen asignada la plaza van a viajar o no”. 

Tras el autobús escolar pasa el de línea regular, en el que sí se han concertado dos plazas para dos alumnos que en el escolar no cabían –hay 58 plazas y 60 solicitudes de escolares que acuden a centros públicos–. Ese autobús sí lo pueden usar los chavales matriculados en centros concertados, pero deben abonar el coste del billete, de 1,8 euros por viaje. 

Fuentes del Departamento de Educación comentaron que según una orden del 14 de mayo de 2013 no se pueden contratar plazas en líneas regulares para alumnos de centros concertados. 

Felipe Pérez es el padre de dos niños que estudian en el Colegio de Las Viñas y lamentó que no puedan utilizar un servicio que está infrautilizado: “Solo pedimos que les dejen subir al autobús cuando quedan asientos libres, que es todos los días porque los padres apuntan a sus hijos por si acaso, pero luego no hacen uso de la plaza”.

De todas formas, el padre señala que las solicitudes deberían haber sido denegadas antes –muchos de ellos aún no han obtenido respuesta–, porque ahora no le queda otro remedio que hacer frente al gasto del autobús (que él calcula en unos 1.400 euros anuales para sus dos hijos) o buscarles plaza en un colegio público y comprar por segunda vez los libros para sus hijos. 

Las familias se quejan del agravio comparativo que sufre el medio rural con respecto a la capital. “Si vives en Teruel esto no ocurre, puedes llevarlos a donde quieras. Hay una gran discriminación entre el pueblo y la ciudad”, lamentó.

Herme López, madre de un alumno de Villel, se queja de no poder usar el autobús, un servicio que les facilitaría la conciliación. Su marido tiene que empezar más tarde a trabajar por no dejar al chaval, que va a primero, con tanta antelación en el instituto, mientras que ella, cuando acaba su jornada, debe esperarlo durante un rato porque las clases terminan más tarde. Su hijo no ha intentando subir al autobús y la familia aún no ha recibido respuesta a su solicitud, pero están seguros de que se la denegarán.