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Los castillos de Teruel reclaman el protagonismo que se merecen por las visitas que reciben Los castillos de Teruel reclaman el protagonismo que se merecen por las visitas que reciben
Un grupo de visitantes el sábado en el castillo de Mora de Rubielos, que es el más visitado de la provincia de Teruel

Los castillos de Teruel reclaman el protagonismo que se merecen por las visitas que reciben

Los responsables de su gestión insisten en que se incluya una partida anual y específica en el Fite
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Los castillos de la provincia de Teruel son una mina para atraer turistas –121.000 en 2017 para ser exactos–. Pese a la poca inversión que en las últimas dos décadas se ha hecho en ellos, se codean en lo que a número de visitantes se refiere con los principales atractivos turísticos de la provincia, como Dinópolis o el Mausoleo Amantes. Pero además, todos ellos, salvo las murallas de Teruel, están diseminados por el territorio por lo que generan riqueza en el medio rural. Por ello, los responsables de los mismos exigen que se les tenga en cuenta y reclaman actuaciones, tanto de emergencia como para musealizarlos. Quieren que el Fondo de Inversiones para Teruel (Fite) incluya una partida anual de forma que haya actuaciones periódicas en todos ellos. Esta necesidad se puso sobre la mesa en la I Jornada sobre Castillos que se celebró en Mora organizada por la Asociación para la Recuperación de los Castillos Turolenses, Arcatur. 

El Fite específico para recintos amurallados supondría que el dinero llegara a todos los pueblos de la provincia de Teruel, según especificó Rubén Sáez, presidente de Arcatur, puesto que prácticamente en todas las poblaciones hay vestigios de fortalezas. Los expertos insistieron en que estos restos podrían convertirse, una vez recuperados, en un gancho para el turismo. 

Otra de las ideas que salió a relucir en las jornadas, que comenzaron el viernes y concluyeron ayer en Mora, es la importancia que tiene el trabajo en red de todas las fortalezas de Teruel. De momento Peracense, Valderrobres y Mora ya ofrecen descuentos en las entradas si se visita más de una. En este sentido, Jesús Franco, responsable de Acrótera, que es la empresa que gestiona el castillo de Peracense, señaló que más que por el volumen de visitantes que puedan llegar de un monumento a otro, resulta interesante por la publicidad que se hacen en ellos. 

Aclaró que las grandes distancias que hay entre los recintos defensivos de la provincia dificulta esa visita conjunta. Sin embargo, el arqueólogo Javier Ibáñez añadió al respecto que esas sinergias y la venta de entradas conjuntas puede resultar muy interesante entre fortalezas próximas. “Puede incentivar a visitar un castillo aunque no lo tuvieras previsto”, dijo.

Por su parte Darío Español, de la Spinoff Laboratorio de Desarrollo, Historia y Patrimonio de la Universidad de Zaragoza, destacó la importancia que tiene establecer sinergias entre los castillos y comentó que en este sentido la provincia de Teruel es pionera, al menos en Aragón.

Los asistentes insistieron en la necesidad de dar continuidad a las jornadas en próximos años y juntar en ellas a todos los que tienen capacidad de gestión, tanto técnicos como Ayuntamientos para hacer planes conjuntos, dijo Jesús Franco. 

Ese trabajo en red puede ser fundamental a la hora de plantear muselizaciones distintas pero complementarias en cada uno de los monumentos para huir de lo que Javier Ibáñez denominó el “síndrome de los museos etnográficos”, en los que varios pueblos muestran colecciones similares y sin un discurso añadido. Por eso el arqueólogo destacó que la Ruta de las Órdenes Militares, que es la primera que se ha creado en todo Aragón, plantea una diferenciación clara. 

Un aspecto que destacó Rubén Sáez es la falta de herramientas por parte de los municipios para poner en valor sus fortalezas: “No saben ni las actuaciones a realizar ni los cauces”, planteó, para añadir que, en ese sentido, el asesoramiento de Arcatur ha sido muy relevante para algunas localidades.

A su vez se habló de la importancia de implicar a la población del territorio para que vean el castillo como algo propio. Esta concienciación a veces requiere un gran esfuerzo, como recalcó José Antonio Benavente, arqueólogo responsable de los trabajos en el castillo de Alcañiz, quien puso como ejemplo la labor realizada en torno a un torreón en Valdeltormo, que hace unas décadas nadie valoraba y ahora se ha convertido en su principal recurso. Algo similar ha ocurrido en el castillo de Peracense, donde la recuperación de la fortaleza ha supuesto una inyección de orgullo para los propios habitantes, cuya visión ha cambiado sustancialmente en las últimas décadas.

Darío Español ofreció una ponencia sobre los recursos didácticos y la potencialidad de los castillos y destacó la falta de interés que en general hay en España por el patrimonio, algo en lo que también incidieron durante la mesa redonda posterior. El experto planteó que en otros países los castillos son lugares de visita habitual por parte de las familias, aunque reconoció que en ello también influye el hecho de que se organicen actividades en ellos. 

En las jornadas también participaron el arqueólogo José Francisco Casabona, que habló de las fortalezas de Puertomingalvo y Castellote; Marta Clavería, guía del de Albalate, y Mari Cruz Aguilar, periodista de Diario de Teruel. Por su parte, los responsables de la Fundación Valderrobres Monumental, se disculparon por no poder asistir pero enviaron un documento en el que explicaban su trabajo y en el que destacaron cómo la explotación del castillo ha generado unos fondos de 500.000 euros que se podrán revertir en la financiación de proyectos.