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Los valientes del Bergantes Los valientes del Bergantes

Los valientes del Bergantes

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Cruz Aguilar

Subir la adrenalina a tope. Eso es lo que debían buscar los dos amigos que ayer se metieron en el Bergantes, con un caudal de 57 metros cúbicos por segundo, con una piragua. Ahora está muy de moda lo de probar experiencias nuevas y además hay que hacerse unas fotos con la cámara deportiva para que todos vean las hazañas a través de la red. Seguro que pensaron en colgar en Instagram las imágenes y lanzarlas por Facebook, aunque cuando estaban amarrados al árbol exigían que nadie les fotografiara y llegaron a amenazar a una periodista al salir. 
La emoción sin duda resultó fuerte porque se pegaron encaramados a un árbol varias horas. No quiero pensar cómo les quedarían los brazos y las piernas entre el frío y la fuerza que debían hacer para no ser arrastrados por la corriente. Las horas que pasaron allí no fueron muchas, porque igual si de lo que se trata es de deporte extremo lo mejor hubiera sido esperar que la riada remitiera y dejar que los servicios de emergencia se dedicaran a atender a los que realmente tuvieron emergencias en Teruel ayer, que con toda el agua que cayó no fueron pocos. Gente angustiada por sacar a sus animales ante la crecida de un río o habitantes de pueblos casi deshabitados que no estaban seguros de si la bombona de oxígeno sería suficiente hasta que pudieran salir. También las pasaron crudas los ganaderos de algunas comarcas porque el agua se llevó, literalmente, sus caminos, y ahora practican deporte extremo por obligación, para atender a sus reses que son los que garantizan su pan de cada día.
Los comentarios en las redes sociales no tenían desperdicio y, aunque a veces juzgar desde fuera es muy fácil –yo la primera– y criticar bajo el anonimato de la pantalla también, en este caso es que no veo ninguna razón lógica para meterte con una piragua en el Bergantes. 
No sé muy bien cómo funciona esto de poner en solfa –y en riesgo– a todos los equipos de emergencias de una provincia, pero confío en que la factura la pasen a los que querían nuevas experiencias. Ver un gran boquete en la cuenta también puede ser motivo para que te dé un vuelco el corazón. Adrenalina pura.